29 noviembre 2008

Ministerial 2008 2ª parte – O cómo hacer ver que sube lo que en realidad baja

Hay que reconocer que estos políticos a veces son admirables… Son capaces de vendernos como gran éxito y subida de presupuestos lo que en el fondo ha sido un serio recorte a las expectativas que existían hace apenas un mes.

Sí, me refiero a las conclusiones de la Reunión Ministerial de la ESA 2008, de la que os hablaba en la anterior entrada. Se están vendiendo como un gran éxito para el futuro de Europa en el espacio, y como un notable incremento de los presupuestos de la agencia para los próximos años. Y en realidad son verdades sólo a medias, pero que arrojan luz sobre por qué todo se ha desarrollado de la forma que lo ha hecho.

Me explico: a nadie le interesaba que esta reunión apareciera como un fracaso, como un duro golpe a las aspiraciones europeas en el espacio. Todo lo contrario, de cara a todo el mundo (a los ciudadanos, al exterior, etc) es importante dar una imagen de optimismo, unidad y confianza ante el futuro, así como de apuesta por el sector. Presentar un serio recorte en las expectativas, como ha sucedido en realidad, enviaría un mensaje completamente opuesto. Así que se ha llevado a cabo una inteligente maniobra, según lo veo yo.

Hace poco más de un mes os anunciaba que la ESA había recortado drásticamente sus objetivos de cara a esta reunión ministerial. Prácticamente de un día para otro (aunque supongo que por detrás se había trabajado durante un tiempo analizando la situación), su director Jean-Jacques Dordain anunció internamente un serio recorte en el presupuesto a presentar en la reunión. Es decir, la ESA decidió pedir bastante menos de lo que tenían pensado pedir en un principio. Fue un auto-recorte, para evitar males peores.

¿Cuáles serían esos males peores? Pues encontrarse con una bofetada en toda la cara a la vista de todo el mundo, por así decirlo. Eso es lo que hubiera significado pedir 100 y recibir 60. Así que, en previsión de lo que pudiera suceder, la dirección de la ESA decidió actuar preventivamente, reduciendo sus expectativas a la realidad del momento, la dictada por la crisis económica.

Supongo que no debió ser tarea fácil. Me imagino al equipo de la ESA encargado de realizar los presupuestos, indagando aquí y allá, tanteando a los diferentes delegados de los países miembros para ver cómo “respiraba” cada uno e intentando adivinar cuál sería el presupuesto que los ministros estarían dispuestos a aprobar. Como digo, no debió ser tarea fácil: como ya he dicho, no era bueno pedir 100 para quedarse en 60, pero sería aún peor pedir 60 si en realidad los países miembros habrían estado dispuestos a llegar hasta 70…

En fin, parece que en la ESA hicieron un buen trabajo: de los 10.500 millones de euros que finalmente se solicitaron (podéis ver el desglose aquí), tras el auto-recorte, los países miembros han aprobado 9.900. “No me lo esperaba”, ha declarado Jean-Jacques Dordain. Al parecer, habían “tirado” un poquito por lo alto (como debe ser), pidiendo un 10% más de lo que en realidad esperaban obtener. Pero el resultado ha sido que les han dado prácticamente todo lo que han pedido, así que finalmente se encuentran de lo más satisfechos. Parece que ya nadie se acuerda de que en realidad hace tan sólo un mes se esperaba obtener muchísimo más. Quien no se consuela, es porque no quiere…

Los responsables y la prensa destacan que los presupuestos han aumentado desde la anterior ministerial de 2005. Y sí, es cierto, lo han hecho, en números absolutos. Pero si tenemos en cuenta la inflación, la cosa cambia. En realidad, el resultado en euros constantes (si igualamos su valor con la inflación) es de una pequeña caída con respecto a 2005. Naturalmente, eso no es muy políticamente correcto decirlo…

En fin, resumiendo, la situación es la que os anticipaba hace un mes: en el futuro próximo, la ESA continuará por el camino marcado, sin nuevos ni espectaculares programas. Que no está mal, teniendo en cuenta que en los últimos años se ha alcanzado un nivel más que aceptable, sobre todo en el lado científico (el menos vistoso, lamentablemente, centrado en satélites), pero que es bastante menos de lo que se preveía hace poco más de 30 días.

Sí, veremos aún programas nuevos de exploración: Bepi-Colombo, por ejemplo, la misión a Mercurio, que no se vio apenas afectada por los recortes (se decidió no afectar seriamente a los programas en avanzado estado de desarrollo). Pero tardaremos varios años más en ver ExoMars en funcionamiento: ya os anticipé que, sin llegar a verse anulada, su presupuesto había quedado bajo mínimos, lo justito para mantenerlo vivo en espera de tiempos mejores. Lo mismo ha pasado con varios otros proyectos.

En resumen, nada nuevo bajo el sol, la reunión ha terminado como se preveía en los círculos próximos a la ESA. Es en cierto modo lógico, teniendo en cuenta el contexto de crisis mundial que estamos viviendo, pero no deja de ser triste. Pero una vez aceptado esto, hasta es lógico que Dordain esté contento: su equipo indudablemente ha hecho una magnífica labor, anticipándose a lo que iba a pasar en la ministerial, y ajustando los presupuestos con un tino impresionante. Hay que ver el lado bueno, así que… ¡enhorabuena! (Foto: ESA)

26 noviembre 2008

Ministerial 2008

Impresionante, ¿verdad? Me refiero a la foto… Toda esa gente está ahí para decidir el futuro de Europa en el espacio. Se trata de la reunión ministerial de 2008, con delegaciones de todos los países miembros de la ESA, que ha concluido hoy, día 26 de noviembre. Lo increíble es que se pueda llegar a consensuar algo, con tanto país y tanta gente…

Cuando tenga un rato para empollármelas, ya os informaré de las conclusiones de la reunión, que acaban de darse a conocer. Aunque me temo que no habrá mucho que contar, como ya os anticipé no hace mucho… (Foto: ESA)

25 noviembre 2008

Yo... Galileo Galilei

Éste es el título de un nuevo libro de divulgación para niños que acaba de salir al mercado, de la pluma (o las teclas, más bien) de Albert Plà. Se trata de una biografía de este precursor de la ciencia y la astronomía modernas, escrita de una forma amena y desenfadada, pero no por ello menos rigurosa.

Se trata de un libro dirigido a niños con edades comprendidas entre los 8 y los 12 años, más o menos (es decir, ese periodo en el cual ya puedes leer con cierta fluidez, pero aún no tanta como para enfrentarte a El Quijote), aunque lo cierto es que seguramente muchos padres lo leerán también con interés. Yo, al menos, lo he pasado bastante bien leyéndolo, y reconozco que, aunque cortito para un adulto (64 páginas, combinando texto y dibujos) he aprendido algunas cosas nuevas sobre este personaje, del que reconozco que sabía poco más que los cuatro datos relevantes que todos conocemos.

De hecho, el libro también nos sacará a más de uno de algún error, al darnos cuenta que de esos "cuatro datos relevantes", a lo mejor resulta que dos o tres no lo son tanto... vamos, que son falsos en toda regla. Y es que un apartado del libro se dedica precisamente a eso, a desbancar mitos sobre el personaje. Y lo hace con bastante humor...

Quizás lo mejor del libro sea eso, su estilo ameno, ágil y hasta divertido en ocasiones, con una redacción en primera persona en un lenguaje coloquial que creo que lo puede hacer muy atractivo para el público al que va dirigido. Se nota aquí la mano de Albert, un gran comunicador que ha dedicado buena parte de su carrera profesional, entre otras muchas cosas, a divulgar ciencia y astronomía a grupos de jóvenes, a través de su empresa Aula del Cosmos.

El texto se complementa con unos divertidos dibujos que componen un resultado final bastante atractivo. En resumen, un magnífico regalo para estas Navidades, si tenéis hijos, sobrinos o nietos en esa banda de edad.

Yo… Galileo Galilei
Editorial Parramón
ISBN: 978-84-342-3284-6

20 noviembre 2008

La Crisis de los Misiles de Cuba

Ya sé que no es un tema de astronáutica, pero tiene cierta relación cercana, ya que en aquella época el desarrollo de misiles y el de cohetes espaciales iban íntimamente unidos. En cualquier caso, creo que el análisis de aquella crisis es un tema apasionante, y por eso escribí un artículo hace algún tiempo que publiqué en Historia 16, incluyendo algunas recientes revelaciones que nos hacen estremecernos aún más al demostrarse lo cerca que estuvimos de una guerra nuclear en 1962.

En fin, no me enrollo más, esto era sólo para informaros de que he colgado dicho artículo en mi web principal, podéis encontrarlo aquí, si os interesa.

04 noviembre 2008

Se veía venir… (el Ares y sus problemas, otra vez)

Se veía venir: un estudio independiente realizado por una comisión del Congreso norteamericano ha concluido que el desarrollo del cohete Ares-I de la NASA se enfrenta a un probable retraso de al menos año y medio sobre la última fecha oficial de entrada en servicio (marzo de 2015), la cual ya acarreaba un año de retraso frente a la fecha planteada al lanzamiento del proyecto (2014).

Y no sólo eso, sino que el sobrecoste que supondría intentar evitar este último retraso se elevaría a 7.000 millones de dólares sobre el presupuesto del programa. Eso sólo para meterlo en fechas, sin contar con hipotéticos sobrecostes que puedan aparecer por otras razones.

Entre los problemas encontrados por la comisión en el proyecto, me ha llamado la atención ver que se apunta a “la incapacidad de la NASA para desarrollar y fabricar escudos térmicos efectivos para el Orion dentro de la planificación de desarrollo actual”. Me parece muy fuerte, muy agresivo hablar de la “incapacidad de la NASA”, aunque la frase encaja muy bien con lo que Daniel Marín apuntaba en su blog hace cosa de un mes…

El estudio revela (yo no había encontrado confirmación desde que anuncié aquí que estaba en consideración, hace cosa de un año) que la NASA ya ha renunciado a que el Orión realice un aterrizaje sobre tierra firme, optando por el amerizaje como opción nominal (la tierra firme queda como opción de emergencia, como ocurrió en proyectos anteriores de la agencia). Esto aligera el vehículo, pero impone severas restricciones: por un lado, encarece las misiones debido al mayor apoyo logístico requerido para un amerizaje; y, por otra parte, dificulta enormemente (encareciéndolo también en buena medida) la reutilización de la nave, debido a lo duro de las condiciones marinas (entorno altamente corrosivo). Mala cosa para conseguir un sistema espacial económico.

En respuesta a este informe, el Jefe de Proyecto del Ares I ha declarado en rueda de prensa que “El cohete Ares I es un diseño sólido que no sólo cumple los altos niveles de seguridad requeridos para un vehículo tripulado, sino que está dentro de presupuesto y plazos y cumple los requisitos de prestaciones con margen”. En otras palabras, lo que viene a decir es: “el informe del comité del Congreso es una mentira cochina”. Algo huele mal en todo esto…

Para terminar, por si todo esto fuera poco, la ex-astronauta Eileen Collins, actual miembro (¿o “miembra”?) del Consejo Asesor de la NASA, ha revelado que, entre las opciones en estudio para simplificar el diseño e intentar paliar los múltiples problemas a los que se enfrenta el proyecto (y de los que ya hablábamos últimamente por aquí), se encuentra la de reducir el objetivo del proyecto Constellation a un simple lanzador y vehículo para subir a la órbita terrestre baja, eliminando cualquier capacidad para llevar a cabo misiones lunares (y mucho menos marcianas). Por ahora sólo es una de las opciones a considerar, pero malo es que ya se planteen la posibilidad de renunciar a una de las premisas básicas del proyecto…

Lo dicho: se veía venir…