Ayer 15 de junio, la prestigiosa revista Aviation Week reavivaba la polémica en torno a la arquitectura elegida para el programa Constellation al desvelar un informe interno de la NASA teóricamente inexistente. Se trataba de un informe solicitado por la agencia a Aerospace Corp. para evaluar los costes del sistema Ares I frente a los que tendría utilizar para la misma misión un derivado de un lanzador comercial Atlas 5 o Delta IV Heavy. Un informe que costó la nada despreciable cifra de medio millón de dólares, pero que oficialmente no existía: no sólo no se había desvelado su existencia, sino que se había negado cuando se filtraron rumores acerca del mismo. Cuando un periódico pidió a la NASA el año pasado una copia de dicho informe, se le respondió que “no se ha realizado ningún estudio de ese tipo”.
Sí que se había realizado, según revela ahora Aviation Week, pero parece que las conclusiones del informe no gustaron a los responsables de la agencia. Porque el estudio contradice las palabras tantas veces repetidas por Michael Griffin acerca de lo complicado y caro que sería adaptar un lanzador comercial para enviar astronautas al espacio. Según la NASA, el Ares I sería mucho más eficiente y económico para esta misión. Sin embargo, el informe desvelado por Aviation Week no parece decir lo mismo.
Como no he podido leerlo directamente (aún no ha sido hecho público), tengo que basarme únicamente en lo publicado por Aviation Week, que no da demasiados datos. Pero intentaré reflejarlo aquí intentando ser lo más neutral posible.
El estudio sólo contempla la opción del Delta IV Heavy como alternativa al Ares I, desechando en un principio el Atlas 5 por la mayor complicación que podría tener a priori la cualificación de sus motores de fabricación rusa para uso en misiones tripuladas (no porque no sirvan o porque no pudieran adaptarse si fuera necesario, sino principalmente por la menor disponibilidad de documentación sobre los mismos en los Estados Unidos; es decir, no desechan su validez, simplemente prefieren concentrarse para el estudio en aquello de lo que tienen más datos). Y concluye que, adaptando una de las versiones de este lanzador con una etapa superior similar a la etapa superior del actual Ares I, se tendría un lanzador con una capacidad más que sobrada para lanzar la nave Orión sin problemas de peso, por un coste inferior al del Ares I (con matices, como veremos luego).
Según el informe, el coste de desarrollo de la versión humana del Delta IV sería 2 mil millones de dólares más barato que desarrollar el Ares I. Y los costes operativos también serían menores: cada 14 misiones se ahorrarían 3 mil millones de dólares frente a las mismas misiones con el Ares. Menos dinero inicial, y menos dinero recurrente.
Uno podría preguntarse por qué la NASA siguió empeñándose en seguir adelante con el Ares I después de recibir este informe. La verdad es que sin más datos, es difícil decirlo, aunque puede haber varias causas. Primero, no sabemos cuándo se editó el informe, pero parece que posiblemente fuera el año pasado; en ese caso, la NASA podría haber pensado con bastante lógica que ya era demasiado tarde para cambiarlo todo. ¿Por qué solicitar el informe, entonces? Pues quizás para acallar voces críticas, esperando que el resultado les fuera favorable, y luego cuando se vio lo que decía el informe se decidió ocultarlo sin hacer ruido. No lo sé, ya digo que esto depende de cuándo se recibiera el informe.
De todas formas, lo del coste tiene matices. Y es que el informe reconoce que el ahorro en los costes de desarrollo sólo es real si se olvida uno del Ares V. Y es que la primera etapa del Ares I, la polémica etapa de propulsante sólido derivada de los aceleradores laterales del Shuttle, sería común con este lanzador gigante, por lo que parte de los costes incurridos en desarrollar el Ares I serían válidos para el Ares V. De esta forma, si se sumaran los costes de Ares I y Ares V frente a Delta IV y Ares V, la ventaja estaría a favor del esquema del Constellation. Si sólo consideramos el Ares I frente al Delta IV (lo único real a día de hoy), el ganador es el lanzador de Boeing.
Esto en cuanto a costes de desarrollo… pero lo cierto es que los costes operativos serían menores para el Delta IV Heavy. Y estos son los realmente importantes, pues son los que se pagan misión tras misión. Consideremos el Ares V o no, según las conclusiones del informe el Delta IV sería más barato a la larga.
¿Por qué empeñarse entonces Griffin en seguir con su esquema de lanzadores? (porque es por todos sabido que fue Griffin quien “impuso” esta arquitectura tras su llegada a la NASA, y quien la defendió a capa y espada durante todo su mandato). Dejando aparte que quizás ya fuera tarde cuando se editó el informe (que no lo sabemos; y tampoco sería excusa, pues dicho estudio debería haber sido realizado por la propia NASA antes de empezar), creo que puede haber dos razones principales: una, el mantenimiento de la carga de trabajo en los equipos actuales del Space Shuttle, por la comunalidad (finalmente no tanta, debido a los múltiples problemas) con el transbordador, frente al desvío de dicha carga de trabajo a una empresa externa. Y dos, que el esquema Ares I-Ares V favorece la misión lunar, al permitir abaratar el Ares V repercutiendo parte de los costes en el Ares I. Es decir, si conseguimos que el Ares I cueste más para que luego el Ares V cueste menos, será más fácil convencer a los políticos después para que siga adelante el Ares V que si su coste fuera mucho mayor. En el esquema actual, el Ares I allana el camino político-económico al Ares V, y eso pudo ser una baza estratégica a jugar por la NASA en su día. En cualquier caso, todo esto son conjeturas.
Sea como fuere, lo cierto es que la aparición pública de este informe no va a ayudar en nada a la NASA, ni al proyecto Constellation. Aunque el Ares I ya está en un estado lo suficientemente avanzado como para poderse considerar más o menos segura su finalización (creo yo), el resto del programa, ya seriamente amenazado con anterioridad, no va a ganar puntos con la desconfianza que esto genera hacia la agencia y el equipo responsable del Constellation. Y qué decir de Griffin, que durante años ha negado categóricamente lo que ahora dice este informe… aunque ya no esté al frente de la NASA, no me extrañaría oirle contraatacar en los próximos días. La polémica está servida. (Foto: Boeing)
Sí que se había realizado, según revela ahora Aviation Week, pero parece que las conclusiones del informe no gustaron a los responsables de la agencia. Porque el estudio contradice las palabras tantas veces repetidas por Michael Griffin acerca de lo complicado y caro que sería adaptar un lanzador comercial para enviar astronautas al espacio. Según la NASA, el Ares I sería mucho más eficiente y económico para esta misión. Sin embargo, el informe desvelado por Aviation Week no parece decir lo mismo.
Como no he podido leerlo directamente (aún no ha sido hecho público), tengo que basarme únicamente en lo publicado por Aviation Week, que no da demasiados datos. Pero intentaré reflejarlo aquí intentando ser lo más neutral posible.
El estudio sólo contempla la opción del Delta IV Heavy como alternativa al Ares I, desechando en un principio el Atlas 5 por la mayor complicación que podría tener a priori la cualificación de sus motores de fabricación rusa para uso en misiones tripuladas (no porque no sirvan o porque no pudieran adaptarse si fuera necesario, sino principalmente por la menor disponibilidad de documentación sobre los mismos en los Estados Unidos; es decir, no desechan su validez, simplemente prefieren concentrarse para el estudio en aquello de lo que tienen más datos). Y concluye que, adaptando una de las versiones de este lanzador con una etapa superior similar a la etapa superior del actual Ares I, se tendría un lanzador con una capacidad más que sobrada para lanzar la nave Orión sin problemas de peso, por un coste inferior al del Ares I (con matices, como veremos luego).
Según el informe, el coste de desarrollo de la versión humana del Delta IV sería 2 mil millones de dólares más barato que desarrollar el Ares I. Y los costes operativos también serían menores: cada 14 misiones se ahorrarían 3 mil millones de dólares frente a las mismas misiones con el Ares. Menos dinero inicial, y menos dinero recurrente.
Uno podría preguntarse por qué la NASA siguió empeñándose en seguir adelante con el Ares I después de recibir este informe. La verdad es que sin más datos, es difícil decirlo, aunque puede haber varias causas. Primero, no sabemos cuándo se editó el informe, pero parece que posiblemente fuera el año pasado; en ese caso, la NASA podría haber pensado con bastante lógica que ya era demasiado tarde para cambiarlo todo. ¿Por qué solicitar el informe, entonces? Pues quizás para acallar voces críticas, esperando que el resultado les fuera favorable, y luego cuando se vio lo que decía el informe se decidió ocultarlo sin hacer ruido. No lo sé, ya digo que esto depende de cuándo se recibiera el informe.
De todas formas, lo del coste tiene matices. Y es que el informe reconoce que el ahorro en los costes de desarrollo sólo es real si se olvida uno del Ares V. Y es que la primera etapa del Ares I, la polémica etapa de propulsante sólido derivada de los aceleradores laterales del Shuttle, sería común con este lanzador gigante, por lo que parte de los costes incurridos en desarrollar el Ares I serían válidos para el Ares V. De esta forma, si se sumaran los costes de Ares I y Ares V frente a Delta IV y Ares V, la ventaja estaría a favor del esquema del Constellation. Si sólo consideramos el Ares I frente al Delta IV (lo único real a día de hoy), el ganador es el lanzador de Boeing.
Esto en cuanto a costes de desarrollo… pero lo cierto es que los costes operativos serían menores para el Delta IV Heavy. Y estos son los realmente importantes, pues son los que se pagan misión tras misión. Consideremos el Ares V o no, según las conclusiones del informe el Delta IV sería más barato a la larga.
¿Por qué empeñarse entonces Griffin en seguir con su esquema de lanzadores? (porque es por todos sabido que fue Griffin quien “impuso” esta arquitectura tras su llegada a la NASA, y quien la defendió a capa y espada durante todo su mandato). Dejando aparte que quizás ya fuera tarde cuando se editó el informe (que no lo sabemos; y tampoco sería excusa, pues dicho estudio debería haber sido realizado por la propia NASA antes de empezar), creo que puede haber dos razones principales: una, el mantenimiento de la carga de trabajo en los equipos actuales del Space Shuttle, por la comunalidad (finalmente no tanta, debido a los múltiples problemas) con el transbordador, frente al desvío de dicha carga de trabajo a una empresa externa. Y dos, que el esquema Ares I-Ares V favorece la misión lunar, al permitir abaratar el Ares V repercutiendo parte de los costes en el Ares I. Es decir, si conseguimos que el Ares I cueste más para que luego el Ares V cueste menos, será más fácil convencer a los políticos después para que siga adelante el Ares V que si su coste fuera mucho mayor. En el esquema actual, el Ares I allana el camino político-económico al Ares V, y eso pudo ser una baza estratégica a jugar por la NASA en su día. En cualquier caso, todo esto son conjeturas.
Sea como fuere, lo cierto es que la aparición pública de este informe no va a ayudar en nada a la NASA, ni al proyecto Constellation. Aunque el Ares I ya está en un estado lo suficientemente avanzado como para poderse considerar más o menos segura su finalización (creo yo), el resto del programa, ya seriamente amenazado con anterioridad, no va a ganar puntos con la desconfianza que esto genera hacia la agencia y el equipo responsable del Constellation. Y qué decir de Griffin, que durante años ha negado categóricamente lo que ahora dice este informe… aunque ya no esté al frente de la NASA, no me extrañaría oirle contraatacar en los próximos días. La polémica está servida. (Foto: Boeing)
4 comentarios:
En resumen, que si esto se confirma, se revela el verdadero y único leit-motiv de la configuracion actual del Ares: mantener los empleos en la NASA. Si no, ¿como se justifica emplear una arquitectura "basada en lo posible en la tecnología del Shuttle" para terminar eligiendo la opción que más modificaciones requiere para funcionar?. Porque esta configuración del Constellation es la que más modificaciones requiere del hardware del Shuttle... sin tirar lo todo por la borda y empezar de cero, lo cual no habría sido aprobado en absoluto por el comité de presupuestos del Congreso.
Bueno, lo de mantener los puestos de trabajo del shuttle ya se sabía, pero esto es demasiado.
De confirmarse, creo que se trata de un asunto muy serio. Una cosa es tomar una decisión política favoreciendo un sistema de lanzamiento y, otra muy distinta, mentir descaradamente.
En fin, un escándalo. El Programa Cosntellation cada vez se parece más a un bodeville.
Un saludo.
En mi opinión, hubiera sido mejor para la NASA ser transparentes y aclarar la situación después del informe (aunque no le fuese favorable) y defender Constellation con los mejores argumentos posibles (este tipo de situaciones, con mentiras por parte de la NASA, es gasolina para los conspiranoicos). Aún así, sigo apostando por Constellation. Es lo más cerca de la Luna que hemos estado en los últimos (casi) 40 años. Me gusta ser optimistas y pensar que Apolo también tuvo muchos detractores y sufrió muchas críticas.
Un saludo.
En mi opinión, yo creo que todo esto rebasa de sobra el estricto entorno de la NASA y debe verse en el hundimiento generalizado de los EEUU, que está siendo muchísimo más rápido de lo que mucha gente pensaba y muchísimo más de lo que a muchos nos gustaría. No hace falta rascar mucho por internet para encontrar rumores de poner los pelos de punta (algunos recogidos en blogs económicos y políticos de mucho prestigio como para publicar cualquier cosa), entre ellos la presunta orden del Departamento de Estado transmitida a todas las embajadas de los EEUU de cambiar con la máxima discreción USD (je) en monedas locales (con excepción de la libra esterlina) para tener suficiente dinero ¡en efectivo! para asumir cualquier gasto en los próximos 12 meses. El GEAB dice que la devaluación (o colapso) del USD es, sin falta, para el segundo semestre de este año. Un colapso del USD ni que decir tiene las consecuencias que tendría para todas las agencias federales y gubernamentales de los EEUU.
Yo no tengo suficientes datos para decidir por mí (por eso leo blogs tan magníficos como éste) si esta historia del informe es un simple juego de segunda fila para desacreditar a Griffin y sus políticas, para empezar a meter a saco la tijera en la NASA sin que nadie proteste o cualquier otra actividad en un punto intermendio. El tiempo lo dirá, pero vuelvo a repetir que me gustaría que alguien estuviera escuchando a New Horizons cuando llegue, por ejemplo.
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