Estuve tentado a mencionarlo ayer cuando escribí el artículo sobre el nuevo presupuesto-política de la NASA, pero no lo hice porque no lo consideré relevante. Pero tras leer algunas opiniones del otro lado del Atlántico, veo que quizás pueda ser bastante más relevante de lo que yo creía.
Me refiero al hecho de que los presupuestos de la NASA publicados el lunes no debemos darlos por cerrados, y por tanto no debemos dar por cerrada la decisión de cancelación del programa Constellation. Efectivamente, todo presupuesto propuesto por la Casa Blanca debe pasar después por la aprobación del Congreso. Pero no lo mencioné ayer pensando que era poco menos que un trámite del que esperaba, como mucho, algunos ajustes económicos al presupuesto presentado por el lunes por la presidencia. Hoy, tras leer algunos artículos que me han hecho conocer un poco más sobre la forma de hacer política allende los mares, ya no lo tengo tan claro.
Efectivamente, según muchas opiniones Obama puede encontrarse con el rechazo frontal del Congreso cuando presente su nueva política espacial en forma de presupuesto para la NASA. No sólo es de esperar que los republicanos reaccionen en masa contra una iniciativa que pretende echar por tierra un proyecto arrancado por su último presidente, aparte de que intenten aprovechar la ocasión para debilitar aún más frente a la opinión pública a un ya deteriorado Obama, sino que tampoco está asegurado el apoyo de las propias filas demócratas en un país donde la disciplina de voto a la que estamos habituados en Europa se da en muy contadas ocasiones.
Efectivamente, no debemos olvidar que en los Estados Unidos los congresistas están muy ligados a los votantes de sus circunscripciones, que allí los ciudadanos votan pensando en la persona que va a representar sus intereses y los de su región, más que en las siglas anónimas de un partido nacional. Y por ello no sería en absoluto sorprendente que congresistas demócratas de las regiones en las que más puestos de trabajo se verían afectados por la cancelación del Constellation eligieran oponerse a la decisión de su presidente y alinearse con los republicanos. En fin, que según se ve la situación por aquellas tierras y en base también a algunos comentarios procedentes de los propios círculos del parlamento, puede que no todo esté tan claro, podríamos llevarnos alguna sorpresa cuando llegue el momento de votar en el Congreso.
Ahora bien, que nadie eche las campanas al vuelo pensando que esto podría significar la resurrección del a día de hoy muerto programa lunar: un rechazo del Congreso que se opusiese a la cancelación del Constellation podría forzar, en un caso hipotético, que siguiera adelante el desarrollo del Ares I y de la nave Orión. Pero al resto del programa no lo salva ni el Congreso ni nadie. En fin, veremos en qué acaba este largo culebrón del Constellation, pero me temo que, de darse este tipo de luchas en el gobierno, al final quien más saldrá perdiendo será el propio programa espacial.
Me refiero al hecho de que los presupuestos de la NASA publicados el lunes no debemos darlos por cerrados, y por tanto no debemos dar por cerrada la decisión de cancelación del programa Constellation. Efectivamente, todo presupuesto propuesto por la Casa Blanca debe pasar después por la aprobación del Congreso. Pero no lo mencioné ayer pensando que era poco menos que un trámite del que esperaba, como mucho, algunos ajustes económicos al presupuesto presentado por el lunes por la presidencia. Hoy, tras leer algunos artículos que me han hecho conocer un poco más sobre la forma de hacer política allende los mares, ya no lo tengo tan claro.
Efectivamente, según muchas opiniones Obama puede encontrarse con el rechazo frontal del Congreso cuando presente su nueva política espacial en forma de presupuesto para la NASA. No sólo es de esperar que los republicanos reaccionen en masa contra una iniciativa que pretende echar por tierra un proyecto arrancado por su último presidente, aparte de que intenten aprovechar la ocasión para debilitar aún más frente a la opinión pública a un ya deteriorado Obama, sino que tampoco está asegurado el apoyo de las propias filas demócratas en un país donde la disciplina de voto a la que estamos habituados en Europa se da en muy contadas ocasiones.
Efectivamente, no debemos olvidar que en los Estados Unidos los congresistas están muy ligados a los votantes de sus circunscripciones, que allí los ciudadanos votan pensando en la persona que va a representar sus intereses y los de su región, más que en las siglas anónimas de un partido nacional. Y por ello no sería en absoluto sorprendente que congresistas demócratas de las regiones en las que más puestos de trabajo se verían afectados por la cancelación del Constellation eligieran oponerse a la decisión de su presidente y alinearse con los republicanos. En fin, que según se ve la situación por aquellas tierras y en base también a algunos comentarios procedentes de los propios círculos del parlamento, puede que no todo esté tan claro, podríamos llevarnos alguna sorpresa cuando llegue el momento de votar en el Congreso.
Ahora bien, que nadie eche las campanas al vuelo pensando que esto podría significar la resurrección del a día de hoy muerto programa lunar: un rechazo del Congreso que se opusiese a la cancelación del Constellation podría forzar, en un caso hipotético, que siguiera adelante el desarrollo del Ares I y de la nave Orión. Pero al resto del programa no lo salva ni el Congreso ni nadie. En fin, veremos en qué acaba este largo culebrón del Constellation, pero me temo que, de darse este tipo de luchas en el gobierno, al final quien más saldrá perdiendo será el propio programa espacial.
9 comentarios:
¿Y que sentido tendría una Orión y un Ares I, a estrenar en el 2016, para simplemente los relevos de tripulaciones a la ISS, que funcionaría hasta el 2020?. Cincuenta años después, los americanos repetirían la historia: una nave diseñada para ir a la Luna, acaba sirviendo de ferry para LEO. Y la Orion está sobrediseñada y pasada de peso sólo para eso; para eso, la mejor alternativa es una cápsula más pequeña. A mi me parece que la decisón de Obama, si bien es tardía y peligrosa, es correcta, al igual que en su momento la Visión de Bush me pareció un cuento de hadas con muchas probabilidades de acabar mal.
Pues mira no seria mala solucion mantener el desarrollo del ares 1 y la capsula orion y en un futuro el desarrollo de un cohete pesado (no necesariamente un ares 5), podria ser una opción la opcion jupiter 241 basandose en material deribado del transbordador espacial.
Me parece que jugar con miles de empleos cualificados en momentos en que el paro es tan elevado en usa, no me parece buena idea.
Ojala renazca el ares 1 y la torre recien construida.
saludos jorge.
El desarrollo de la orion y ares 1 para la iss no es mala idea y esperaria a momentos mejores para financiar un cohete pesado y dar el paso a la luna y objetos mas alla de la orbita terrestre, comprendes HR_OSO, eso es mejor que dar 50 millones de dolares a los rusos por cada asiento. Eso les va a salir caro, muy caro creo yo.
saludos jorge
Houston, temos um problema...o fato é que a Guerra Fria, verdadeiro motivador do programa Apolo, acabou e os EUA já não mais donos de mais da metade do PIB mundial como foram nos anos pós-guerra. Constellation foi apenas uma cortina de fumassa para camuflar o acidente da Challanger quando era preiso mantera imagem de absolta superioridade da tecnologia ocidental frente a então URSS. Nem mesmo o governo que o anunciou o financiou. Pelo menos agora não estamos diante de uma peça publicitária. Repetir o passado para quê? Vejamos se a atual adminisrração encontra objetos sérios e exeqüiveis. Vejamos o que o futuro possa nos reservar. Marte nos parece agora mais distante mas ainda é um objetivo e explorar asteróides é melhor que plantar mais bandeirinhas na lua.
Grato
Vamos a ver, los asientos en la Soyuz tendrían que comprarse de todas formas, dado que la Soyuz es el bote salvavidas de la ISS. Los relevos de tripulaciones tienen que hacerse con ella. Lo que digo es que la Orion es excesiva para ese cometido, y estoy de acuerdo con la decision de Obama de optar por un transporte más barato. Para mi, el proyecto Constellation se diseñó con una característica principal en mente: se podia recortar por todos lados, como asi ocurrió antes de haber sido (casi) cancelado. Si hubiera salido adelante, creo que no hubiéramos visto nada más que el Ares I y el Orion a LEO, en mucho tiempo.
Continuando: seria uma pena, para não dizer uma estupidez, abandonar a ISS depois de tanto tempo, dinheiro e esforço nela investidos justo agora que ela poderá dar retorno.
Es una verdadera pena la propuesta de la Casa Blanca. Las distintas adminsitraciones en USA no hacen otra cosa más que cancelar lo que la administración anterior planeó y los presupuestos son siempre inferiores a los planes establecidos.
Vejam esta, para mim, sensata opinião de um especialista russo:http://sp.rian.ru/analysis/20100208/125017641.html
Buen análisis, simple y desapasionado. Coincido con él.
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