No es que tenga mucho que añadir, pero se le está dando tanto bombo que al final habrá que decir algo… Pues sí, parece que hay agua en la Luna. Pero no, no se ha encontrado ningún río, ni ningún lago. Ni siquiera un charco. Por ahora, todo lo que sabemos, es que hay moléculas de agua, y que posiblemente en lugares muy concretos exista algo de escarcha o hielo. Punto.
De hecho, esto ya se había anunciado unas semanas atrás, a partir de datos registrados por la sonda india Chandrayaan-1. Desde su órbita alrededor de la Luna, la Chandrayaan había observado con un espectrómetro la “firma” inconfundible del agua sobre la superficie lunar. Claro que todo parecía limitarse a unas cuantas moléculas, que se formarían por la interacción de partículas de hidrógeno del viento solar con los materiales de la superficie lunar. Nada que nos permitiera poner una fuente o cavar un pozo para saciar la sed de futuros exploradores…
Ahora, el re-descubrimiento de lo que ya se había descubierto ha venido por otro camino: el análisis de los materiales levantados por el impacto de la sonda LCROSS sobre la superficie lunar al final de su vida útil, el pasado 9 de octubre.
La LCROSS se hizo impactar sobre uno de los lugares de la Luna donde más se ha buscado agua en los últimos años: en la zona de sombras perpetuas de un cráter situado en el polo sur de nuestro satélite. Desde hace tiempo se sospecha que podría existir cierta cantidad de agua en forma de hielo o escarcha en esas zonas donde nunca llega la luz del Sol. De hecho, desde la década de los 90 ha habido sondas alrededor de la Luna que han tenido entre sus principales objetivos la búsqueda de esta hipotética agua helada en las zonas de sombra de los polos lunares; y, aunque en ocasiones se habían detectado posibles indicios, nunca hasta ahora se había obtenido ninguna prueba concluyente. En este caso, en cambio, los análisis de los desechos levantados por el impacto de la LCROSS (y de la última etapa, Centaur, de su lanzador, que seguía la misma trayectoria) han confirmado que hay agua. ¿Cuánta? Eso es lo que por ahora nadie puede decir. Sí parece claro que en este caso es bastante más que las moléculas dispersas que se habían detectado con anterioridad, por lo que podríamos estar ante el descubrimiento de un poquillo de escarcha superficial, o incluso de alguna lámina de hielo. Que sea en cantidades lo suficientemente significativas como para que pueda llegar a ser aprovechable por misiones futuras, es imposible decirlo por ahora.
Y eso es todo. Una noticia que, si bien tiene su interés, sin duda, no es el revolucionario descubrimiento que pudiera parecer si uno se deja llevar por el impacto que ha tenido en los medios. Al menos, de momento no hay datos para pensar que lo es, y tampoco se puede decir que haya sido una sorpresa, ya que, como decíamos, en el fondo se buscaba probar lo que ya se sospechaba hace tiempo. En cambio, uno ya empieza a leer titulares como “En la Luna hay agua suficiente para bañarse” o a oír chorradas en sesudos debates radiofónicos y similares donde algunos de esos tertulianos-expertos-en-todo ya hablan de que si hay agua hay vida, etc, etc. Ya estamos sacando los pies del tiesto por lo que posiblemente no pase de anécdota científica… Aunque bien es cierto que siempre son bienvenidas este tipo de publicidades para el tan olvidado mundillo científico. (Imagen: NASA)
De hecho, esto ya se había anunciado unas semanas atrás, a partir de datos registrados por la sonda india Chandrayaan-1. Desde su órbita alrededor de la Luna, la Chandrayaan había observado con un espectrómetro la “firma” inconfundible del agua sobre la superficie lunar. Claro que todo parecía limitarse a unas cuantas moléculas, que se formarían por la interacción de partículas de hidrógeno del viento solar con los materiales de la superficie lunar. Nada que nos permitiera poner una fuente o cavar un pozo para saciar la sed de futuros exploradores…
Ahora, el re-descubrimiento de lo que ya se había descubierto ha venido por otro camino: el análisis de los materiales levantados por el impacto de la sonda LCROSS sobre la superficie lunar al final de su vida útil, el pasado 9 de octubre.
La LCROSS se hizo impactar sobre uno de los lugares de la Luna donde más se ha buscado agua en los últimos años: en la zona de sombras perpetuas de un cráter situado en el polo sur de nuestro satélite. Desde hace tiempo se sospecha que podría existir cierta cantidad de agua en forma de hielo o escarcha en esas zonas donde nunca llega la luz del Sol. De hecho, desde la década de los 90 ha habido sondas alrededor de la Luna que han tenido entre sus principales objetivos la búsqueda de esta hipotética agua helada en las zonas de sombra de los polos lunares; y, aunque en ocasiones se habían detectado posibles indicios, nunca hasta ahora se había obtenido ninguna prueba concluyente. En este caso, en cambio, los análisis de los desechos levantados por el impacto de la LCROSS (y de la última etapa, Centaur, de su lanzador, que seguía la misma trayectoria) han confirmado que hay agua. ¿Cuánta? Eso es lo que por ahora nadie puede decir. Sí parece claro que en este caso es bastante más que las moléculas dispersas que se habían detectado con anterioridad, por lo que podríamos estar ante el descubrimiento de un poquillo de escarcha superficial, o incluso de alguna lámina de hielo. Que sea en cantidades lo suficientemente significativas como para que pueda llegar a ser aprovechable por misiones futuras, es imposible decirlo por ahora.
Y eso es todo. Una noticia que, si bien tiene su interés, sin duda, no es el revolucionario descubrimiento que pudiera parecer si uno se deja llevar por el impacto que ha tenido en los medios. Al menos, de momento no hay datos para pensar que lo es, y tampoco se puede decir que haya sido una sorpresa, ya que, como decíamos, en el fondo se buscaba probar lo que ya se sospechaba hace tiempo. En cambio, uno ya empieza a leer titulares como “En la Luna hay agua suficiente para bañarse” o a oír chorradas en sesudos debates radiofónicos y similares donde algunos de esos tertulianos-expertos-en-todo ya hablan de que si hay agua hay vida, etc, etc. Ya estamos sacando los pies del tiesto por lo que posiblemente no pase de anécdota científica… Aunque bien es cierto que siempre son bienvenidas este tipo de publicidades para el tan olvidado mundillo científico. (Imagen: NASA)
3 comentarios:
Sobre lo del agua en la Luna, y sus implicaciones, mantenia cierto escepticismo. Pero despues de ver a Zubrin convertido en la niña del excorcista...
http://www.parabolicarc.com/2009/11/17/zubrin-congratulations-nasa-youve-discovered-greenland/
Estoy empezando a tomarme la noticia bastante en serio.
:-))))
Hombre, hay que reconocer que Zubrin tiene mucha razón en lo que dice. Aunque no esté del todo de acuerdo con alguno de los razonamientos expuestos (lo de la colonización de Marte y demás me sigue sonando a más ciencia-ficción que otra cosa, no lo puedo evitar), sí estoy del todo de acuerdo con el fondo de su discurso. Efectivamente, Marte tiene mucho más interés que la Luna desde cualquier punto de vista, por mucho que se intente hacer ver con noticias como ésta del agua que la Luna aún presenta interés.
mira amigo la verdad me dio mucha flojera leer todo pero se escucha interesante!!!!! suerte
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