09 junio 2012

De satélites espía, Hubbles y regalos…

Supongo que ya sabéis lo del regalo del Pentágono a la NASA, ¿no? Bueno, para los que aún no se hayan enterado, los militares han ofrecido a la agencia espacial un par de telescopios espaciales del tamaño del Hubble que tenían por ahí arrinconados en un almacén. Total, a ellos ya no les hacen falta y a lo mejor esos científicos de la NASA se entretienen descubriendo alguna estrella o algo…

Bueno, no entraré en muchos detalles sobre el regalo y demás, porque seguramente ya los habéis leído por ahí, pero sí aprovecharé para hablar un poco sobre los satélites espía y sus posibles capacidades.

Pues sí, ya sabéis que estos dos telescopios que les sobran al ejército se fabricaron en los 80 como posibles repuestos para una flotilla de 15 satélites espía, los KH-11, equipados con telescopios de 2,4 metros de diámetro (idénticos en tamaño al del Hubble), aunque con un campo de visión más amplio. La existencia y principales características de estos satélites militares hace ya años que dejó de ser un secreto, lo que, conociendo la forma habitual de actuar en estos ámbitos, nos hace deducir que sus características ya no son vanguardistas, y que han dejado de tener valor estratégico. Es decir, no es que estos satélites ya no sean útiles (de hecho siguen en servicio), sino que su tecnología ya es casi de dominio público y no tiene mucho sentido mantenerla en secreto. 

Pero las grandes potencias rara vez se quedan estancadas en materia militar y de inteligencia, de modo que no es descabellado suponer que, si estos satélites ya son prácticamente públicos, es muy probable que ya existan otros realmente secretos de nueva generación, con mejores prestaciones. Habitualmente, cuando se desclasifica una información secreta (no está muy claro si la relativa a los KH-11 está desclasificada oficialmente, pero lo está “de facto”) es porque ya se la considera obsoleta, así que no creo que nos equivoquemos si pensamos que existen satélites espía en servicio con telescopios muy superiores al del Hubble.

¿Alguien se siente sorprendido o incluso ofendido por algo así? La verdad es que creo que ya estamos curados de espanto, pero sí, es realmente penoso que lo que para la ciencia de vanguardia es un instrumento de incalculable valor y que proporciona la posibilidad de realizar avances extraordinarios, sea para los militares un artilugio ya obsoleto que hace tiempo que fue superado por otros mejores. ¿Alguien pensaba que el avance de la ciencia era lo más importante? Si alguien lo hacía, va siendo hora de despertar.

Es posible que para los militares un telescopio de tipo Hubble haya sido superado hace años. Evidentemente, no tenemos datos al respecto, sólo rumores y especulaciones, pero hace ya tiempo que los expertos estimaban que los servicios de inteligencia militar tenían satélites con una resolución capaz de leer placas de matrícula desde el espacio. Y a esto no llegan telescopios tipo Hubble.

Sin embargo, esa capacidad sí estaría en los límites de un telescopio del tamaño del James Webb, el denominado a menudo como sucesor del Hubble. Con su enorme espejo de 6,5 metros de diámetro, un telescopio de este tipo sí podría alcanzar resoluciones teóricas de unos pocos centímetros desde sus órbitas habituales (la capacidad del Hubble sería unas 10 veces inferior, del orden de 15 cm), es decir, al límite de esa capacidad de leer matrículas desde la órbita terrestre, como aventuraban los expertos.

¿Tienen ya los Estados Unidos satélites espía del tipo James Webb en órbita? Es muy posible. El Hubble fue un desarrollo civil de los satélites KH-11, y es probable que el JWST esté siguiendo el mismo camino y haya sido precedido por uno o varios “hermanos” militares. Es más, según me comentan personas introducidas en el círculo de quienes están desarrollando este nuevo telescopio, existen rumores en ese círculo de que el contratista del espejo del JWST ya habría fabricado otro similar con anterioridad. Sí, vale, todo son rumores, pero todo encaja.

Si los rumores son ciertos y los Estados Unidos tienen ya operativa una nueva generación de satélites espía de “categoría James Webb”, no me parece nada aventurado suponer que una nueva generación aún más potente esté ocupando ya las mesas de diseño de quienes trabajan en estos proyectos secretos. Si telescopios tipo James Webb van a operar en breve en el ámbito civil, casi seguro que los militares ya van un paso por delante. Siempre ha sido así. Siempre ha habido clases… (Foto: NASA)