05 enero 2011

Constellation, en estado vegetativo

El programa Constellation agoniza. “¿Pero no había muerto ya?”, os preguntaréis muchos. Bueno, sí… pero no. Parece uno de esos pacientes en coma vegetativo, que se sabe que nunca despertarán pero que muestran una mínima actividad cerebral y se mantienen con vida únicamente gracias las máquinas a las que están conectados, y que la legislación impide desactivar. Pues algo muy, muy parecido es lo que le está pasando al programa Constellation.

Como todos sabéis, el presidente Obama canceló el programa hace ya unos cuantos meses, pero desde entonces se encontró con una fuerte oposición por parte de algunos sectores del Congreso, que se oponían a la pérdida de puestos de trabajo en sus jurisdicciones que supondría la cancelación del programa. De este modo, a pesar de que el presidente había decidido no gastar ni un dólar más en un programa cancelado, estos congresistas se acogieron a triquiñuelas legales para impedir formalmente la cancelación del programa hasta que entrase en vigor un nuevo presupuesto para la NASA aprobado por el Congreso, lo cual debía suceder en octubre del año que acaba de terminar.

Sin embargo, la situación se agravó cuando, llegado el momento, ese mismo Congreso decidió no aprobar un nuevo presupuesto para 2011, sino extender el de 2010 hasta marzo, forzando de hecho a la NASA a mantener activo el programa cancelado por el presidente.

Lo absurdo de la situación es que ahora la NASA se ve obligada a invertir cerca de 500 millones de dólares más en mantener activas durante estos meses las actividades en torno al Ares I y la nave Orión, a pesar de que se sabe que gran parte de este dinero será dinero tirado. Porque si bien la nave Orión puede tener aún alguna esperanza de sobrevivir de alguna forma a su muerte definitiva, aunque sea pasando por un profundo rediseño, lo cierto es que en el Ares I ya no cree nadie.

En un contexto en el que, como expuso claramente la comisión Augustine encargada de analizar la situación de la agencia espacial norteamericana, la NASA no cuenta con un presupuesto suficiente para desarrollar el que debería ser el sustituto del transbordador espacial, que será dado de baja este año, nos encontramos con que parte de ese escaso dinero debe desperdiciarse en mantener artificialmente con vida a un proyecto clínicamente muerto. A qué absurdos nos lleva a menudo la política.

3 comentarios:

Jimmy Murdok dijo...

Que grande tenerte de vuelta Javier! Un total despropósito 500M... vaya tela. Esperemos que a la torre se le pueda dar utilidad adaptándola par otro lanzador.

Anónimo dijo...

Hola.

Es un desproposito total ... que con el dinero invertido se cancele y ¿estando a punto de terminar el Ares1?, que continuen tirando el dinero, que tengan tantos problemas en el desarrollo cuando partian de un hardware ya desarrollado ...

Y sigo pensandop que el tener un lanzador pesado es necesario.

Saludos.

Anónimo dijo...

La última industria que le queda a los EEUU, la del aparato militar-industrial, está entrando en fase terminal. Los chinos en un par de años van a vender su stealth (Chengdu J-20), probablemente tan bueno como el Raptor o el Sukhoi, quizá a un 20% del precio de estos, además, el espionaje lo tienen más fácil que la URSS en tiempos: al final todas las subcontratas de esto o aquello acaban directamente en China o en empresas que subcontratan algo a China. Nunca pensé que los chinos iban a tener un camino tan allanado por parte de la decadencia occidental, pero bueno, c'est la vie...