Los que me seguís hace tiempo sabéis que, aunque suelo tratar bastantes temas de política espacial desde un punto de vista de opinión, no suelo meterme en otros temas de política general, que considero al margen de la temática de este blog. Sin embargo, al igual que hice con la denuncia del recorte de la inversión estatal en I+D, hoy volveré a hacer una excepción para tocar un tema que creo que nos incumbe directamente a todos los que escribimos en Internet.
Y es que, según una sentencia del juez Ricardo Rodríguez Fernández, Internet no es un medio de comunicación social, y por tanto no está cubierto por el artículo 20 de la Constitución Española, relativo a la libertad de expresión y de prensa. Cito textualmente una parte del artículo publicado hoy por El País sobre este tema:
La resolución siembra dudas sobre el encaje constitucional de los medios digitales, cuya labor informativa no estaría amparada por la protección que otorga el derecho fundamental a la información, según la sentencia. El artículo 20 de la Constitución define ese derecho como la facultad de "comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión". Sin embargo, la protección constitucional de ese derecho "se refiere a los medios de comunicación social" entre los que la sentencia cita expresamente "la televisión, la radio o la prensa escrita". Internet no entraría en esta categoría y por lo tanto no merecería esa consideración porque, según el magistrado, "no es un medio de comunicación social en sentido estricto, sino universal".
Independientemente del resto de la sentencia, que condena a dos periodistas por destapar unos casos de corrupción política, me parece extremadamente grave lo expresado acerca de la no cobertura de la libertad de información y de expresión en Internet. Se supone que España es un estado democrático de derecho, pero tras leer estas palabras uno se pregunta qué nos diferencia de China. Sinceramente, espero que el recurso a esta sentencia ponga las cosas en su sitio de forma tajante, porque si no, cualquiera de los que nos sentimos libres para decir lo que pensamos desde esta magnífica plataforma que es Internet podríamos acabar un día entre rejas. ¿Surrealista? ¿Tercermundista? Más bien, simplemente vergonzoso.
Lo dicho, felices fiestas, aunque cosas como éstas intenten amargárnoslas.
Y es que, según una sentencia del juez Ricardo Rodríguez Fernández, Internet no es un medio de comunicación social, y por tanto no está cubierto por el artículo 20 de la Constitución Española, relativo a la libertad de expresión y de prensa. Cito textualmente una parte del artículo publicado hoy por El País sobre este tema:
La resolución siembra dudas sobre el encaje constitucional de los medios digitales, cuya labor informativa no estaría amparada por la protección que otorga el derecho fundamental a la información, según la sentencia. El artículo 20 de la Constitución define ese derecho como la facultad de "comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión". Sin embargo, la protección constitucional de ese derecho "se refiere a los medios de comunicación social" entre los que la sentencia cita expresamente "la televisión, la radio o la prensa escrita". Internet no entraría en esta categoría y por lo tanto no merecería esa consideración porque, según el magistrado, "no es un medio de comunicación social en sentido estricto, sino universal".
Independientemente del resto de la sentencia, que condena a dos periodistas por destapar unos casos de corrupción política, me parece extremadamente grave lo expresado acerca de la no cobertura de la libertad de información y de expresión en Internet. Se supone que España es un estado democrático de derecho, pero tras leer estas palabras uno se pregunta qué nos diferencia de China. Sinceramente, espero que el recurso a esta sentencia ponga las cosas en su sitio de forma tajante, porque si no, cualquiera de los que nos sentimos libres para decir lo que pensamos desde esta magnífica plataforma que es Internet podríamos acabar un día entre rejas. ¿Surrealista? ¿Tercermundista? Más bien, simplemente vergonzoso.
Lo dicho, felices fiestas, aunque cosas como éstas intenten amargárnoslas.