Ya son dos los gobiernos que anuncian públicamente su apuesta por la energía eléctrica producida en el espacio. Primero fue el gobierno de Japón, y ahora se suma el del estado norteamericano de California, líder de los Estados Unidos en energías renovables. Y esta vez, frente a la poco más que declaración de intenciones del gobierno japonés, el estado gobernado por el ex-culturista y ex-actor de origen austriaco Schwarzenegger lo hace con hechos concretos.
El pasado 3 de diciembre el estado de California publicaba una resolución por la cual se aprobaba un acuerdo de compra de energía entre la compañía eléctrica PG&E (Pacific Gas and Electric Company) y Solaren Corporation, mediante el cual PG&E se comprometía a comprar la energía generada por una planta productora de 200 Mw durante un periodo de 15 años. Lo novedoso del acuerdo es que esta planta generadora estará localizada en el espacio exterior.
Pocos más detalles se conocen del proyecto, excepto que los satélites encargados de producir la energía por medio de placas fotovoltaicas estarán situados en órbita geoestacionaria, y que la fecha de inicio de las operaciones está prevista para junio de 2016. La estación receptora estará ubicada en Fresno, California. En cuanto al coste del acuerdo, que realmente es la clave del asunto… es confidencial.
El proyecto está todavía clasificado como experimental, lo que nos hace suponer que se puede estar asumiendo que la energía generada pueda ser aún más cara de lo que costaría producirla en la Tierra por medios convencionales. Pero no por ello el anuncio deja de ser sorprendente, ya que cuando empresas privadas se embarcan en un proyecto como éste, por muy experimental que sea, es porque tienen fundadas esperanzas de que pueda convertirse en algo rentable en un plazo razonable. Esto es lo verdaderamente chocante, ya que la opinión generalizada hasta ahora era que estas iniciativas, debido a las enormes satélites que sería preciso poner en órbita, no serían rentables en tanto no se redujeran sensiblemente los costes de lanzamiento y fabricación de este tipo de vehículos. ¿Sabe la gente de Solaren algo que no sabemos los demás, son excesivamente optimistas, o éramos el resto los que estábamos siendo excesivamente pesimistas? Veremos…
La compañía Solaren, fundada por antiguos técnicos de gigantes aeroespaciales como Hughes Aircraft, Boeing o Lockheed, va camino de convertirse así en la primera empresa en explotar comercialmente la energía solar generada en el espacio. Para llevarlo a cabo, utilizarán una tecnología patentada por ellos, consistente en extender un espejo colector de luz solar de un kilómetro cuadrado (fabricado en mylar, una lámina de plástico reflectante) que enviará la luz recogida a otro espejo de menor tamaño, que a su vez la enviará finalmente a las placas fotovoltaicas. Teóricamente, este sistema permite concentrar mucha más energía solar en una superficie de placa fotovoltaica mucho menor que la habitual, reduciendo así significativamente el coste y el peso del sistema. Puede que éste sea el as en la manga de Solaren para hacer de la energía solar espacial una solución viable para nuestros problemas energéticos. Aún así, los ejecutivos de Solaren reconocen que su planta espacial será aún más cara que una planta fotovoltaica de potencia equivalente construida sobre la superficie terrestre; pero si han decidido invertir en ello, sospecho que ven la posibilidad de reducir este diferencial en un futuro más o menos próximo. Ojalá acierten.
(Gracias a Richi, lector de este blog, por ponerme sobre aviso de esta noticia)
NOTA: La imagen que ilustra este artículo NO corresponde al proyecto de Solaren.
El pasado 3 de diciembre el estado de California publicaba una resolución por la cual se aprobaba un acuerdo de compra de energía entre la compañía eléctrica PG&E (Pacific Gas and Electric Company) y Solaren Corporation, mediante el cual PG&E se comprometía a comprar la energía generada por una planta productora de 200 Mw durante un periodo de 15 años. Lo novedoso del acuerdo es que esta planta generadora estará localizada en el espacio exterior.
Pocos más detalles se conocen del proyecto, excepto que los satélites encargados de producir la energía por medio de placas fotovoltaicas estarán situados en órbita geoestacionaria, y que la fecha de inicio de las operaciones está prevista para junio de 2016. La estación receptora estará ubicada en Fresno, California. En cuanto al coste del acuerdo, que realmente es la clave del asunto… es confidencial.
El proyecto está todavía clasificado como experimental, lo que nos hace suponer que se puede estar asumiendo que la energía generada pueda ser aún más cara de lo que costaría producirla en la Tierra por medios convencionales. Pero no por ello el anuncio deja de ser sorprendente, ya que cuando empresas privadas se embarcan en un proyecto como éste, por muy experimental que sea, es porque tienen fundadas esperanzas de que pueda convertirse en algo rentable en un plazo razonable. Esto es lo verdaderamente chocante, ya que la opinión generalizada hasta ahora era que estas iniciativas, debido a las enormes satélites que sería preciso poner en órbita, no serían rentables en tanto no se redujeran sensiblemente los costes de lanzamiento y fabricación de este tipo de vehículos. ¿Sabe la gente de Solaren algo que no sabemos los demás, son excesivamente optimistas, o éramos el resto los que estábamos siendo excesivamente pesimistas? Veremos…
La compañía Solaren, fundada por antiguos técnicos de gigantes aeroespaciales como Hughes Aircraft, Boeing o Lockheed, va camino de convertirse así en la primera empresa en explotar comercialmente la energía solar generada en el espacio. Para llevarlo a cabo, utilizarán una tecnología patentada por ellos, consistente en extender un espejo colector de luz solar de un kilómetro cuadrado (fabricado en mylar, una lámina de plástico reflectante) que enviará la luz recogida a otro espejo de menor tamaño, que a su vez la enviará finalmente a las placas fotovoltaicas. Teóricamente, este sistema permite concentrar mucha más energía solar en una superficie de placa fotovoltaica mucho menor que la habitual, reduciendo así significativamente el coste y el peso del sistema. Puede que éste sea el as en la manga de Solaren para hacer de la energía solar espacial una solución viable para nuestros problemas energéticos. Aún así, los ejecutivos de Solaren reconocen que su planta espacial será aún más cara que una planta fotovoltaica de potencia equivalente construida sobre la superficie terrestre; pero si han decidido invertir en ello, sospecho que ven la posibilidad de reducir este diferencial en un futuro más o menos próximo. Ojalá acierten.
(Gracias a Richi, lector de este blog, por ponerme sobre aviso de esta noticia)
NOTA: La imagen que ilustra este artículo NO corresponde al proyecto de Solaren.
9 comentarios:
Excelnte articulo como siempre, solo permitame señarle algo el gobernador de California es Austriaco no sueco.
Un saludo.
Pues tienes razón, cosas de la memoria o la falta de ella... (o de la edad...). A ver si luego lo corrijo, gracias.
¿Y cómo tenemos el tema de bajar la electricidad hacia el suelo?
Por medio de haces de microondas. En la anterior entrada sobre el tema hablaba un poco más sobre ello: http://fjcasadop.blogspot.com/2009/11/japon-apuesta-por-la-energia-solar.html
Me parece excelente que se hagan pruebas al respecto pero sinceramente no creo que esto pueda ser viable a fecha de hoy.
Echando un vistazo a la ISS veo que cada segmento de paneles solares es capaz de generar 33 kW. Suponiendo -tirando por lo bajo- que pesen 10 toneladas, uno de los mayores cohetes disponibles podría -siendo optimista- enviar unos 100 kW a órbita baja. El coste de uno de estos cohetes (Protón, Ariane 5...) no baja de los 100 millones de dólares -más optimismo- con lo que nos sale la broma a 1000 dólares por watio sólo por lanzarlo. Eso, claro, sin contar con el precio de los propios paneles, que habrá que subirlos a órbita geostacionaria, que tendrán que tener motores, antenas, un segmento terrestre...
Mucho camino les queda por delante, me temo.
Saludos
Exacto, eso es lo que pensábamos todos. Por eso me ha sorprendido tanto esta noticia, porque, aunque estoy de acuerdo contigo, tampoco creo que los de Solaren sean unos locos inconscientes.
Imagino que el "truco" está en ese sistema patentado por ellos que comento en el artículo: con eso se permite reducir sensiblemente la superficie total de paneles solares (o aumentar la potencia generada por unidad de superficie, como se quiera ver), lo que reduce masa y costes de fabricación. Si eso es suficiente o no para hacerlo viable... pues parece raro, pero ya digo, estoy seguro que esta gente ha hecho números, y si están decididos a invertir en ello será por algo. En fin, ya veremos...
Pensaran alquilar el Ares V en un futuro no muy lejano para abaratar el costo por kg puesto en orbita?
Pero es que el truco de enfocar la luz solar también puede llevarse a cabo en tierra y de forma muchísimo más barata.
No lo entiendo.
Sí, bueno, pero en tierra la ventaja de enfocarlo no es tan grande: se ahorraría en superficie de placas solares, lo cual sería un ahorro en cuanto a coste del suelo y en cuanto a coste de las placas, restándole el coste del sistema de enfoque; no demasiado significativo, supongo. En cambio, en el espacio lo fundamental es el ahorro de peso que supone reducir significativamente la superficie de placas solares (masa a poner en órbita). La ventaja económica en este caso es mucho mayor.
De todas formas, como ya hemos comentado, que incluso así resulte a un coste cercano al que tendría en tierra (no digamos ya inferior) es algo que todavía está por ver.
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