Manel Montes, el
conocido divulgador científico y espacial responsable, entre otros, de la web “NCYT Amazings”, acaba de sacar a la venta el
primer libro sobre la historia de la astronáutica española.
Se trata de un
documentadísimo y exhaustivo trabajo, profusamente ilustrado, en el que se hace
un detallado recorrido por todas las actividades relacionadas con la
astronáutica que han tenido lugar en nuestro país desde los comienzos de esta
actividad a nivel mundial (sin olvidar una introducción sobre los antecedentes
históricos en materia de cohetería). Proyectos llevados a término o que se
quedaron sobre el papel, en terrenos tan variados como los satélites, cohetes
de sondeo y lanzadores, estaciones de seguimiento, misiones tripuladas,
investigación básica o colaboraciones industriales en programas
internacionales, están todos ellos cubiertos en esta ambiciosa obra.
Además del
indudable valor de presentar toda esta información, a menudo dispersa y hasta
ahora poco documentada, de forma unificada y con alto grado de detalle, el
texto permite también al lector conocer en profundidad la evolución de un gran
número de programas e instituciones internacionales. Así, por ejemplo, el
nacimiento de la ESA o su funcionamiento interno, están ampliamente cubiertos aquí,
por mencionar sólo uno de los ejemplos más claros.
En resumen, se
trata de una obra única y de gran interés para todo aquel que sienta interés
por la astronáutica en nuestro país. Sin duda, nuestra posición en el escenario
astronáutico mundial es pequeña, a menudo considerada minúscula si se compara
con la de Estados Unidos o Rusia, pero cualitativamente esa pequeña (y variada)
actividad está a la vanguardia de la tecnología mundial. Seguro que la lectura
de esta interesante obra sorprenderá a más de uno.
¿Es un pájaro…. Un
avión…. El estornudo de un ángel…?
Pues no: se trata del
lanzamiento de un misil ruso Topol, observado desde la Estación Espacial
Internacional el pasado 10 de octubre.
Según parece, el
astronauta Mike Hopkins estaba contemplando el espacio desde la cúpula de la
ISS cuando observó el extraño fenómeno, y corrió a por su cámara para
inmortalizarlo. Luca Parmitano también lo observó y tomó otras fotografías,
aunque menos espectaculares.
Aunque hay quien opina
que el lanzamiento podría haberse programado para ser seguido por los
cosmonautas rusos de la estación espacial, de modo que pudieran aportar datos
sobre el desarrollo de la prueba. Según estas opiniones, dichos cosmonautas
podrían haber filtrado la noticia a sus colegas norteamericanos para que
estuvieran listos para contemplar el espectáculo. Esto no es más que una
hipótesis, aunque lo cierto es que, dado el escaso tiempo libre de que disponen
los tripulantes de la ISS para contemplar relajadamente el espacio, que ese
momento coincidiera con el lanzamiento del misil parece bastante casualidad.
Aunque todo puede ser…
La nube que podemos
contemplar en la fotografía corresponde a la liberación de algún tipo de gas
procedente del misil, que se expande libremente en el vacío espacial.
No es muy frecuente la
observación de fenómenos como éste, pero ocurren de vez en cuando, y en
ocasiones son incluso más espectaculares.
En diciembre de 2009,
muchos noruegos miraban al cielo asombrados ante el espectáculo de una espiral
que parecía sacada de una película de ciencia ficción.
En realidad correspondía
al lanzamiento de otro cohete ruso, que en este caso iba expulsando gas
mientras ascendía rotando sobre su eje (un tipo de estabilización habitual en
algunos tipos de cohetes). La verdad es que ante espectáculos como éste, no es
de extrañar que haya quien crea en ovnis o en apariciones de la virgen…
Aunque tengo el
blog últimamente muy abandonado, creo que merece la pena retomarlo para haceros
llegar una noticia que seguro que será de gran interés para todos los
aficionados a la astonáutica:
Manuel Montes,
pionero en la divulgación astronáutica en nuestro país, y autor de los clásicos
boletines “Noticias del Espacio” y “Noticias de la Ciencia”, hoy englobados en
la web Noticas de la Ciencia,
saca al mercado digital el número 1 de la revista Astronáutica Clásica.
Se trata de una
publicación de elevada calidad en todos los sentidos: tanto en su maquetación y
presentación, como en sus contenidos, rigurosos y bien redactados. Aunque
afortunadamente ya pasaron los tiempos en los que era casi imposible encontrar
información astronáutica de calidad en nuestro idioma en la red (o incluso en
las librerías) , publicaciones como ésta de Astronáutica Clásica siguen siendo
de elevado interés para los aficionados, al recopilar interesante información,
a menudo poco conocida o dispersa, sobre diferentes programas de la historia de
la astronáutica.
La revista está
dedicada básicamente a eso: la historia de la actividad humana en el espacio.
En este primer número, por ejemplo, se revisan programas como el del lanzador
ruso Proton, el programa de satélites espía norteamericanos Corona, el de las
sondas lunares Ranger, el motor F1 del Saturn V, o los astronautas del proyecto
Mercury, entre otros. Se trata de 68 páginas repletas de texto, fotografías,
tablas y gráficos que seguro que harán la delicia de todos los aficionados.
Astronáutica
Clásica es una publicación electrónica trimestral que tenéis disponible por el
módico precio de 1 euro. Podéis descargarlo aquí.
También podéis bajaros ahí gratuitamente el número 0 de la revista, algo así
como el “número piloto”, con el que podréis comprobar la calidad de la
publicación.
No es frecuente encontrar en la prensa generalista un
artículo aceptable sobre temas espaciales (o cabría decir de ciencia y
tecnología, en general); la falta de profundidad y los errores flagrantes
suelen ser moneda común en este tipo de artículos, por muy prestigioso que sea
el periódico que los publique (al menos en nuestro país), resultado del
desconocimiento absoluto del tema que a menudo tiene el periodista al que le
cargan el muerto. Y digo lo de cargar el muerto porque escribir sobre algo que
te suena a chino no debe ser un trago de gusto; y me consta dicho
desconocimiento absoluto (incluso de las más elementales nociones de física de
secundaria, en muchas ocasiones), pues me ha tocado intentar asesorar a más de
uno que ha acudido a mí a veces en busca de ayuda (aun así con resultados con
suerte mediocres en la mayor parte de los casos, pero en fin…)
Por eso, cuando uno se encuentra con un articulillo
medianamente decente en uno de estos periódicos, ya es toda una sorpresa. Si
además su autor demuestra que conoce y le interesa el tema, ya es de verdadero
asombro. Y por eso hoy os dejo uno de
esos raros artículos, publicado esta semana en El País.
No es que su contenido revele nada especial desde el
punto de vista técnico, histórico o de cualquier otro tipo… pero es una buena
crónica de lo que supone el lanzamiento de un Ariane desde la Guayana Francesa,
narrado por un periodista invitado al evento que al menos sabe de lo que habla
(no sólo eso: deja ver que es un buen aficionado, y eso ya sí que es de una
rareza extrema). Aporta de novedad lo que uno no suele encontrar en textos más
técnicos: la selva, los animales, el entorno… y además está bien escrito. Creo
que merece la pena ser leído, se pasa un rato agradable.
Como comentario, destacar la breve mención que hace sobre
la vibración del despegue, que se siente en todo el cuerpo. Hablando
personalmente hace algún tiempo con otro privilegiado observador de un
lanzamiento (en aquel caso fue un Soyuz, desde Baikonur), destacaba la misma
sensación como lo más impresionante del lanzamiento: sí, el espectáculo lo ves,
por seguridad, desde varios kilómetros de distancia, y, como dice un veterano en este
artículo de El País, no se diferencia mucho a verlo en televisión… pero el
ruido y, sobre todo, la vibración del aire que te hace retumbar el pecho, al
parecer es algo impresionante y que marca. ¡Quién pudiera experimentarlo, al
menos por una vez…!
Con motivo del 23º aniversario del telescopio espacial Hubble, se ha publicado una bellísima fotografía de la Nebulosa de la Cabeza de Caballo, en la constelación de Orión, una de las más conocidas por los astrónomos aficionados. Se trata de una imagen muy diferente a las que estamos acostumbrados a ver de esta nebulosa en el espectro visible: frente a la habitual imagen negra, densa, opaca, en esta imagen en el infrarrojo podemos contemplar su interior a través del polvo, de modo que la nebulosa aparece mucho más "etérea", con un aspecto bellísimo. Juzgad vosotros mismos:
Y así es como conocíamos hasta ahora esta nebulosa, en el espectro visible:
No me negaréis que mirar al cielo es todo un espectáculo, ¿verdad? Vale, un telescopio como el Hubble ayuda mucho... pero incluso a simple vista, el cielo estrellado es una maravilla. Ahora que llega el verano, las posibilidades de disfrutarlo se multiplican. Aprovechadlas, no os arrepentiréis ;-)
AVISO
IMPORTANTE: Por primera vez en la historia, y en rigurosa no-exclusiva,
realizamos un estreno simultáneo a nivel mundial de esta entrada para los dos
blogs del autor: El
espacio de Javier Casado y Cosas
mías.
La primera vez que tuve noticia de
esta parodia versión NASA del famoso Gangnam
style o “baile del caballo” fue hacia las pasadas navidades, cuando en algún
telediario le dedicaron unos segundos, como curiosidad. Pero la verdad es que
no me había molestado en ver el vídeo hasta ayer, cuando lo mencionaron unos
compañeros de trabajo, con alusiones a su divertido frikismo.
Y la verdad es que no sólo está bien
hecho, sino que es una muestra más de lo bien que se lo montan los americanos
cuando se trata de promocionar algo. Buen humor, mente abierta, desenfado…
parece increíble que algo así pueda salir de un organismo oficial. ¿Os lo
imagináis en España? Yo no.
Antes de seguir enrollándome, aquí os
dejo un enlace al vídeo subtitulado en español:
Por si os lo estáis preguntando, sí,
el vídeo muestra verdaderos trabajadores del Centro Espacial Johnson de la
NASA, en Houston, especializado en el control de misiones espaciales tripuladas
y en el entrenamiento de astronautas. También son auténticos astronautas
algunos de los que aparecen en el vídeo (los del mono azul: Tracy Caldwell
Dyson, Mike Massimino y Clayton Anderson). En cuanto al cantante, se trata de
Eric Sim, un estudiante de la Universidad de Carolina del Norte con una beca de
la NASA para trabajar en el Centro Johnson. De hecho, han sido un grupo de
becarios los que han tenido la idea y han lanzado el vídeo, aunque por supuesto
han contado con todo el apoyo de la agencia.
El vídeo se editó el 14 de diciembre
pasado, y la primera semana de enero ya llevaba 4 millones de visionados. A día
de hoy, se acerca a los 5 millones (el original, no la versión
subtitulada que he puesto aquí). Probablemente pocas campañas de publicidad
“profesionales” tienen tanto éxito.
Os dejo también la letra en inglés,
para quien tenga curiosidad:
Welcome
to NASA’s Johnson Space Center
We are
coming in hot so don’t burn up as we enter
We do
science everyday that affects your daily life
Throw
them up for manned space flight
Science
everywhere
As we
engineer the marvels
That fly
though the air
And take
us way beyond earth’s levels
Science
everywhere
Because
we engineer the marvels
That fly
though the air
Flys us
through the air
Control
the mission out of Johnson
This is
ground, hey!
And this
is space, hey!
Tell me
Houston what’s the problem
It’s
okay!
It’s
okay!
Because there’s
flight controllers on the job today
NASA
Johnson STYLE!
Johnson
STYLE!
NA, NA, NA, NA NASA Johnson STYLE!
Johnson
STYLE!
NA, NA,
NA, NA NASA Johnson STYLE!
EYYYYYY
science daily!
NA, NA, NA, NA, NASA STYLE!
EYYYYYY
it’s amazing!
NA, NA,
NA, NA ey ey ey ey ey ey!!
Orbiting
earth, international space station
Where we
work and live in space with a crew from several nations
Estaba tomando
hoy café en el trabajo con un compañero casi tan friki como yo, cuando hemos
recordado una serie de televisión emitida por TVE a principios de los 80: Código Rescate 1, o, en su título
original, Salvage 1. La verdad es que
no recordábamos su título, pero sí su magnífico capítulo inicial, en el que
unos cuantos chalados fabricaban un cohete y una nave para ir a la Luna a
partir de material de desecho (por ejemplo, la cápsula estaba construida a
partir de una hormigonera).
Pues bien, el
caso es que tras googlear un poco en busca del título de esa serie, me encontré
con el artículo que os enlazo a continuación, que merece la pena leer; es una
reflexión, a partir de la citada serie, sobre cómo ha evolucionado la informática
en las últimas décadas, y cómo hoy en día llevamos en el bolsillo más potencia
de cálculo de la que había en la NASA para el proyecto Apollo. Sí, ya sé que
esto es algo ya sabido por todos, pero sigue impresionando recordarlo, ¿no?
Os dejo el artículo,
que, salvo el error de decir que la monohidracina es un propulsante ficticio
(que no lo es en absoluto, aunque en realidad su nombre es monometil hidracina,
o simplemente hidracina), está bastante bien: