12 enero 2008

Columbus subirá al espacio el 7 de febrero… si no hay más sorpresas

Parece que la resolución de los problemas con los sensores ECO va viento en popa, y la NASA ha anunciado formalmente el lanzamiento de la misión STS-122, con el Columbus a bordo, para el próximo 7 de febrero.

Dos meses de retraso sobre la fecha inicialmente prevista, que esperemos que no afecten drásticamente al proceso de montaje de la Estación Espacial Internacional. Recordemos que, si se cumple la retirada inexorable del Shuttle en 2010, como pidió Bush y ratificó Griffin, el calendario está muy apretado para poder llevar a cabo todos los vuelos necesarios. Es decir, que unos cuantos retrasos como éste podrían provocar que algún elemento de la estación se termine quedando en tierra. Pero bueno, por otro lado tenemos al Congresista Weldon llevando la contraria a su presidente y pidiendo que se asegure la posibilidad de mantener el Shuttle más allá de 2010 si fuera necesario… En fin, ya veremos cómo termina todo esto.

Lo curioso de todo este tema, desde mi punto de vista, es lo de la avería de los sensores ECO. Voy a ponerme un poco crítico con esto…

Veamos: es un problema que lleva años ocurriendo de forma recurrente, aunque hasta ahora siempre parecía irse soslayando de una forma u otra. En diciembre, tenemos el problema definitivo cuando va a lanzarse la misión STS-122 y los sensores parecen volverse locos, esta vez más que nunca, hasta el punto de que nadie se fía lo más mínimo de ellos y se decide cancelar el lanzamiento mientras se estudia el problema. En paralelo, se filtran unos mails internos de la NASA donde altos cargos confiesan que el problema podría ser imposible de solucionar, y que están totalmente perdidos en cuanto a la fiabilidad de dichos sensores… Y ahora resulta que todo va a solucionarse con unas gotitas de estaño. ¿Soy muy retorcido, o esto huele a que nadie se había tomado el problema en serio hasta ahora, resultando ser una chorrada que podría haberse solucionado hace años?

Vale, primero habrá que demostrar que realmente el problema está resuelto. Y además, también tenemos que reconocer que a veces los problemas más difíciles de solucionar, los que nos dan más quebraderos de cabeza, terminan por ser los más simples cuando se da con ello. Pero no deja de resultar chocante, la verdad.

¿Por qué hablo de unas gotitas de estaño? Pues porque todo apunta a que el problema se producía en un conector, en un simple enchufe, para entendernos, que no hacía buen contacto en algunas ocasiones por posibles holguras entre los elementos macho y hembra (probablemente favorecido por las dilataciones-contracciones que tenían lugar en el entorno criogénico en el que se hallaban inmersos, en el depósito de hidrógeno del transbordador, a -253 ºC). Y la solución va a ser soldar los elementos macho y hembra del conector, para así asegurar un buen contacto eléctrico en cualquier caso. Así de sencillo.

En fin, esperemos que realmente sea ésta la solución definitiva. Entre tanto, esperaremos al 7 de febrero con los dedos cruzados. A ver si finalmente Europa llega a ver su módulo en el espacio, que entre unas cosas y otras, parece que el Columbus está gafado…

(En las fotos que acompañan a esta entrada -cortesía NASA-, los conectores de los sensores y la “sofisticada” solución que se les está aplicando.)

No hay comentarios: