Como sabéis, últimamente está habiendo bastante debate en los Estados Unidos sobre la "tragedia y humillación" que para el orgullo e intereses nacionales (¡y hasta la seguridad!) norteamericanos les supondrá el tener que depender de los rusos y sus Soyuz para el envío de sus astronautas a la ISS una vez que el transbordador sea dado de baja en 2010.
También he comentado ya por aquí en alguna ocasión alguna de las perlas del Administrador de la NASA, Griffin, al respecto, hablando incluso del riesgo de transferencia tecnológica hacia Rusia que supondrá la compra de plazas en sus vehículos (no sé, ¿pensarán que esa transferencia tecnológica se da porque los astronautas americanos son más listos, y a los rusos "se les pega" algo durante el viaje juntos? porque si no, no veo yo transferencia tecnológica por ningún lado). Recientemente, el Washington Post publicó un artículo que reflejaba estas declaraciones alarmistas de unos y de otros. Por poneros en contexto, algunos de los comentarios reflejados en el artículo del Post eran los siguientes:
"El Administrador de la NASA Michael Griffin dice que esta situación le causa "grandísimo disgusto y grandísima preocupación". Durante la mayor parte de los cinco años de hueco [entre el Shuttle y el Orión], "dependeremos en gran medida de los rusos, y ésta es una situación terrible para los Estados Unidos. Estoy preocupado, y mucha más gente lo está."
"El Senador Bill Nelson (....) va más allá: "Se trata de una seria traición a los intereses americanos”, dijo. “Esta será la primera vez desde el Sputnik en la que los Estados Unidos no tendrán una superioridad espacial significativa. Estoy anonadado de que hayamos permitido que aparezca esta seria amenaza a nuestra seguridad nacional”.
Seria preocupación, traición a los intereses de la nación, seria amenaza a la seguridad nacional… La verdad es que más que de comprar asientos en las Soyuz, parezca que hablen de amenazas terroristas o algo similar. Como decía, declaraciones de este tipo vienen repitiéndose hace tiempo en los Estados Unidos, pero este artículo del Post generó un pequeño revuelo en un foro internacional de técnicos y aficionados involucrados de una forma u otra en la actividad espacial; y alguno de los comentarios me parecieron tan reveladores que he querido reflejarlo aquí (con bastante retraso, porque he andado muy liado y la cosa no era de urgente actualidad, así que lo fui dejando aparcado hasta hoy).
La principal crítica que subyace en los comentarios cruzados entre esta “gente de a pie" (de uno y otro "bando", es decir, comentarios de americanos, rusos, europeos...) es que resulta vergonzoso que desde un punto de vista "oficial" se esté cooperando en el espacio (Estación Espacial Internacional), y que luego se oigan este tipo de expresiones de profunda desconfianza mutua, que recuerdan casi a los años de la Guerra Fría. Pero hubo un comentario que me gustó especialmente, por lo bien que expresaba lo absurdo de esta situación; un comentario que partía de un norteamericano que en su día trabajó en la CIA y que en la actualidad trabaja en el sector espacial de su país, Edwin Cameron. Paso a reproducir a continuación buena parte de su comentario:
Es una pena que incluso existiendo cooperación oficial entre los Estados Unidos y Rusia, aún exista tanta desconfianza por ambas partes. Los ingenieros y científicos de todo el mundo probablemente trabajarían en armonía si no hubiera políticos.
Los rusos que he conocido no son diferentes del resto de personas de todo el mundo. Los rusos no son malvados, aunque quizás su imperio lo fue. Igualmente, los americanos no son malvados, pero los temores de los políticos americanos a perder una significativa superioridad en el espacio podrían hacer revivir muchos de los elementos de la Guerra Fría. Desde el punto de vista de uno de los muchos que estudiamos los intereses rusos y soviéticos en el espacio desde los más altos niveles de la inteligencia americana, esta visión no tiene sentido. Si bien América ha sido capaz de construir maquinaria muy sofisticada para llevar a cabo una determinada tarea, también lo han hecho los soviéticos y los rusos. Cuando no era más que un jovenzuelo en los entresijos de la inteligencia, no hacían más que repetirme que los rusos no podían hacer esto o aquello porque su tecnología era muy inferior a la nuestra. De hecho, para mi se convirtió en un reto y en una larga búsqueda el demostrar cuánto iban “estos rusos” por delante de América en cuanto a misiles, cohetes y vehículos espaciales. Ningún transbordador norteamericano podría volar dos órbitas y aterrizar sin astronautas a bordo. La URSS podía producir grandes cristales de arseniuro de galio mucho antes que los Estados Unidos, y perfeccionaron muchos procesos de fabricación de titanio que aún hoy no han sido igualados. La lista podría seguir sin fin en cuanto a temas en los que la transferencia tecnológica ha sido HACIA los Estados Unidos. Así que, ¿en dónde está esta significativa superioridad [norteamericana]? ¿En tomar fotos de matrículas desde el espacio? Cuando los rusos tenían una necesidad, satisfacían esa necesidad. (…) Por supuesto, ir a la Luna fue un gran logro, ¿pero qué ha pasado desde entonces? Desde luego, la superioridad norteamericana claramente no ha estado en mantener plataformas orbitales o en mantener una presencia humana en el espacio, cualesquiera que fueran las razones.
Probablemente fue el hecho de expresar abiertamente estos hechos, más que ninguna otra cosa, lo que me hizo perder aquel excitante trabajo en la inteligencia. Pero personalmente quiero dar las gracias a los rusos y al N1 por haber puesto a 12 hombres en la Luna. También agradezco a los rusos el haber mantenido viva la ISS a pesar de sus propios desastres económicos y recesión.
Si la cooperación [con los americanos] que buscaban el Dr. G.I. Severin y los profesores del Instituto de Aviación de Moscú en 1990 se hubiese llevado acabo, algo intentado de nuevo en 1991 por ingenieros y constructores como el Dr. V.K. Karrask, no tengo ninguna duda de que el Energiya habría hecho viajes a la Luna, y ahora estaríamos preparándonos para ir, o incluso para volver, a Marte. En cambio, América está ahora criticando su propia miopía, con el temor de que algún otro, quizás incluso China, pueda arrebatarle un liderazgo que quizás nunca ha sido real o significativo.
Se trata de la humilde opinión de un antiguo oficial de inteligencia resentido y científico espacial.
(Imagen: ModernHumorist.com)
También he comentado ya por aquí en alguna ocasión alguna de las perlas del Administrador de la NASA, Griffin, al respecto, hablando incluso del riesgo de transferencia tecnológica hacia Rusia que supondrá la compra de plazas en sus vehículos (no sé, ¿pensarán que esa transferencia tecnológica se da porque los astronautas americanos son más listos, y a los rusos "se les pega" algo durante el viaje juntos? porque si no, no veo yo transferencia tecnológica por ningún lado). Recientemente, el Washington Post publicó un artículo que reflejaba estas declaraciones alarmistas de unos y de otros. Por poneros en contexto, algunos de los comentarios reflejados en el artículo del Post eran los siguientes:
"El Administrador de la NASA Michael Griffin dice que esta situación le causa "grandísimo disgusto y grandísima preocupación". Durante la mayor parte de los cinco años de hueco [entre el Shuttle y el Orión], "dependeremos en gran medida de los rusos, y ésta es una situación terrible para los Estados Unidos. Estoy preocupado, y mucha más gente lo está."
"El Senador Bill Nelson (....) va más allá: "Se trata de una seria traición a los intereses americanos”, dijo. “Esta será la primera vez desde el Sputnik en la que los Estados Unidos no tendrán una superioridad espacial significativa. Estoy anonadado de que hayamos permitido que aparezca esta seria amenaza a nuestra seguridad nacional”.
Seria preocupación, traición a los intereses de la nación, seria amenaza a la seguridad nacional… La verdad es que más que de comprar asientos en las Soyuz, parezca que hablen de amenazas terroristas o algo similar. Como decía, declaraciones de este tipo vienen repitiéndose hace tiempo en los Estados Unidos, pero este artículo del Post generó un pequeño revuelo en un foro internacional de técnicos y aficionados involucrados de una forma u otra en la actividad espacial; y alguno de los comentarios me parecieron tan reveladores que he querido reflejarlo aquí (con bastante retraso, porque he andado muy liado y la cosa no era de urgente actualidad, así que lo fui dejando aparcado hasta hoy).
La principal crítica que subyace en los comentarios cruzados entre esta “gente de a pie" (de uno y otro "bando", es decir, comentarios de americanos, rusos, europeos...) es que resulta vergonzoso que desde un punto de vista "oficial" se esté cooperando en el espacio (Estación Espacial Internacional), y que luego se oigan este tipo de expresiones de profunda desconfianza mutua, que recuerdan casi a los años de la Guerra Fría. Pero hubo un comentario que me gustó especialmente, por lo bien que expresaba lo absurdo de esta situación; un comentario que partía de un norteamericano que en su día trabajó en la CIA y que en la actualidad trabaja en el sector espacial de su país, Edwin Cameron. Paso a reproducir a continuación buena parte de su comentario:
Es una pena que incluso existiendo cooperación oficial entre los Estados Unidos y Rusia, aún exista tanta desconfianza por ambas partes. Los ingenieros y científicos de todo el mundo probablemente trabajarían en armonía si no hubiera políticos.
Los rusos que he conocido no son diferentes del resto de personas de todo el mundo. Los rusos no son malvados, aunque quizás su imperio lo fue. Igualmente, los americanos no son malvados, pero los temores de los políticos americanos a perder una significativa superioridad en el espacio podrían hacer revivir muchos de los elementos de la Guerra Fría. Desde el punto de vista de uno de los muchos que estudiamos los intereses rusos y soviéticos en el espacio desde los más altos niveles de la inteligencia americana, esta visión no tiene sentido. Si bien América ha sido capaz de construir maquinaria muy sofisticada para llevar a cabo una determinada tarea, también lo han hecho los soviéticos y los rusos. Cuando no era más que un jovenzuelo en los entresijos de la inteligencia, no hacían más que repetirme que los rusos no podían hacer esto o aquello porque su tecnología era muy inferior a la nuestra. De hecho, para mi se convirtió en un reto y en una larga búsqueda el demostrar cuánto iban “estos rusos” por delante de América en cuanto a misiles, cohetes y vehículos espaciales. Ningún transbordador norteamericano podría volar dos órbitas y aterrizar sin astronautas a bordo. La URSS podía producir grandes cristales de arseniuro de galio mucho antes que los Estados Unidos, y perfeccionaron muchos procesos de fabricación de titanio que aún hoy no han sido igualados. La lista podría seguir sin fin en cuanto a temas en los que la transferencia tecnológica ha sido HACIA los Estados Unidos. Así que, ¿en dónde está esta significativa superioridad [norteamericana]? ¿En tomar fotos de matrículas desde el espacio? Cuando los rusos tenían una necesidad, satisfacían esa necesidad. (…) Por supuesto, ir a la Luna fue un gran logro, ¿pero qué ha pasado desde entonces? Desde luego, la superioridad norteamericana claramente no ha estado en mantener plataformas orbitales o en mantener una presencia humana en el espacio, cualesquiera que fueran las razones.
Probablemente fue el hecho de expresar abiertamente estos hechos, más que ninguna otra cosa, lo que me hizo perder aquel excitante trabajo en la inteligencia. Pero personalmente quiero dar las gracias a los rusos y al N1 por haber puesto a 12 hombres en la Luna. También agradezco a los rusos el haber mantenido viva la ISS a pesar de sus propios desastres económicos y recesión.
Si la cooperación [con los americanos] que buscaban el Dr. G.I. Severin y los profesores del Instituto de Aviación de Moscú en 1990 se hubiese llevado acabo, algo intentado de nuevo en 1991 por ingenieros y constructores como el Dr. V.K. Karrask, no tengo ninguna duda de que el Energiya habría hecho viajes a la Luna, y ahora estaríamos preparándonos para ir, o incluso para volver, a Marte. En cambio, América está ahora criticando su propia miopía, con el temor de que algún otro, quizás incluso China, pueda arrebatarle un liderazgo que quizás nunca ha sido real o significativo.
Se trata de la humilde opinión de un antiguo oficial de inteligencia resentido y científico espacial.
(Imagen: ModernHumorist.com)
6 comentarios:
Me ha encantado el texto traducido, por lo menos se demuestra que hay personas en EEUU que no son estúpidos.
Apoyo fervientemente la ideología de su escritor, sobre todo la parte de "Los ingenieros y científicos de todo el mundo probablemente trabajarían en armonía si no hubiera políticos.", entre otras.
Gracias por la aportación, Javier.
Un saludo.
Se puede decir más alto, pero más claro no. Hay ciertos amigos míos que llamarían a eso "dar un toque en la cresta".
Agradezco mucho, también, la traducción.
Salud!
El comentario de este antiguo trabajador de la CIA lo dice bien claro. Algunos políticos de EEUU viven en un estado de paranoia absurda que sólo perjudica los intereses de la humanidad y a la larga los de su propio país. Tienen siempre miedo de todos y de todo, cuando lo cierto es que Rusia ha sido e incluso es superior en algunos campos tecnológicos, incluso a nivel militar, si es eso lo que les asusta. ¿A qué viene preouparse ahora que llevan años colaborando? Menos mal que aún lgoouoquedan norteamericanos sensatos, como el autor del comentario.
Pues hombre, yo creo que es mucho más sencillo que todo eso; Como cuentas, Mr. Griffin está viendo cómo baja su presupuesto año tras año y, dado que los contribuyentes americanos no se manifiestan en contra, este señor ha considerado oportuno apelar al orgullo patrio y al viejo "¡Que vienen los rusos!" para intentar inclinar la balanza de la opinión pública a su favor. Estoy seguro que este señor sabe que lo que ha dicho es una patochada, pero que puede hacer ruido suficiente como para que reconsideren esos recortes.
Bill Nelson dijo:
"Esta será la primera vez desde el Sputnik en la que los Estados Unidos no tendrán una superioridad espacial significativa."
JAJAJAAJAJAJAJJAAJAJAJ! ¡Hacia tiempo que no me reia tanto!
El sputnik, si, y Gagarin, el primer paseo espacial, foto de la cara oculta de la luna, la primera nave en llegar a la Luna, la primera en aterrizar en otro planeta... Eso sin contar los maravillosos 80, cuando los rusos tenian dos estaciones espaciales, misiones a Venus, misiones a Marte ( salieron mal pero las lanzaron ) una lanzadera, un cohete comparable al Saturno 5...
¿Y que tenia, que hizo estados unidos? Pues... pues... aparte de ni poder enviar a un astronauta al espacio en el periodo 86-88 ...
En fin, y que quede claro que me entristece muchisimo el paron espacial de los ochenta, me parece tiempo precioso malgastado.
Pero vamos, que si Bill, que si, que ahora ya sabemos que el Sputnik se lo robaron a la Nasa, en fin...
Totalmente de acuerdo, zeroauriga.
Y contigo, Esquirol: Griffin conoce de sobra la realidad, y está jugando a provocar reacciones según sus intereses. Lo lleva haciendo hace tiempo, tanto ahora con esto de los rusos, como a menudo con la supuesta "amenaza china". Lo triste es que, si lo hace, es porque sabe que ésta es la forma en la que los políticos lo ven. Y si no, léase el comentario del senador Bill Nelson, hablando incluso de "seguridad nacional"...
Publicar un comentario