No, la frase no es mía, qué más quisiera, porque me ha encantado. Me la ha dicho un compañero, que la ha escuchado por ahí. Me encanta.
Esta ha sido una prueba más del mal hacer periodístico general en estos temas, porque hace semanas que vienen anunciando que si el Sistema Solar ya son doce planetas, que si tal, que si cual... cuando no eran más que propuestas lanzadas en el congreso de la IAU (Unión Astronómica Internacional), sin nada en firme. Desde el principio se sabía (quien quisiera molestarse en saberlo, claro) que hasta el 24 de agosto no habría una decisión en firme, y, de hecho, entre tanta radio y telediario hablando del tema, los que estamos algo más metidos en estas cosas estábamos calladitos, a la espera. Pero en fin, ya se sabe cómo es esto, para qué insistir...
Pues eso, que Plutón ha dejado de pertenecer a la élite del Sistema Solar. ¿Importante? Pues hombre, yo pensaba que no, la verdad, pero leyendo algunos comentarios, quizás sí tenga algo más de importancia de la que parece.
Evidentemente, Plutón va a seguir siendo el mismo, y a seguir dando sus vueltecitas al Sol tan tranquilo, indiferente al debate creado en ciertos círculos de un planeta muy, muy lejano a él. Y, como he oído esta mañana en la radio, “seguro que aún tiene mucho de interés que mostrar a la nave New Horizons que va hacia allá, aunque ya no sea planeta” (hombre, menos mal, mira que si por cambiarle el nombre lo convertimos en un cacho de piedra aburrida...).
Sin embargo, es cierto que esto podría suponer algunos cambios. He leído comentarios que insinúan que, de no haber sido considerado planeta hace unos años, quizás no tendríamos a la New Horizons yendo hacia allá. Bien, puede que sí, o puede que no. Pero es cierto que, interés científico aparte, el hecho de ser el único planeta inexplorado del Sistema Solar lo hacía un candidato firme para una misión desde hacía tiempo. En ese sentido, los calificativos sí son importantes. Bien es cierto que también hay diseñada una misión a Ceres, que tampoco es planeta (era el mayor asteroide conocido, ahora reconvertido en planeta enano, y uno de los candidatos a planeta en la anterior propuesta finalmente desechada), y que ha habido varias misiones a cometas, además de otras misiones a asteroides menores (Hayabusa, por ejemplo, a Itokawa); pero Plutón era una “asignatura pendiente”, simplemente por su pertenencia al grupo selecto, desde que la Voyager 2 llegó a Neptuno.
La noticia no ha sido recibida con alegría en los Estados Unidos. Plutón fue el único planeta descubierto allí, por Clyde William Tombaugh, desde el observatorio Lowell (Arizona), en 1930, y la decisión ha afectado un poquito al orgullo nacional (bueno, sólo al de los cuatro gatos que se interesan por estas cosas del espacio y el universo, tampoco vamos a exagerar). Y es que la verdad es que ya en su día hubo bastante discusión sobre si debería ser considerado planeta (es canijo, y con una órbita de una gran inclinación y excentricidad –muy elíptica-, en nada parecida a las del resto de planetas; de ahí la maravillosa frase del título). Pero, según las malas lenguas (no he entrado en detalle al respecto, así que no sé si pasa de rumor o leyenda urbana) fue la presión de la sección de astrónomos estadounidenses la que finalmente consiguió que se uniese a la élite planetaria. Un privilegio que ha disfrutado sólo durante 76 años. Ahora, es uno más de la que se espera sea una enorme familia de “planetas enanos” (personalmente me hubiera gustado más llamarlos “planetoides”, o algo así). Y algunos norteamericanos se consolaban diciendo que bueno, al menos habían descubierto al primer miembro de esta gran familia, de gran interés científico en cualquier caso; pero no, ni siquiera este consuelo les queda: la degradación de Plutón ha venido acompañada del ascenso de Ceres, descubierto en 1801 por el italiano Giuseppe Piazzi, y hoy ya convertido en “hermano” de Plutón como planeta enano. Una pequeña decepción para nuestros amigos del otro lado del Atlántico... (Foto NASA)