04 agosto 2008

Críticas de John Glenn a la política espacial norteamericana

John Glenn, el que fuera el primer astronauta norteamericano en orbitar la Tierra, me apoya. Bueno, él no lo sabe, claro, aún no soy tan famoso (todo se andará ;-), pero el caso es que Glenn acaba de dar un discurso ante un comité del Congreso de los Estados Unidos que refleja en buena medida las críticas que vengo haciendo a la Visión para la Exploración del Espacio del presidente Bush desde que se anunció en enero de 2004.

Para los que no nos sigáis desde entonces, os recordaré que la visión de Bush fue la nueva directiva para la NASA que la encaminó hacia abandonar el Shuttle y poner su objetivo en una nueva misión tripulada a la Luna. Eso dicho de forma muy simplificada, claro. Y con una connotación importante: todo esto había que hacerlo con el mismo dinero. Si queréis repasar el contenido de la “visión” y mis críticas más en profundidad, podéis hacerlo aquí (un análisis personal en plan “charla de café”) y aquí (un artículo sobre los inicios del programa Constellation que repasa también brevemente el contenido de la “visión”).

Como en todo discurso político, hay bastante paja (como una larga introducción sobre los éxitos americanos en el espacio), pero os extractaré los fragmentos que me han parecido más curiosos. Nada nuevo, la verdad, lo que voy a decir lo vengo diciendo hace tiempo por aquí, pero bueno, a ver si con el respaldo de un ex-astronauta y ex-senador de los Estados Unidos, se me quita un poco el sambenito de criticón anti-todo lo que hace la NASA (aunque la verdad es que siempre critico lo mismo, pero es que soy muy pesado).

Primero, Glenn comenta que la “visión” fue una sorpresa. Desde luego, creo que nos sorprendió a todos (“cuando lo oí, me quedé pasmado”, decía yo en 2004), aunque no sé si a todos de la misma forma. Luego empieza con sus críticas:

En enero de 2004, el actual presidente George W. Bush anunció lo que se denominó su Visión para la Exploración del Espacio (VSE). Fue un shock y una sorpresa para la mayor parte, si no todos, los miembros del Congreso que habían votado las apropiaciones de la NASA con un propósito diferente, así como para la comunidad espacial y nuestros socios internacionales, que no habían tomado parte en el proceso de decisión. Esta vez el Presidente simplemente dijo a la NASA lo que tenía que hacer. Punto.

Dejaré a su especulación la oportunidad en el tiempo del anuncio del Presidente. El nuevo programa, sin embargo, era un completo cambio de dirección para la NASA. Pedía volver a la Luna, para una exploración extensa, y luego ir a Marte en una fecha posterior. Estos dos objetivos iban a ser la fuerza directriz del programa. Todo lo demás sería secundario o eliminado
”.

Efectivamente, ésta ha sido siempre la base de mis críticas, lo que muchos no han querido ver: lo peor de la visión no es su objetivo en sí mismo, sino el cómo: a costa de todo lo demás.

Luego Glenn critica ácidamente la idea expuesta en el discurso de Bush de ir a Marte desde la Luna. ¡Por fin! Creía que estaba solo en esa crítica, hasta ahora no había visto que nadie se diera cuenta del sinsentido de esto. Aunque yo critiqué este planteamiento cuando Bush lo expuso en su discurso de enero de 2004, Glenn hace referencia a un discurso posterior, en 2007 (es decir, 3 años después Bush sigue diciendo la misma chorrada):

Recordando aquella decisión [la de imponer la VSE] en Cleveland en 2007, el Presidente dijo, ‘y de esta forma establecemos una nueva misión, que es ir a la Luna y establecer una base de lanzamiento allí desde la cual seguir explorando el espacio’. Si se llevase a cabo, esta propuesta para lanzar desde la Luna hacia Marte sería de lejos la más cara y complicada comparada con otras alternativas de misiones marcianas. Los asesores del presidente son muy variados, pero sería interesante saber quién asesoró al presidente en algunas de las propuestas de la VSE”.

Y es que, efectivamente, hablar de ir a la Luna para establecerlo como base de partida de futuras misiones a otros planetas, no tiene ningún sentido, por mucho que lo hayamos visto en películas de ciencia ficción (eso también lo expliqué aquí). Luego Glenn continúa exponiendo su sentimiento frente a la visión, que es prácticamente idéntico al mío:

Incluso así, yo estaba bastante a favor de este nuevo programa porque sentía que añadía una nueva dimensión, un nuevo entusiasmo para nuestra gente joven, y podría generar nuevos apoyos del pueblo americano. Sin embargo, yo creía, como la inmensa mayoría [creo que aquí Glenn es un poquito irónico; la realidad iba implícita en el discurso de Bush de 2004, y estoy seguro de que Glenn se dio cuenta entonces, como yo] que la “visión” era adicional a los otros programas planificados por la NASA, no en lugar de. Yo asumía como natural que tendría que haber una petición de más dinero dentro del proceso presupuestario para cumplir estos nuevos objetivos. Mis asunciones eran incorrectas.”

Glenn sigue hablando claro:

El Administrador Sean O’Keefe (…) nos informó que la VSE excedía el presupuesto de la NASA. Por tanto, toda la investigación en la ISS que no aplicase directamente a ir a la Luna o a Marte sería cortada de inmediato. Decir que me quedé pasmado es quedarse corto.

Yo estaba ciertamente a favor de la VSE a la Luna y Marte, pero si la única forma de hacerlo era cortando toda la investigación en la ISS (la razón por la que se había construido), entonces eso quebrantaba lo que nuestro pueblo había aceptado como objetivo del programa, lo que el Congreso había debatido y aprobado, y lo que se les había prometido a nuestros aliados por parte de esta gran nación.
(…)
Los cambios anunciados por el Administrador O’Keefe básicamente eliminaron la mayor parte de los proyectos de investigación con institutos, universidades y corporaciones a menos que dichos proyectos estuvieran específica y directamente conectados con los objetivos Luna/Marte. Dijo que no sólo no habría incrementos en los fondos, sino que habría un recorte de 1200 millones en investigación durante un periodo de cinco años


Glenn sigue recordando lo que ocurrió después: O’Keefe dejó la dirección de la NASA y llegó Griffin, a quien Glenn intenta justificar diciendo que hace lo que puede para hacer lo que le han mandado con los medios de que dispone. Su discurso, llano y sencillo en su totalidad, se vuelve aquí aún más coloquial:

Sin cambios en la política presupuestaria, el Dr. Griffin se ha encontrado prácticamente con una ‘Misión Imposible’.Como alguien dijo hace mucho tiempo: ‘Los grandes planes sin recursos no pasan de ser sueños’. Mi antiguo colega astronauta Gus Grissom lo dijo aún más claro cuando se propusieron recortes en el proyecto Mercury: ‘Sin pasta, no hay Buck Rogers’ [un juego de palabras en inglés: No bucks, no Buck Rogers]”

Aquí llega Glenn al meollo de su discurso: lo hecho, hecho está, ahora hay que intentar que la cosa no se ponga aún peor. El daño a la ciencia ya se ha hecho, los recortes ya llevan varios años aplicados, el programa Constellation está en marcha para sacar adelante el nuevo lanzador Ares y la nueva nave Orión. De Marte ya no habla nadie, aunque la Luna sigue siendo el objetivo oficial (aunque por ahora el dinero invertido ha ido dirigido sólo al Ares/Orión; es decir, que la misión lunar puede ser aún cancelada por cualquier presidente sin ningún impacto económico, pues el Ares/Orión también sirve para otras cosas). En este contexto, Glenn intenta salvar lo único salvable en estas condiciones: el Shuttle. No salvarlo eternamente, sino mantenerlo en activo hasta que el Orión pueda tomar el relevo. No olvidemos que a día de hoy el Shuttle dejaría de prestar servicio en 2010, mientras que el primer vuelo operativo del Orión no se prevé hasta 2015. Glenn hace su petición:

Una suma adicional de 2,8 a 3 mil millones de dólares por año podría mantener en operación el transbordador hasta que los equipos del nuevo programa Constellation estén listos, y así restablecer al menos parcialmente el programa de investigación en la ISS. Otro importante beneficio de este proceso sería la preservación de los equipos de ingeniería y de lanzamiento más experimentados del mundo, los cuales no podrían mantenerse con cinco años de parón mientras desarrollamos el concepto Constellation. Las cualificaciones del personal, su entrenamiento y experiencia deberían ser una gran preocupación.”

A continuación, Glenn vuelve a destacar el daño que se le está haciendo a la ciencia con los recortes impuestos por la “visión” de Bush, así como el daño que se les ha hecho también en diversas ocasiones a sus socios internacionales al suspender unilateralmente proyectos conjuntos, con el riesgo que esto supone en cuanto a credibilidad de cara a futuras colaboraciones. Hay una frase muy relevante a este respecto:

En una recepción en Washington hace algún tiempo, me encontré con un alto cargo extranjero que ocupaba una alta posición en el programa espacial de su país (uno de nuestros miembros de la ISS), que me dijo que habían confiado en que los Estados Unidos se tomaba la Estación Espacial en serio, y que ahora no podían creerse lo que los Estados Unidos les habían hecho.”

Luego vuelve sobre el tema de la investigación. Para Glenn, si los Estados Unidos han llegado a estar donde están, se lo deben en buena medida a la investigación. En concreto en el sector aeroespacial, las investigaciones desarrolladas por la NASA en tiempos pasados han permitido a las empresas norteamericanas ser líderes en aeronáutica y espacio (recordemos que la investigación de la NASA revierte en las empresas, siendo éste uno de los principales objetivos de la agencia). Para Glenn, el actual recorte de investigación en la NASA amenaza seriamente a la posición de liderazgo de la industria nacional. Y amenaza también al mantenimiento de un núcleo de investigadores científicos de alto nivel en el país.

Glenn termina su discurso apelando a la cordura, a ver las cifras en contexto, y a pensar en los beneficios de incrementar los fondos de la NASA:

Añadir 3.000 millones de dólares anuales al presupuesto de la NASA es poco comparado con otras cifras de los presupuestos: los 3 billones de dólares de nuestro presupuesto nacional, el déficit anunciado de 490.000 millones, la factura mensual de 10.000 millones para Irak, y otras comparaciones. Pero con esta inversión de 3.000 millones, el retorno potencial es enorme:

Mantendríamos nuestra capacidad para viajar al espacio y a nuestra ISS
Mantendríamos una fuerza de trabajo estable en ingeniería y lanzamiento
Restableceríamos la confianza de nuestros socios internacionales
Haríamos posible proyectos como el espectrómetro alfa-magnético del Dr. Ting
[mencionado previamente en su discurso: una investigación en física de partículas en la que se ha invertido ya bastante a nivel internacional, y que ha quedado en suspenso con la baja del Shuttle en 2010]
Nuestro programa espacial seguiría siendo el símbolo de una gran nación, dispuesta a proponer grandes proyectos y a llevarlos a cabo en beneficio de todos, un verdadero líder mundial que define cómo será el futuro.

En su día, el mantra de la NASA era: ‘Mejorar la vida aquí – Extender la vida allá – Encontrar vida más allá’. Podemos mantener esas prioridades y además llevar a cabo la VSE si simplemente tenemos la voluntad de hacerlo. Pero ‘Un gran plan sin recursos, no pasa de ser un sueño’
”.

John Glenn, Senador retirado y pionero espacial. 30 de julio de 2008.

Testimonio de John Glenn ante el Comité de Ciencia y Tecnología del Congreso de los EE.UU. el 30 de julio de 2008

Agua en Marte

No me extenderé mucho en esta entrada, que simplemente intenta clarificar una pequeña cuestión. Sí, la sonda espacial norteamericana Phoenix ha encontrado agua helada en Marte, como habréis leído y oído en decenas de sitios. La ha cogido con su brazo robótico, la ha introducido en su interior, la ha analizado, y ha concluido: “esto es agua”. Sí, es un hito. Y es importante. Pero no es un descubrimiento, porque ya sabíamos que había agua helada en Marte.

No sólo existían serios indicios desde hace décadas, sino que más recientemente diversas sondas norteamericanas y europeas lo habían confirmado categóricamente a través de análisis realizados desde la órbita marciana (la europea Mars Express, por ejemplo, lo hizo en 2004). Así que no es una novedad científica, aunque cuando lo fue en su día no se le dio tanta publicidad. Sí, esta vez se ha “tocado” el agua, se ha extraído una muestra, y se ha confirmado “con las manos en la masa”. Por supuesto, es importante, no quiero ser un aguafiestas, pero sólo quiero señalar que no es tan novedoso, que no ha sido ninguna sorpresa.

Lo realmente importante y novedoso sería encontrar agua líquida en Marte, quizás oculta en algún punto bajo su superficie. Sería muy importante porque donde hay agua líquida hay más probabilidad de que pueda existir vida. Pero esa duda aún no se ha despejado; para saber si dicho agua líquida existe o no, tendremos que seguir esperando. (Foto: NASA)

30 julio 2008

Servicios post-mortem en la NASA

Sí, aunque parezca mentira, puede que en toda tu vida tu relación con la NASA no haya pasado de ver algún partido de fútbol vía satélite, y que, sin embargo, puedas serle extremadamente útil a esta organización una vez muerto. En realidad, no es tan extraño una vez que se conocen los detalles, pero hay que reconocer que en un principio resulta de lo más chocante: la NASA utiliza cadáveres humanos para analizar la seguridad de sus vehículos espaciales.

Es difícil escribir una entrada así sin parecer que se está cayendo en el sensacionalismo o la sordidez, pero la verdad es que, además de resultar sorprendente para los que no estamos introducidos en estas áreas concretas, me ha parecido un tema interesante desde un punto de vista tecnológico, o dicho de forma más precisa, biomecánico. Vamos a ello:

Es de todos conocida la rutinaria utilización de maniquíes (los famosos “dummies”) para el diseño de automóviles, utilizándolos como cobayas artificiales en los no menos famosos ensayos de impacto (“crash tests”) que estamos acostumbrados a ver en televisión: un coche grabado a cámara lenta en laboratorio mientras se estrella contra un muro de hormigón, lleno de maniquíes cuyas cabezas y extremidades se agitan violentamente recordándonos el peligro que supone el acto rutinario de utilizar el coche para desplazarnos.

Aparte de para concienciarnos de las nefastas consecuencias que pueden tener nuestras negligencias al volante, estos ensayos de impacto sirven fundamentalmente para diseñar vehículos más seguros, en los que sus ocupantes sufran menos daños en caso de accidente. Para ello, estos “dummies” se diseñan con propiedades similares a las del cuerpo humano en cuanto a tamaño, articulaciones, distribución de masas, etc. Además, son equipados con diversos sensores que ayuden a establecer la gravedad de las lesiones que podrían aparecer sobre un ser humano como consecuencia del choque. El resultado son unos datos muy útiles para ayudar a los ingenieros en el diseño de vehículos más seguros.

El diseño de un vehículo espacial no funciona de forma muy diferente cuando se trata de estudiar el efecto de un aterrizaje violento sobre sus ocupantes, por ejemplo. Hay que reproducir todo tipo de situaciones en las que pueda fallar algo durante la toma de tierra, haciendo que ésta sea más violenta de lo esperado. El objetivo es diseñar un vehículo lo más seguro posible, que proteja a sus ocupantes incluso en caso de fallo de varios de los sistemas de amortiguación del aterrizaje. Es el caso, por ejemplo, de la nave Soyuz, en la que en ocasiones han fallado los retrocohetes encargados del frenado final, pero aún así los cosmonautas no han sufrido daños en esas ocasiones.

Para ensayar estos impactos también se utilizan maniquíes o “dummies” como en la industria del automóvil. Pero un “dummy” nunca representará fielmente un cuerpo humano. Y esto es especialmente así cuando hablamos de lesiones internas.

Efectivamente, en determinadas circunstancias, sometido a especiales condiciones de aceleración o vibraciones, un ser humano puede no presentar daños externos pero sufrir en cambio daños en sus órganos internos que le provoquen la muerte. Y esto no puede reproducirse adecuadamente con un maniquí, por muy perfeccionado que sea.

Hablemos, por ejemplo, de las vibraciones. ¿Qué vibraciones es capaz de soportar un ser humano? No es cuestión de probar con voluntarios, naturalmente, y un maniquí rígido no nos sirve de mucho en esto. Aquí intervienen multitud de parámetros, como las frecuencias propias de cada uno de los órganos internos del cuerpo (que dependen de la masa y el material del órgano, así como de sus “uniones” al resto del cuerpo), la distribución de masas y fluidos en el interior, los diferentes tejidos de cada órgano… Algo similar ocurre con las aceleraciones: una fuerte deceleración puede no provocar daños exteriores, pero sí provocar desgarros internos más o menos severos (hasta mortales) en el cuerpo; ¿cómo saber si una determinada deceleración es soportable o no, sin experimentar con un cuerpo real?

Aquí es donde entran en liza los cadáveres. Para estos casos en los que los maniquíes son incapaces de aportar los datos que se requieren, la NASA acude a cadáveres humanos para realizar los ensayos. Lógicamente, ensayos con animales no servirían tampoco, al ser su composición interna, sus órganos y tejidos, diferentes a los del hombre.

Estos ensayos se limitan al mínimo imprescindible y, lógicamente, se realizan respetando todas las normativas legales en cuanto a utilización para la ciencia de cuerpos donados con estos fines. Dada la sensibilidad del asunto, es un tema que raramente ha salido a la luz, siendo manejado con extrema discreción por parte de la NASA, que tampoco ha dado nunca más detalles sobre los ensayos concretos realizados con estos cuerpos. Se trata, sin duda, de un asunto delicado, pero del cual depende en buena medida la seguridad de los vehículos que llevarán en el futuro humanos vivos al espacio.

De todas formas, leyendo sobre estas cosas (me ha picado la curiosidad y he buceado un poco en esto de la utilización de cadáveres en diferentes áreas de la ciencia y la técnica) he descubierto que esto tampoco es algo exclusivo de la NASA, pues la utilización de cadáveres con estos fines también fue bastante extensa en la industria automovilística hasta que se empezaron a imponer los “dummies”, cuando ya se contaba con una buena base de datos sobre la respuesta del cuerpo humano a los impactos típicos de un automóvil a partir de ensayos con restos humanos. Aún así, la utilización de cadáveres para ensayos de impacto todavía se mantiene en ocasiones tanto en el terreno de la automoción como en el de la aeronáutica, entre otros. También es relativamente usual encontrarlos en la industria armamentística, aunque aquí con otros fines menos “honorables”.

Resulta curioso, aunque bastante lógico, el desconocimiento que existe a nivel popular sobre este tema. Se trata de una cuestión controvertida, pero vital, pues, al igual que los donantes de órganos, estos cuerpos están salvando vidas potencialmente. Por ello, desde aquí quiero decir a todos los donantes, de cualquier tipo, una sola palabra: GRACIAS.

29 julio 2008

URGENTE: Documental La Carrera Espacial ¡AHORA!

"La Carrera Espacial", el magnífico docudrama del que creo haber hablado aquí en alguna ocasión, está siendo emitido EN ESTE MISMO INSTANTE en La 2 de RTVE. Hora de emisión: de 17:00 a 18:00.

Se trata de una serie documental dramatizada sobre los años de la Carrera Espacial, desde los inicios de Von Braun en Alemania con la V-2, hasta la llegada del hombre a la Luna. La serie, de 4 capítulos de unos 50 minutos de duración cada uno, refleja fielmente este periodo histórico a través de actores que interpretan a las principales figuras históricas a ambos lados del telón de acero. El programa presenta no sólo la parte más conocida de la actividad norteamericana en el espacio durante aquellos años, sino también la no tan conocida actividad que tenía lugar de forma paralela al otro lado del telón de acero, en la Unión Soviética.

Como ya he dicho, la serie es de una gran calidad y fidelidad histórica, además de ser tremendamente amena y agradable de ver a poco que te interese el tema. Aunque contiene algún que otro pequeño error, estos son despreciables, sin importancia, y totalmente disculpables en un producto de este estilo. Se trata de una coproducción de la BBC con el Canal 1 de Rusia, y ya fue emitida en España en este mismo canal, La 2, hace un año (también en verano, y también por las tardes). Yo la había visto más o menos un año antes de su emisión en España en versión original en inglés, que los interesados podréis encontrar en la web. Esto es lo único que se le puede reprochar a la versión emitida por RTVE: que el doblaje no es fiel en cuanto al respeto a los acentos. En la versión original, se distingue perfectamente el acento ruso y el alemán cuando hablan los respectivos actores; en España, el doblaje es neutro en todos los casos, aunque bien es cierto que esto es a lo que estamos acostumbrados en cualquier película. Otro pequeño defecto de esta emisión es su conversión al formato 4:3, no respetándose el 16:9 original. Por lo demás, ya digo que es altamente recomendable.

Hoy se está emitiendo el primer episodio, y en los próximos días irán emitiéndose los 3 restantes, hasta el viernes. Siempre por La 2 a las 17:00. Si no podéis verlo, intentad grabarlo; merece la pena.

28 julio 2008

¿Un nuevo rumbo en la política espacial europea?

Sarkozy viene pisando fuerte. Ya lo hemos visto en muchos otros campos, pero el último es el espacio. El presidente francés (al que me ha hecho gracia ver que algunos apodan “Le Bush” en Estados Unidos) pretende cambiar la forma de gestionar la Agencia Espacial Europea (ESA) de forma que su operación pase a ser dirigida directamente por los políticos. Sarkozy quiere protagonismo a la hora de decidir qué debe hacer la ESA. Lógicamente, con Francia en el puesto de contribuyente número 1 en los presupuestos de la agencia, lo que podemos decir de alguna forma es que Sarkozy quiere dirigir la ESA.

Pues no hay tanta diferencia”, pensarán algunos, “si total en la ESA ya mandaban los franceses”. Pues bien, sí, es cierto que, como contribuyente mayoritario a los presupuestos de la agencia, los intereses franceses siempre han tenido una gran importancia en este organismo, y no hay más que ver que la sede de la agencia está en París, y su base de lanzamiento en la Guayana Francesa, sin ir más lejos. Pero lo que ahora decimos es distinto, es un cambio en la forma de trabajar en la agencia espacial europea. Es un intento de cambiar una dirección dominada por burócratas, a una dirección dominada por políticos.

Pues total, lo mismo me da, que me da lo mismo”, pensará de nuevo el lector escéptico (sí, me refiero a ti, que lo estás pensando). Pues no exactamente. Hasta ahora, la ESA era hasta cierto punto independiente de los diferentes gobiernos de los países miembros. Sólo hasta cierto punto, naturalmente, porque al final siempre han sido estos los que han aprobado los proyectos de la agencia, a través de las conferencias ministeriales que se celebran periódicamente con este objetivo. Pero una cosa es aprobar o rechazar lo que están presentando unos señores más o menos independientes, cuyo trabajo es precisamente dirigir una agencia espacial, y otra muy distinta es que sean esos políticos los que digan a los señores de la agencia lo que tienen que hacer. Es decir, en un caso yo propongo y tú dices “esto sí, esto no”. En el otro, yo me callo y tú dices “haz esto”, y luego yo intento obedecer como puedo. Hay una sutil diferencia.

Lo que quiere hacer Sarkozy, y así lo ha declarado explícitamente, es hacer la ESA más del estilo de la NASA, que como sabemos funciona de esta forma, bajo directrices políticas (recordad a los diferentes presidentes; Eisenhower: “lanzad un satélite”; Kennedy: “ahora vamos a la Luna”; y Bush, sin ir más lejos: “hoy he tenido una visión: volvamos a la Luna”). ¿En qué afectaría esto a la ESA, desde mi punto de vista? Pues en mi opinión, los programas europeos pasarían de centrarse en la ciencia, como ha venido sucediendo hasta ahora en su mayor parte, para empezar a centrarse en la espectacularidad. Los ciudadanos de a pie probablemente estarían encantados, los aficionados seguro que disfrutaríamos un montón porque también nos tira el lado irracional y nos encantan “los proyectos chulos”, pero la que saldría perdiendo sería, sin duda, la ciencia. La ESA pasaría de ser una desconocida a tener algo más de presencia en la sociedad (con matices, como comentaré luego), lo cual desde luego sería bueno (ya he hablado en varias ocasiones de las ventajas para el país que puede suponer la motivación por la ciencia y la tecnología que provoca una actividad espacial “vistosa”), pero no hay duda de que también tendría efectos negativos.

Un alto cargo del gobierno francés, hablando en relación con estas declaraciones de su presidente, lo ha expresado con rotunda claridad: “Los Estados Unidos, Rusia, China y Japón no harían lo que hacen en el espacio sin una motivación política; Europa hasta ahora sólo ha tenido una motivación científica. De modo que lo que estamos diciendo es, tengamos las mismas oportunidades que los demás. Además del piloto científico, tengamos un piloto político también, que será la Unión Europea, porque únicamente la UE puede hablar a ese nivel”. Lógicamente, intenta quitar suspicacias sobre un posible intento francés de hacerse con el mando, delegándolo en la UE, pero en fin…

En su discurso, este alto cargo habló sobre el interés de Francia en reenfocar la ESA hacia el programa espacial tripulado, con el viaje a Marte como el próximo objetivo a perseguir. En otras partes de su discurso se aludía a las resistencias que sin duda iban a encontrarse dentro de la propia ESA a estos cambios, pero se argumentaba la necesidad de los mismos aludiendo a las “amenazas” chinas o indias, las mismas utilizadas al otro lado del Atlántico cada vez que se quiere conseguir motivar a los políticos a favor del programa espacial: “La gente se siente muy ligada a la ESA que conocemos. Pero esta ligazón se traduce en mantener el status quo, y creemos que ésta no es una buena posición; creemos que Europa ahora necesita soporte político, o de otro modo los chinos o los indios nos sobrepasarán”.

Desde luego, en la ESA no lo tienen tan claro. Para empezar, alegan que las comparaciones con la NASA son injustas (y utilizadas con un fin sensacionalista, añado yo): “La NASA tiene la reputación que tiene por la fuerza de los programas que ha llevado a cabo”, responde Alan Cooper, alto responsable de la ESA. “Ellos gastan cada año siete u ocho veces más que la ESA. Por ello, es de esperar de ellos un perfil siete u ocho veces mayor que el de la ESA. Si queremos que el programa espacial europeo tenga el mismo impacto, necesitaremos un mayor perfil, y las inversiones necesarias para lograr esos objetivos”. Evidente.

Para mí, ésta es la clave: de poco sirve que una directriz política empuje a la ESA hacia la exploración tripulada de Marte si luego no se permite que los presupuestos den ni para fabricar una nave que vaya a la órbita terrestre baja. Primero auméntese la inversión, luego ya podremos hablar de ir a la Luna, a Marte, o a Júpiter si se tercia. Naturalmente, puede cambiarse a una dirección política sin necesidad de aumentar la inversión, pero, como dice Alan Cooper, esto por si solo no va a dar más espectacularidad a los programas de la ESA. Personalmente admito que la dirección política tiende a aumentar dicha espectacularidad (lo cual tiene efectos negativos, pero también alguno positivo, como ya he comentado), pero necesita como base indispensable superar un umbral de gasto mínimo. Con cuatro euros, por mucho político que pretenda oír mencionar todos los días a la ESA en los telediarios, no dará para conseguir más allá de algún breve en algún periódico una o dos veces al año.

En cualquier caso, los franceses parecen dispuestos a debatir su propuesta para este cambio de rumbo de la agencia espacial europea en la próxima reunión ministerial de países miembros a realizarse en noviembre. Personalmente no espero grandes cambios, ya que incluso en caso de que la propuesta finalmente contase con el apoyo del resto de miembros, estas cosas suelen ser lentas, y más cuando se negocia a nivel internacional. En cualquier caso, estaremos atentos, porque lo que está claro es que, de una forma u otra, el protagonismo de Europa en el espacio está aumentando notoriamente en los últimos años. Que siga así, pero cuidado no lo estropeemos. (Foto: ESA)

24 julio 2008

Algo que ver en el cielo… pero mejor con casco

No hace mucho comentaba la observación sobre nuestras cabezas de un “fósil” de la exploración espacial que alguien redenominó (con toda razón) como simple basura. Pues bien, hoy voy a hablaros de la posibilidad de observar basura en toda regla pasando sobre vuestras cabezas, sin que tengáis que subiros a cantar a un escenario para conseguirlo. Eso sí, esta basura está cayendo poco a poco y terminará desparramada por el suelo en breve, así que quizás no estaría mal que tomarais precauciones y salieseis a mirar el cielo con casco…

En este caso se trata del EAS, o “Early Ammonia Servicer”, un voluminoso equipo obsoleto (del tamaño de un frigorífico americano, de doble puerta) que fue arrojado “por la borda” de la ISS hace exactamente un año, el 23 de julio de 2007. El equipo, desechado como pura basura, estaba destinado a caer sobre la Tierra destruyéndose a su reentrada en la atmósfera, y en eso estamos. Un año después, su órbita ya ha decaído considerablemente (de los 400 km de altura aproximada a la que se encuentra la estación espacial, a poco más de 200 km de altura a día de hoy), y esta cercanía unida a su tamaño lo ha convertido en un objeto fácilmente distinguible a su paso por el cielo nocturno. De momento parece que no lo han incluido en la base de datos de Heavens-Above (yo al menos no lo encuentro), pero entre tanto, si queréis verlo desde vuestra casa podéis consultar las horas de paso y demás aquí (me gusta menos que Heavens-Above, pero aquí sí aparece).

Aún es pronto para saber exactamente dónde y cuándo terminará por caer. Se espera que suceda a finales de 2008 o comienzos de 2009; para entonces, con datos actualizados de su órbita, se podrá prever ya con exactitud el momento de reentrada final en la atmósfera y el punto de la superficie terrestre donde caerán sus restos. La NASA ya reconoció en su día que, dado el gran tamaño del aparato, algunos fragmentos podrían sobrevivir a la reentrada y caer sobre el océano o sobre tierra firme. Nada nuevo bajo el sol, pues así viene pasando con decenas de satélites (e incluso de estaciones espaciales, como las Salyut, Skylab o Mir) desde que dio comienzo la era espacial. Con tanto agua y territorio deshabitado sobre la Tierra, ya sería mala suerte que pasara algo (aunque alguna vez sí que ha pasado, afortunadamente sin importancia, como ya comenté aquí). Pero, esperad… el EAS lleva algo de amoníaco en su interior… Hummmm…. ¿No fue ésta la razón aducida para destruir de un misilazo el satélite militar USA193 cuando iba a reentrar en la atmósfera, para “salvar al mundo” de la contaminación que podría suponer la hidracina que llevaba en su interior? Caray, si entre la hidracina y el amoníaco no hay tanta diferencia… ¿Le pegarán también un misilazo al EAS poco antes de su reentrada, para salvar a la Humanidad de nuevo? Pues va a ser que no, ya lo veréis. Lo que antes era un fluido altamente tóxico que podría llegar intacto a la Tierra y causar serios problemas ahora va a ser un liquidillo sin importancia que se volatirizará a la primera de cambio en cuanto reentre en la atmósfera, ya lo veréis.

Bueno, me dejo de ironías: en realidad el EAS no supone riesgo alguno para la población, o dicho de forma más precisa, el riesgo que representa es despreciable, como ha ocurrido en los cientos de reentradas similares experimentadas en los últimos 50 años. Lo que quiero decir (y ya lo dije en su momento) es que exactamente lo mismo pasaba con el USA193: que la mencionada amenaza no era tal. Eso sí, fue la excusa perfecta para pegarle un misilazo con otros fines, como ya comenté en el blog y en los foros. Así que seguiremos observando caer basura y satélites sobre la Tierra sin misiles que los intercepten durante muchos, muchos años. Si eres muy aprensivo, siempre puedes salir a la calle con casco; es mayor la probabilidad de que te caiga un tiesto de un balcón que un trozo de basura espacial en la cabeza, pero en cualquier caso, tu seguridad se verá aumentada en alguna milésima. (Foto: NASA)

23 julio 2008

Salvemos Arecibo

Se hizo mundialmente famoso a nivel popular con la fantástica serie documental Cosmos, en la que en algún episodio veíamos a Carl Sagan deambular por sus instalaciones, junto con vistas aéreas que nos dejaban prácticamente sin aliento al contemplar por primera vez, al menos para los que éramos aún unos críos, la apabullante inmensidad de este radiotelescopio embutido entre la selva portorriqueña.

Hoy, el radiotelescopio con el mayor reflector del mundo, con sus 305 metros de diámetro, parece condenado al abandono y al olvido. Si algo no lo remedia, todo apunta a que el Congreso norteamericano no va a aprobar los fondos necesarios para mantener en funcionamiento esta infraestructura que es, hoy día, un símbolo de la búsqueda de inteligencia extraterrestre, al haberse convertido desde hace años en el principal protagonista del proyecto SETI (Search for Extra-Terrestrial Intelligence). De hecho, el radiotelescopio de Arecibo es la principal fuente de la información que procesan vuestros ordenadores mientras no los utilizáis, si participáis en el proyecto Seti-at-home (una iniciativa que utiliza la potencia de cálculo de miles o incluso millones de ordenadores conectados a internet para procesar las señales de radio recibidas desde el espacio en busca de una posible señal de origen artificial).

En breve, el Congreso norteamericano tendrá que votar la resolución presentada en su día por la senadora Hillary Clinton para que se provean los fondos necesarios para mantener en funcionamiento Arecibo. No es la primera vez que sucede algo así, las instalaciones de este radiotelescopio han estado al borde del abismo en situaciones similares en múltiples ocasiones a lo largo de los últimos años. Pero parece que esta vez la aprobación de esta partida de fondos es más incierta que nunca.

Para seros sinceros, no he indagado demasiado en este tema, así que no sé cuál es la razón que hay detrás de esta falta de interés por Arecibo, siendo aparentemente unas instalaciones tan impresionantes. Evidentemente, es un problema presupuestario, pero quiero creer que si de verdad fueran unas instalaciones insustituibles no se estaría planeando su abandono. Ya digo que no conozco el detalle, ni soy experto en observación astronómica, pero creo poder imaginarlo. Por un lado, me da la impresión de que la tecnología moderna ha hecho innecesarias instalaciones mastodónticas como las de Arecibo. Hoy, gracias a las técnicas de interferometría, pueden conectarse en serie distintas antenas de pequeño tamaño (relativo) situadas a grandes distancias, dando como resultado resoluciones en las observaciones superiores incluso a las que se obtienen con reflectores gigantes como el de Arecibo. Es decir, hoy podemos hacer “Arecibos virtuales” capaces de recrear “virtualmente” reflectores con un diámetro de kilómetros con mucho menor coste. Aunque bien es verdad que no todo es resolución, y la sensibilidad es otra cuestión: ésta es directamente proporcional a la superficie del reflector de la antena (además de otros parámetros del receptor), y ahí sí que Arecibo prácticamente no tiene rival, pues la superficie combinada de los radiotelescopios habitualmente utilizados para interferometría no alcanzan al de Arecibo por sí solo. Pero esta pequeña ventaja por sí sola probablemente no se considera que justifique el mantenimiento de una macro-instalación que en cierto modo a día de hoy puede haberse quedado obsoleta, gracias a las técnicas interferométricas comentadas. Si a esto le sumamos que está perdido en medio de la selva portorriqueña, con las dificultades logísticas que ello impone (lo cual al final significa dinero), puede ser lógico que no se tenga mucho interés en mantenerlo en activo.

Y, sin embargo, cientos o miles de aficionados están alzando sus voces para gritar “¡Salvemos Arecibo!”. En Estados Unidos se han iniciado campañas pidiendo que los ciudadanos escriban a los congresistas para solicitar su voto afirmativo a la resolución que debe aprobar los fondos necesarios para mantener activo este dinosaurio de la exploración espacial (si tienes la ciudadanía norteamericana y quieres pedirles a tus congresistas que voten a favor, puedes informarte aquí). Y, sinceramente, me parece lógico, por mucho que anteriormente haya justificado de algún modo su cierre desde la frialdad de los hechos.

¿Por qué? Pues porque creo que, principalmente, Arecibo es un símbolo. Bueno, no sólo eso, está claro que, aunque pueda resultar costoso de mantener, siempre es malo perder una herramienta de investigación, ya que si su cierre no se ve inmediatamente compensado con la puesta en marcha de una nueva instalación (que no es el caso), lógicamente al final esto significa reducir un poquito la cantidad de datos que se aportan al mundo científico. Pero más que nada, creo que hay mucho de romanticismo en Arecibo. Puedo equivocarme, pero creo que para muchos de nosotros la imagen de Arecibo está intrínsecamente unida a la serie Cosmos, a la voz de Carl Sagan (o en mi caso a la de su doblador en castellano, el genial José María del Río), a aquellos capítulos que nos hicieron amar la ciencia y el espacio en nuestra juventud. Personalmente recuerdo que la imagen de Arecibo me impresionó: ¡qué pasada! ¡qué pedazo de antena! Era como la inmensidad de los cohetes que enviaron al hombre a la Luna, un símbolo de la tecnología humana, de lo que el hombre era capaz de llegar a hacer en busca del conocimiento. Al menos, para mi Arecibo tiene mucho de ese romanticismo.

Hay algo más, claro. Y es que con la muerte de Arecibo prácticamente podemos decir que morirá el proyecto SETI. A día de hoy, es la única infraestructura dedicada parcialmente a esta misión, considerada un gasto inútil por muchos, y por algo de tremenda importancia por otros. Y es que, efectivamente, es difícil determinar si el esfuerzo merece la pena, entre otras cosas porque ni siquiera sabemos si estamos buscando adecuadamente esa inteligencia extraterrestre (quizás esos seres inteligentes, si existen, no dejen “huellas” en el espectro radioeléctrico, por ejemplo). Pero, como dicen los abogados de SETI: sí, puede ser dinero tirado, nadie nos asegura que algún día lleguemos a encontrar algo, puede que ni siquiera haya algo que encontrar… pero si lo encontráramos, las consecuencias serían tan inimaginables que bien merecen el esfuerzo de intentarlo.

Es un buen argumento, sin duda, pero para muchos no es suficiente para mantener en activo un telescopio que consume dólares sin generar a cambio nada tangible. No sólo entre los burócratas, incluso entre la clase científica hay muchos que consideran un desperdicio utilizar esta “enorme oreja” para “escuchar el silencio” en lugar de dedicarlo a una investigación más práctica, a estudiar entidades “reales” del universo que nos rodea. En el fondo, tanto unos como otros tienen algo de razón.

En cualquier caso, Arecibo no sólo se dedica al proyecto SETI. Otro de los proyectos que también se verían gravemente afectados por el cierre del radiotelescopio de Puerto Rico es la vigilancia de NEOs, o asteroides cercanos a la tierra (Near Earth Objects), potenciales peligros para el futuro de la vida en nuestro planeta. Aunque el de Arecibo no es el único instrumento dedicado a esta misión, sí es el más potente para hacer un seguimiento por radar de estos objetos, de modo que su cierre afectaría sensiblemente a este proyecto. Realmente, éste es el argumento más fuerte que pueden presentar a día de hoy los defensores del radiotelescopio gigante, aprovechando además la creciente sensibilización que empieza a existir en la sociedad hacia estos hipotéticos riesgos. Utilizando este argumento, la Sociedad Planetaria ha lanzado un divertido eslogan con un guiño a los aficionados a la serie televisiva de ciencia-ficción “Héroes”: “Salva un telescopio, salva el mundo”.

En cualquier caso, como decía antes, personalmente para mi Arecibo es un símbolo de la exploración del espacio, un romántico recordatorio de lo que el hombre es capaz de realizar en su búsqueda del conocimiento. Por eso, cuando finalmente sucumba ante los avances de la tecnología o los recortes presupuestarios (algo que sucederá tarde o temprano, sea por una causa o la otra) espero que no sea abandonado y termine engullido por la selva portorriqueña, sino que se conserve como monumento o como museo de la tecnología astronómica. Creo que la Humanidad merece que sea preservado para la posteridad. (Foto: NAIC-Arecibo Observatory, NSF)

22 julio 2008

España tendrá en cinco años más actividad espacial que en toda su historia

Me permito copiar literalmente el titular de esta noticia de El Mundo en la que, sin que sirva de precedente, no encuentro ningún error esta vez (pero claro, es que no se meten en temas técnicos, así cualquiera…). Os recomiendo su lectura porque no lo voy a repetir aquí, aunque sí haré algunas puntualizaciones.

En realidad lo que dice la noticia no es nuevo, aunque desde el punto de vista de la prensa sea noticia al hacerse eco de unas palabras recientes de la ministra. Pero los que estamos metidos en esto ya lo sabíamos, y ya lo habíamos celebrado en medio de un ensordecedor silencio hace tiempo. Recordad, por ejemplo, esta entrada del blog sobre el tema hace ya año y medio, o esta otra donde volvía sobre el tema en la parte final.

Y es que, ciertamente, estamos de enhorabuena. Como no podía ser menos, dado el modo de funcionamiento de la Agencia Espacial Europea, el importante incremento en la contribución española (para situarnos POR FIN en los niveles que nos correspondían hace décadas, es decir, para estar únicamente donde debemos estar, no es que ahora estemos por encima; es que antes estábamos en la mitad por debajo) se ha traducido en un notabilísimo incremento en la carga de trabajo en el sector en España. Y esto os lo puedo decir de primera mano, por estarlo viviendo directamente (sí, también en muy gran medida gracias a esto, desde hace algún tiempo no sólo trabajo en aeronáutica, sino también en espacio). La industria española está recibiendo compensaciones muy notables a cambio de esta mayor inversión de nuestro país en la ESA. Si a ello le unimos las inversiones directas en espacio que se están haciendo fuera de la agencia (como son los nuevos satélites gubernamentales de observación de la Tierra), el resultado es que, como os decía antes, estamos de enhorabuena. Ahora es el momento de empujar hacia adelante. (Foto: NASA)

21 julio 2008

Pasando calor (Hot town, Summer in the city)

Acabo de volver de las vacaciones veraniegas, y lo primero que me encuentro al llegar a Madrid es una ola de calor, anunciada en todos los noticiarios. Vaya recibimiento...

Lo curioso es que poco después, tras horas de bucear en noticias espaciales atrasadas (creo que esto está empezando a dejar de ser un hobby, si ya tengo que descansar de ello en el verano) me encuentro con una curiosa, y que viene muy a colación: que Madrid ha sido la protagonista de un estudio promovido por la ESA sobre las olas de calor en las grandes ciudades. Han elegido esta ciudad porque precisamente es una de las urbes europeas que más sufren el ataque de estos asfixiantes periodos en los meses veraniegos. Menudo privilegio... al parecer, la temperatura del aire llega a alcanzar los 50ºC en nuestra ciudad en estas ocasiones. No me extraña que uno sienta que el aire quema cuando sales por la puerta en un día así, ni le extrañará a nadie tampoco que Madrid tienda a convertirse en una ciudad fantasma en las tardes estivales, o que los madrileños huyamos de nuestra ciudad como de la peste en estos meses.

El estudio se ha realizado con una combinación de medios terrestres, aéreos y espaciales. Satélites de observación terrestre combinados con aviones equipados con sensores térmicos (infrarrojos) y vehículos instrumentados que recorrían al mismo tiempo la senda cubierta por el avión. El resultado es un mapa térmico de la ciudad, que refleja las acumulaciones de calor provocadas por la actividad humana. Se supone que esta información debe servir a nuestros gobernantes municipales para un mejor ordenamiento urbano en el futuro, que intente minorar en lo posible estos focos de calor. Que de verdad se utilice bien o no esta información ya es otra cuestión, pero la tecnología nos brinda los medios necesarios para hacerlo.

Os adjunto dos interesantes imágenes en este artículo:


La que lo encabeza es una de las imágenes térmicas tomadas de la zona norte de Madrid durante la campaña mencionada, el pasado 1 de julio por la noche. Parece increíble que sea una imagen térmica, ya que podría ser perfectamente una imagen "real" (en el espectro visible) o una imagen radar, pues reproduce exactamente el mapa de la ciudad: podemos ver el ardiente asfalto dibujando las calles, más ardiente cuanto más ancha es la misma (más circulación de vehículos y, sobre todo, menos sombra por parte de los edificios circundantes). También se aprecia (aunque para esto hay que conocerse bien la ciudad) cómo los grandes edificios de hormigón acumulan más calor que los edificios de viviendas más "normales" (la zona de Azca y de Nuevos Ministerios, y en general los alrededores del Paseo de la Castellana, se ven algo más oscuros que las manzanas de viviendas situadas más hacia el exterior). Y luego tenemos las "islas de frescor" que representan los parques: vemos claramente el estadio Santiago Bernabéu, con su fresco césped, y otros parques diseminados por la ciudad, aunque destacan las relativamente grandes extensiones verdes de las instalaciones del Canal de Isabel II en la parte inferior izquierda de la imagen, a la altura de la esquina de Ríos Rosas con Bravo Murillo.

El segundo gráfico que incluyo refleja lo que acabamos de comentar: las diferencias en la acumulación de calor entre las diferentes zonas de una ciudad, según su edificación. Hasta 3ºC de diferencia puede haber entre una zona verde y una zona de grandes edificios como los que comentaba alrededor de la Castellana, y hasta 4ºC con un área rural. Así que ya saben, señores de la planificación urbana: póngannos más parques, no sólo para respirar mejor, tener algún sitio donde pasear o para que puedan jugar nuestros niños; también para que nuestras ciudades sean algo menos invivibles en verano.

En cualquier caso, me temo que los madrileños tendremos que seguir intentando escapar de las olas de calor veraniegas rumbo a la montaña o a la playa, mientras tarareamos la famosa canción de The Lovin’ Spoonful, Summer in the City:

Hot Town, Summer in the City,
Back of my neck getting dirty and gritty
Been down, isn't it a pity
Doesn't seem to be a shadow in the city
All around, people looking half dead
Walking on the sidewalk,
hotter than a match head

But at night it's a different world
Go out and find a girl
Come-on come-on and dance all night
Despite the heat it'll be alright

And babe, don't you know it's a pity
That the days can't be like the nights
In the summer, in the city
In the summer, in the city


¡Saludos, y enhorabuena a los que estéis a punto de iros de vacaciones! (Imágenes: ESA y Universidad de Valencia)