El cometa McNaught, ya comentado aquí recientemente, en una magnífica fotografía tomada desde el Hemisferio Sur. Como ya anunciamos hace unos días, allí está resultando aún más espectacular que cuando apareció por estas latitudes. Disfrutadlo, los que podáis...
Aunque el motivo que ha provocado esta entrada ha sido la espectacularidad de la fotografía, no puedo dejar de aprovechar la ocasión para hacer algunos comentarios sobre la naturaleza de las colas cometarias. Y es que en esta imagen se aprecia con una claridad pocas veces contemplada.
Todos sabéis que la cola de un cometa está provocada por la nube de polvo arrastrada de su superficie por el viento solar cuando, en su recorrido orbital, el cometa se aproxima a nuestra estrella. Hay otra cola de gases, pero suele ser mucho más corta, fina y tenue, y difícilmente perceptible (no se aprecia en esta fotografía), a menudo separada unos cuantos grados de la cola principal de polvo.
En esta fotografía podemos ver con claridad las hebras que componen la cola de polvo. Dichas "hebras" apuntan todas en una misma dirección: la opuesta al Sol. Lógicamente, dado que es el viento solar el que arrastra el polvo de la superficie del cometa para formarlas. Pero como el cometa se mueve a lo largo de su órbita, dichas "hebras" van haciendo un barrido por el firmamento, dando lugar a la espectacular cola del cometa. Cuando, además, el astro se encuentra en la parte de su órbita más cercana al Sol (cerca del perihelio), allí la curvatura de dicha órbita es máxima, lo que se refleja en la mayor curvatura de la cola cometaria. Al fin y al cabo, estamos viendo más o menos la traza de la órbita del cometa, marcada por los hilos de polvo arrastrados por el viento solar mientras aquél se desplaza alrededor del Sol.
En esta fotografía se aprecia todo eso perfectamente, lo que la convierte, además de en una belleza, en una imagen muy didáctica.
Aunque el motivo que ha provocado esta entrada ha sido la espectacularidad de la fotografía, no puedo dejar de aprovechar la ocasión para hacer algunos comentarios sobre la naturaleza de las colas cometarias. Y es que en esta imagen se aprecia con una claridad pocas veces contemplada.
Todos sabéis que la cola de un cometa está provocada por la nube de polvo arrastrada de su superficie por el viento solar cuando, en su recorrido orbital, el cometa se aproxima a nuestra estrella. Hay otra cola de gases, pero suele ser mucho más corta, fina y tenue, y difícilmente perceptible (no se aprecia en esta fotografía), a menudo separada unos cuantos grados de la cola principal de polvo.
En esta fotografía podemos ver con claridad las hebras que componen la cola de polvo. Dichas "hebras" apuntan todas en una misma dirección: la opuesta al Sol. Lógicamente, dado que es el viento solar el que arrastra el polvo de la superficie del cometa para formarlas. Pero como el cometa se mueve a lo largo de su órbita, dichas "hebras" van haciendo un barrido por el firmamento, dando lugar a la espectacular cola del cometa. Cuando, además, el astro se encuentra en la parte de su órbita más cercana al Sol (cerca del perihelio), allí la curvatura de dicha órbita es máxima, lo que se refleja en la mayor curvatura de la cola cometaria. Al fin y al cabo, estamos viendo más o menos la traza de la órbita del cometa, marcada por los hilos de polvo arrastrados por el viento solar mientras aquél se desplaza alrededor del Sol.
En esta fotografía se aprecia todo eso perfectamente, lo que la convierte, además de en una belleza, en una imagen muy didáctica.
Foto: Gordon Garradd
1 comentario:
Rectifico: sí se observa la cola de gases en la foto, aunque es casi invisible. Si la ampliáis (clic en la foto), podéis verla, muy tenue, saliendo en línea recta tangente al inicio de la cola, desde la cabeza del cometa.
Los gases son mucho más veloces, y por eso los vemos como en una instantánea; en este caso no vemos la traza a lo largo de la órbita, sino una línea recta, en la dirección opuesta al Sol.
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