27 mayo 2009

Genio y figura

¿Os acordáis de Griffin? Sí, me refiero a Michael Griffin, el que fuera Administrador de la NASA hasta el pasado enero, y que dejó la agencia de forma un tanto sonada. Parece que ahora que por fin se ha anunciado quién será el nuevo administrador tras un largo periodo de cuatro meses con un administrador interino, deberíamos hablar más de Charles Bolden y menos de Griffin, ¿verdad? Pues sí, pero lo cierto es que si por algo ha destacado Griffin durante los cuatros años que ha estado al frente de la NASA ha sido por su capacidad para aparecer en los medios, a través de apariciones y discursos a menudo directos y de gran efectividad, incluso polémicos en ocasiones. Y ésta es una actividad que parece que no ha abandonado después de dejar la NASA.

La verdad es que desde que dejó la agencia el 20 de enero, todavía ha seguido apareciendo periódicamente en la prensa especializada, por sus frecuentes alegatos en defensa del proyecto Constellation en su configuración actual, la que él diseñó y defendió a capa y espada durante toda su estancia en la NASA. Esta misma semana ha aprovechado su incorporación a su nuevo puesto como profesor de la Universidad de Alabama en Huntsville, para conceder una entrevista al Huntsville Times en la que demuestra que sigue siendo el Griffin de siempre, y hasta se diría que siguiera al frente de la NASA. Como dice el refrán, “genio y figura hasta la sepultura”.

Por supuesto, ha aprovechado la entrevista para defender una vez más su esquema del proyecto Constellation. Pero también ha hecho una defensa más general del programa espacial, con palabras muy similares a las que ya ha utilizado años atrás: por ejemplo, recordando que el presupuesto de la NASA no llega ni al 1% del presupuesto global de los Estados Unidos, aunque la opinión pública a menudo piensa que la cifra es del orden de un 25%; y lo ha comparado con lo que se gastan los norteamericanos en pizzas, 27 millardos de dólares anuales, una cifra superior a los 18 millardos anuales que recibe la NASA. Un tema del que ya hemos hablado un par de veces en este blog, aquí y aquí.

Sinceramente, me descubro ante Griffin por su empeño y habilidad para defender sus intereses y sus ideas. Porque independientemente de lo que se piense sobre su desempeño al frente de la NASA durante estos cuatro años (para lo cual hay opiniones de diferente tipo), lo que no se le puede negar es su habilidad para hacerse oír, para recordar que la NASA existe y que realiza una importante labor, y para luchar (lamentablemente con escaso éxito) por aumentar el compromiso con la agencia por parte del gobierno y la población. Frente al bajo perfil que han mantenido habitualmente otros administradores de la NASA, grandes desconocidos para la opinión pública y cuyos nombres raras veces aparecían en la prensa, Griffin ha hecho de las relaciones públicas una parte importante de su trabajo. Y hay que reconocer que, independientemente del éxito real que haya podido tener, sabe hacerlo, no es un burócrata que aburre con discursos políticos y de cifras, sino alguien con habilidad para llegar a la gente y transmitir eficazmente las ideas. Y encima anda que no dio juego para comentar sobre él en este blog…

Por supuesto, el principal trabajo de un administrador debe ser gestionar la NASA con efectividad. Pero desde luego que es un cargo con una gran componente política, por su estrecha dependencia de la Casa Blanca y el Congreso, y por ello la capacidad del administrador para ganarse el favor de estos estamentos es de vital importancia. Si Charles Bolden tiene al menos una parte del carisma que ha sabido demostrar Mike Griffin, desde luego que será un importante añadido a su trabajo. Veremos qué tal “nos sale” este antiguo astronauta del cuerpo de Marines… (Foto: Al.com)

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