29 mayo 2009

Nuevos destellos en el cielo

Hasta ahora, los aficionados a mirar al cielo en las noches estivales teníamos los satélites Iridium para disfrutar del espectáculo de sus frecuentes destellos, cuando el Sol incide sobre sus extensos paneles solares con el ángulo adecuado para reflejarlo hacia donde estamos nosotros. Estos destellos son unos viejos conocidos para los aficionados, principalmente por el hecho de ser perfectamente predecibles, de modo que siempre podemos impresionar a los amigos cuando salimos una noche de copas, con ayuda de un reloj y con conversaciones como ésta:

- Mira hacia aquella zona del cielo, ya verás…
- ¿Qué quieres que vea? Veo estrellas, como siempre, ¿qué pasa?
- Espera, espera un poco…
- ¡Halaaa! ¿Qué ha sido eso?

Efectivamente, con páginas como Heavens-Above cualquiera podemos consultar cuándo se verá un destello de Iridium por nuestra zona, y en qué parte del cielo, con qué duración y brillo, etcétera. Pues bien, tras la ampliación de la Estación Espacial Internacional con toda su plétora de paneles solares, tenemos ahora un nuevo objeto en el firmamento lanzando reflejos aquí y allá, y con un brillo que al parecer es espectacular (aún no he tenido la suerte de comprobarlo personalmente). Según leo, hasta 25 veces más brillante que Venus, o magnitud -8; una magnitud equivalente a los destellos de Iridium más intensos.

El problema es que por ahora estos destellos de la ISS no son predecibles. Sí lo son los pasos de la estación por nuestra zona, algo que también puede consultarse en la mencionada Heavens-Above, entre otras muchas páginas, pero por ahora no sabemos si en cada pasada tendremos destello o no. Lógicamente, esto depende de la posición de los paneles solares orientables de la estación y la actitud (orientación) de ésta relativa a nosotros y al Sol, y por ahora parece que los distintos parámetros en juego no se han implementado en el software que predice estos eventos. Lo cual en cierto modo hace que observar uno de estos destellos tenga aún más encanto, pues siempre serán una agradable sorpresa para quien consiga “cazarlos”.

En la foto que acompaña esta entrada podemos contemplar la secuencia de uno de estos destellos, capturado por casualidad por un astrónomo aficionado holandés que apuntaba su telescopio hacia la ISS desde el jardín de su casa. Por supuesto, no necesitamos un telescopio para contemplar el destello, que es perfectamente visible a ojo desnudo, aunque desde luego capturarlo desde un telescopio debe ser mucho más espectacular (y literalmente deslumbrante, supongo).

En fin, lo dicho: ahora que ya tenemos aquí el buen tiempo (los que vivimos en el hemisferio norte), podemos empezar a disfrutar de las noches estivales al aire libre con un motivo más para mirar al cielo. Como si hubiera pocos… (Foto: Quintus Oostendorp)

27 mayo 2009

Genio y figura

¿Os acordáis de Griffin? Sí, me refiero a Michael Griffin, el que fuera Administrador de la NASA hasta el pasado enero, y que dejó la agencia de forma un tanto sonada. Parece que ahora que por fin se ha anunciado quién será el nuevo administrador tras un largo periodo de cuatro meses con un administrador interino, deberíamos hablar más de Charles Bolden y menos de Griffin, ¿verdad? Pues sí, pero lo cierto es que si por algo ha destacado Griffin durante los cuatros años que ha estado al frente de la NASA ha sido por su capacidad para aparecer en los medios, a través de apariciones y discursos a menudo directos y de gran efectividad, incluso polémicos en ocasiones. Y ésta es una actividad que parece que no ha abandonado después de dejar la NASA.

La verdad es que desde que dejó la agencia el 20 de enero, todavía ha seguido apareciendo periódicamente en la prensa especializada, por sus frecuentes alegatos en defensa del proyecto Constellation en su configuración actual, la que él diseñó y defendió a capa y espada durante toda su estancia en la NASA. Esta misma semana ha aprovechado su incorporación a su nuevo puesto como profesor de la Universidad de Alabama en Huntsville, para conceder una entrevista al Huntsville Times en la que demuestra que sigue siendo el Griffin de siempre, y hasta se diría que siguiera al frente de la NASA. Como dice el refrán, “genio y figura hasta la sepultura”.

Por supuesto, ha aprovechado la entrevista para defender una vez más su esquema del proyecto Constellation. Pero también ha hecho una defensa más general del programa espacial, con palabras muy similares a las que ya ha utilizado años atrás: por ejemplo, recordando que el presupuesto de la NASA no llega ni al 1% del presupuesto global de los Estados Unidos, aunque la opinión pública a menudo piensa que la cifra es del orden de un 25%; y lo ha comparado con lo que se gastan los norteamericanos en pizzas, 27 millardos de dólares anuales, una cifra superior a los 18 millardos anuales que recibe la NASA. Un tema del que ya hemos hablado un par de veces en este blog, aquí y aquí.

Sinceramente, me descubro ante Griffin por su empeño y habilidad para defender sus intereses y sus ideas. Porque independientemente de lo que se piense sobre su desempeño al frente de la NASA durante estos cuatro años (para lo cual hay opiniones de diferente tipo), lo que no se le puede negar es su habilidad para hacerse oír, para recordar que la NASA existe y que realiza una importante labor, y para luchar (lamentablemente con escaso éxito) por aumentar el compromiso con la agencia por parte del gobierno y la población. Frente al bajo perfil que han mantenido habitualmente otros administradores de la NASA, grandes desconocidos para la opinión pública y cuyos nombres raras veces aparecían en la prensa, Griffin ha hecho de las relaciones públicas una parte importante de su trabajo. Y hay que reconocer que, independientemente del éxito real que haya podido tener, sabe hacerlo, no es un burócrata que aburre con discursos políticos y de cifras, sino alguien con habilidad para llegar a la gente y transmitir eficazmente las ideas. Y encima anda que no dio juego para comentar sobre él en este blog…

Por supuesto, el principal trabajo de un administrador debe ser gestionar la NASA con efectividad. Pero desde luego que es un cargo con una gran componente política, por su estrecha dependencia de la Casa Blanca y el Congreso, y por ello la capacidad del administrador para ganarse el favor de estos estamentos es de vital importancia. Si Charles Bolden tiene al menos una parte del carisma que ha sabido demostrar Mike Griffin, desde luego que será un importante añadido a su trabajo. Veremos qué tal “nos sale” este antiguo astronauta del cuerpo de Marines… (Foto: Al.com)

¿A mano o a máquina?

Curiosa imagen la que traigo hoy, aunque ni mucho menos excepcional. Es nuestro Sol, sí, pero sin una sola mancha. Como preparadito para un anuncio de detergente.


Digo que la imagen no es excepcional porque esta situación se repite periódicamente durante las fases de mínima actividad solar. Nuestro Sol sufre ciclos que van alternando fases de máxima actividad, con gran aumento en el número de manchas solares, y fases de mínimos, en las que dichas manchas llegan a caer hasta cero en ocasiones, como nos muestra esta fotografía. En la actualidad llevamos ya varios meses en fase de mínimos, y no es la primera vez que se puede contemplar un sol como lavado con Dixan. (¿Os acordáis? “¿Es nuevo? No, no: lavado con Dixan”. Qué tiempos aquellos de los anuncios de detergentes con el hombre blanco de Colón o el pique de las vecinas por ver quién tenía la ropa más blanca… ¡Qué políticamente incorrecto quedaría ahora todo aquello! Y qué contraste con los actuales anuncios llenos de batas blancas y ensayos de laboratorio…)

Bueno, sigamos con lo nuestro. La imagen resulta especialmente chocante cuando la comparamos con otras a las que estamos más acostumbrados, como ésta:


Como decía, no es la primera vez que se repite esta imagen de un Sol sin manchas en los últimos meses. De hecho, el año de 2008 se ha producido uno de los mínimos de actividad solar más bajos del siglo, teniendo que remontarnos hasta 1913 para encontrar un año con menos actividad aún. De los 366 días de 2008, en 266 pudimos contemplar un Sol impoluto, como en la fotografía. Y la cosa sigue: a 31 de marzo de 2009, llevábamos 78 días sin manchas de un total de 90.

Como sabemos, estos ciclos de actividad solar se repiten cada 11 años, y reflejan cambios en la actividad magnética en la superficie de nuestra estrella. Sobre el porqué de todo esto todavía hay muchas preguntas por responder, y es un campo de intensa investigación al que hay dedicados varios satélites astronómicos especializados. En este caso, la fotografía es del satélite europeo SOHO. Para más información sobre las manchas y ciclos solares, podéis consultar este extenso artículo en la Wikipedia. (Fotos: SOHO/MDI)

22 mayo 2009

El Cosmonauta

Los chicos de Riot Cinema Collective se han lanzado a la piscina con una propuesta interesante y orginal: “El Cosmonauta”, un proyecto de largometraje de ciencia-ficción sobre un cosmonauta ruso desaparecido en una misión ficticia a la Luna. Pasado un tiempo, su nave retorna vacía, mientras se empiezan a recibir transmisiones de radio con la voz del cosmonauta que asegura haber vuelto a la Tierra y haberla encontrado desierta…

Pero lo realmente singular de “El Cosmonauta” no es su guión, sino el esquema elegido para su financiación. Se trata del “crowdfunding”, o financiación masiva por medio de múltiples donaciones anónimas (o no tanto). A partir de tan sólo 2 euros puedes convertirte en coproductor de este interesante proyecto, lo cual te permitirá, aparte de la satisfacción de financiar el proyecto, participar en el sorteo de un traje de cosmonauta auténtico y aparecer en los títulos de crédito de la película. Y si quieres invertir más de 2 euros, tienes un montón de posibilidades adicionales para elegir, ya que cada aportación se ve recompensada con regalos de valor proporcional al dinero invertido. Como contraprestación a tu aportación puedes elegir desde pegatinas o insignias soviéticas hasta, por ejemplo, una copia firmada de mi último libro, Wernher von Braun; entre el águila y la esvástica.

Y tampoco es la financiación el único aspecto original del proyecto. Otro es que la película se realizará bajo licencia Creative Commons: su distribución será gratuita a través de Internet, y no sólo eso, sino que podrás ser libre de modificarla a tu antojo, de aportar tu propia visión de la película, y de volver a compartir la nueva versión para disfrute de toda la comunidad. Una apuesta por una visión muy diferente de la producción artística.

Por si alguno se lo está preguntando, no tengo nada que ver con el proyecto, pero los chicos de Riot Cinema Collective se pusieron en contacto conmigo en busca de apoyo y de ahí salió finalmente esta pequeña colaboración en forma de libros firmados. Esperemos que tengan mucho éxito con este ilusionante proyecto. Entre tanto, si queréis conocerlo más en profundidad o convertiros también en productores de la película por un precio módico y siempre recibiendo algo a cambio, no tenéis más que visitar su web: http://www.elcosmonauta.es/

¡Nos vemos en los cines!

06 mayo 2009

Grietas y patatas fritas

Últimamente hablo más de generalidades sobre ingeniería y gestión de proyectos que sobre temas puramente espaciales, espero no aburriros demasiado. Hoy vuelvo a hablaros sobre cuestiones técnicas, pero inspirado por un incidente ocurrido durante la preparación del transbordador Atlantis para la próxima misión STS-25.

Mientras se estaba trabajando en la preparación de la carga de pago en la bodega del transbordador, alguien observó unas indentaciones y una grieta en uno de los radiadores que cubren el interior de las puertas de la bodega. Al parecer se originó por caída de una herramienta, una causa también bastante típica (de hecho, muchas estructuras aeroespaciales se dimensionan no sólo en base a las cargas de vuelo, sino también frente a impactos por caída de herramienta; en el caso de estructuras de fibra de carbono, relativamente frágiles, éste puede ser uno de los factores críticos a la hora de dimensionar la pieza; por cierto, para los no iniciados, “dimensionar” significa básicamente fijar el espesor). Ahora se está estudiando cómo repararlo antes del vuelo, planteándose la posibilidad de ponerle un “doubler” o hacer un taladro de parada de grieta (o ambos, que será lo más probable y lógico).

Pues a raíz de esto quería hablaros de este tipo de reparaciones, muy comunes, y de bastante utilidad en nuestra vida habitual, aunque no lo parezca.

Las grietas son uno de los fallos más habituales en las estructuras. Pueden ocurrir “por el uso” (fatiga es lo más frecuente), por impactos, etc. La principal actividad en las revisiones de mantenimiento de aeronaves es precisamente buscar grietas. De hecho, el ciclo de revisiones suele estar fijado en base al periodo de crecimiento de grieta (que depende de la geometría de la pieza, del material de que esté fabricada, de su espesor, y de las cargas que soporta, fundamentalmente), de forma que cualquier grieta que se inicie después de una revisión, sea detectada en la próxima antes de que haya alcanzado su tamaño crítico (aquel para el cual el crecimiento se hace casi instantáneo, rompiendo la pieza).

Una vez detectada una grieta, hay que repararla. Una opción es cambiar la pieza por otra nueva, pero esto no siempre es posible ya que en ocasiones supondría desmontar medio avión, y ni siquiera sería posible hacerlo con los medios habitualmente disponibles en un centro de mantenimiento. Así que lo más habitual es reparar la grieta. La reparación suele consistir en dar un taladro al final de la grieta, y luego colocarle un “doubler” o “splice” encima (disculpas por los anglicismos, pero reconozco que no sé ni cómo se dice en español; deformación profesional). Consiste en colocar una placa remachada (podría ser pegada, pero en la industria aeroespacial lo remachamos todo, somos así…) que cubra ampliamente la zona de la grieta. Es decir, un refuerzo sobre la pieza. Como cuando se nos rompe un papel y le ponemos celo, pero en serio. Lógicamente, esto supone un peso extra, que siempre es indeseable, pero qué se le va a hacer…

Pero lo que más suele llamar la atención a los neófitos en el tema es lo del taladro. Y es que sí, la mejor forma de evitar que se siga propagando una grieta es hacer un agujero justo donde termina. Y el motivo es muy lógico y muy intuitivo.

Una grieta es como un cuchillo afilado. Imaginaos un papel a medio rasgar (la rasgadura es la grieta). Si tiramos de los lados, toda la tensión se acumula en el vértice de la grieta, en un solo punto, y el papel sigue rompiendo, avanzando la grieta rápidamente. Si hacemos un agujero al final de esa grieta, cuando tiramos de los lados la tensión ya no se acumula en un punto, sino que se reparte más homogéneamente alrededor de la circunferencia del agujero; por así decirlo, el papel tiende a “abrirse”, como articulado en el agujero, pero no rompe tan fácilmente. Por supuesto, si tiramos con fuerza seguiremos rompiendo, pero nos costará más empezar de nuevo, el agujero supone un obstáculo a la grieta, frenando su avance. Tras el agujero, se tendría que formar una nueva grieta, que es mucho más difícil de hacer que propagar una ya existente.

Así que las reparaciones habituales implican ambas operaciones: taladro de parada de grieta, y splice remachada. Agujero y celo.

¿Para qué nos sirve esto en nuestra vida habitual? Pues parecerá un poco “friki”, pero yo lo he aplicado con éxito varias veces. Por ejemplo, en un trineo de plástico de mi hija que se rajó (me subí yo): taladro de fin de grieta, y luego soldar los bordes de la grieta (lo de la splice no era plan), y ahí sigue, tan contento; si me hubiera limitado a soldar los bordes, seguro que no habría aguantado mucho. Otra aplicación mía habitual es en esas bolsas de patatas fritas de plástico aluminizado, que una vez abiertas siempre empiezan a rajarse y en dos días te has quedado sin bolsa, hagas lo que hagas; pues bien, lo mejor es “redondear la grieta”: cuando empieza a rajarse, rompo todo el trozo con una trayectoria suave, en semicírculo, eliminando la grieta (sí, queda una “muesca” en la boca de la bolsa, pero sin grieta). Vale, son unas frikadas de cuidado, y ya sé que se puede vivir perfectamente sin hacer estas cosas, pero ¿y la satisfacción que te da poder aplicar por una vez un conocimiento técnico a la vida cotidiana, por simple que sea la aplicación?

En fin, espero que de ahora en adelante os duren mucho más las bolsas de patatas fritas. Eso sí, mejor no se lo contéis a nadie, o empezarán a miraros de una forma rara…

Corrección (artículo anterior sobre la Orión)

Pero qué majos sois… en el anterior artículo “la cago”, y no me decís nada… :-)

Podía haber corregido el anterior post, pero esto supondría que el error quedaría corregido para lectores futuros, pero no para quienes ya lo hubierais leído (que no creo que mi blog os guste tanto como para leerlo varias veces), así que he decidido poner la corrección aquí. Lo cierto es que el fondo del mensaje y los razonamientos no cambian prácticamente nada, pero el rigor es el rigor.

A ver: la cuestión es que en mi anterior post decía que la Orión se había planteado inicialmente con el objetivo de transportar 4 astronautas en misiones a la ISS y 6 en misiones lunares, cuando en realidad era al revés (si es que la edad no perdona, y creo que las conexiones de mis neuronas empiezan a bailar alegremente en cuanto me descuido).

Esto cambia un poco mi razonamiento, pero no el fondo. Yo comentaba que, debido a esto, el actual recorte a 4 pasajeros como máximo en el diseño de la Orión dañaría sobre todo a la misión lunar, que requeriría un rediseño de la cápsula para llevarse a cabo. Bien, evidentemente no, puesto que la misión lunar ya se preveía con 4 astronautas. Pero ahora es casi peor, pues la realidad es que se dañan ambas, la misión lunar y la de la ISS:

En primer lugar, en misiones a la ISS la Orión ya no será capaz de realizar cambios de tripulación completos (cuando la tripulación se aumente hasta 6 miembros). Ya no servirá como vehículo único de emergencia, por ejemplo. Será en el fondo una versión mejorada de la Soyuz, capaz de llevar sólo a 4 ocupantes frente a 3, aunque eso sí, con mucha más amplitud (que en la Soyuz van como sardinas en lata), con mayor comodidad, y con relojitos más monos en los paneles de mando. El problema es que la reducción afectará ya directamente a las que muy probablemente sean las únicas misiones que lleve a cabo la Orión durante mucho tiempo: el servicio de la ISS.

¿Y qué pasa con las supuestas misiones lunares? (teniendo en cuenta que cada vez están más en entredicho, como comentaba al final del post anterior, a tenor de las últimas declaraciones de la NASA). Pues bien, aquí el actual diseño de 4 ocupantes sería válido… teóricamente. Y es que, aunque la nave sirva, su lanzador es posible que no, aunque lo cierto es que esto es una hipótesis.

Para las misiones lunares (o en general, más allá de la órbita terrestre), la NASA preveía utilizar dos vehículos: el Ares I para lanzar la Orión hasta la órbita terrestre (como en misiones a la ISS) y el Ares V (todavía únicamente sobre el papel) para lanzar también allí el módulo de propulsión que permitiría a la Orión llevar a cabo el viaje, más el módulo de descenso apropiado. El problema es que el Ares I teóricamente debería ser capaz de enviar una Orión de 6 tripulantes a la órbita terrestre, y todo apunta (aunque no se ha reconocido así de claramente por la NASA) a que es incapaz de hacerlo, siendo éste el principal motivo de la reducción a 4 tripulantes. El problema es que las misiones lunares implicarán muy probablemente un incremento de masa en la nave Orión, aunque no se suba de esos 4 tripulantes, por ejemplo por la necesidad de más consumibles para los equipos de soporte vital. Otros complementos, como los trajes lunares, podrán lanzarse a bordo del Ares V, dentro del módulo de descenso, pero veo difícil que puedan pasarse todos los sobrepesos a otros módulos. En cualquier caso, la cosa se complica.

En resumen, que al contrario de lo que decía en el post anterior, a priori las misiones más afectadas serán las de la ISS, lo cual es casi más grave, por ser las únicas misiones “reales” a día de hoy. En cuanto a las misiones lunares, teniendo en cuenta los últimos comentarios por parte de la NASA en cuanto a que “se están replanteando”, parece que ya están bastante amenazadas sin necesidad de estos problemas de peso…