Un lector de este moribundo blog, aparte de echarme cariñosamente la bronca (exagero) por no escribir en él, me pide mi opinión sobre la película “Gravity”, de Alfonso Cuarón. Y como soy fácil de convencer, pues aquí va mi opinión personal (que es, pues eso: personal).
Por ir al grano, diré que la película me ha gustado. Bastante. Es entretenida, está bien hecha y presta mucha atención a los detalles. Ahora bien, es cine, debemos tener eso claro. Esto es Hollywood, y si queremos disfrutar un poco, deberemos verla con una “mente abierta”. Vamos, que no es que estemos hablando de Star Wars, con sus explosiones sonoras en el vacío y sus rayos láser a los que vemos desplazarse por el espacio, pero tampoco es un documental sobre astronáutica, y se toma sus licencias…
¿Qué licencias son esas? Unas cuantas, y seguro que otras que se me han pasado por alto (tampoco iba a la caza del gazapo, cuando veo una peli por diversión prefiero disfrutar de ella sin más, así que, salvo lo más flagrante, seguro que se me han escapado muchos detalles). Pero la verdad es que no considero que sean errores demasiado importantes, para mí no han afectado al disfrute de la película. Hombre, si acaso, la excursión final de la protagonista desde la Soyuz hasta la estación china Tiangong armada de un extintor la verdad es que sí me pareció excesiva (por decirlo suavemente), pero en fin, lo dejo pasar, supongo que soy muy blando :-)
Bueno, supongo que lo que buscáis es la carnaza, los comentarios de los errores, ¿no? Pues nada, todo sea por la audiencia blogueril. Pero que conste que reitero lo que dije al principio: la peli me ha gustado bastante, y la recomiendo. Si alguien quiere hacer sangre con sus gazapos, es cosa suya…
Si no recuerdo mal, el primero que vi fue en el retorno de Sandra Bullock al interior de la ISS tras su accidentado paseo espacial. Se quita el traje y se queda en camiseta y pantalón corto. Pues bien, esa es la vestimenta habitual dentro de la estación, sí, pero no dentro de un traje espacial en una salida extravehicular de varias horas de duración (de hecho, comentan en algún momento que lleva varias horas fuera, trabajando sobre el Hubble; 4 ó 5, creo recordar. Una duración bastante típica para estas misiones, dato correcto). Al salir del traje, la Bullock debería estar enfundada en el mono interior recubierto de tubitos de refrigeración. Detalle menor, al fin y al cabo, pero bueno, ahí queda para los cazagazapos.
Ah, bueno, antes de eso está uno de los fallos gordos de la peli, que no dudo que fue un gazapo totalmente voluntario y asumido para darle dramatismo al asunto: la pérdida de George Clooney. Por cierto, si alguien no ha visto la peli aún, que conste que a partir de aquí hay bastantes spoilers. Dicho queda.
Me refiero a esa dramática escena en la que la Bullock sujeta por la mano a un Clooney que parece estar cayéndose a un abismo, mientras la propia astronauta está precariamente sujeta a la estación a través de uno de sus pies, enredado en las líneas del paracaídas de la Soyuz (toma ya). Podemos aceptar que los dos hayan llegado a esa situación: movimientos violentos, fuerzas centrífugas, explosiones, etc, los han lanzado alejándolos de la estructura y sólo los cables del paracaídas, enredándose en los pies de la Bullock, consiguen retenerlos. Vale. Pero una vez que ya están así, no pasa nada: ya no actúan fuerzas sobre ellos. Clooney no está tirando de la Bullock, no hay fuerza que tienda a separarlos mientras están sujetos por la mano. Así que da lo mismo que le suelte o no, su vida no depende de eso. Y si le suelta, no tiene por qué alejarse. Igual podría alejarse muy lentamente que acercarse muy lentamente o irse de lado (depende del último leve movimiento que hayan realizado con su brazo antes de soltarse). Los dos podrían haber seguido cogidos y haber vuelto tranquilamente a la estación sin que pasara nada, sin que nadie se sacrificase por el otro. No se estaban cayendo por un abismo y había que aligerar peso: los dos flotaban en el espacio. Pero bueno, ya se sabe: el héroe que dice “suéltame y sálvate tú”, la escena de la separación de las manos y el héroe que “cae” al abismo, etc, etc. Supongo que había que hacerlo... Vale, podrían haber encontrado otra forma más rigurosa de llegar a lo mismo, pero en fin, ya lo dije: esto es Hollywood (y yo, muy blando, también lo dije :-)
Otro detallito de esa escena era algo chocante, aunque no puede decirse que sea un fallo. Me refiero al despliegue del paracaídas de la Soyuz. A priori no parece probable que los impactos de fragmentos de basura espacial puedan provocar el despliegue del paracaídas, aunque no digo que sea imposible. También resulta algo extraño que se produzca “tanto despliegue”; si bien tiene un mecanismo expulsor, durante el descenso a la Tierra es principalmente la atmósfera la que ayuda a desplegar el paracaídas. Inicialmente salta un pequeño paracaídas que actúa como “extractor” del principal. En el espacio exterior, si se acciona accidentalmente el mecanismo, tiendo a pensar que el paracaídas principal no llegaría a salir del receptáculo. Pero bueno, supongo que no es descartable que pudiera llegar a darse un escenario como el presentado, aunque me parece poco probable.
Seguimos. También me parece improbable que Clooney encuentre a Bullock cuando ésta se “pierde” en el espacio. Si ella se aleja tanto que llega a perder de vista la estación, ¿cómo alguien puede encontrarla a ella en la lejanía, sin tener ni siquiera comunicación por radio, ni remota idea de hacia dónde ha salido disparada? Pues anda que no es grande el espacio, y con movimientos “de 6 grados de libertad”… En la parte positiva, todos los movimientos, la representación de las inercias, cuando Clooney la ata a él y empieza a tirar con ayuda de su mochila autopropulsada, me parecieron muy conseguidos.
Las “excursiones” en general: la mitad de la película se la pasan los protagonistas yendo de acá para allá por el espacio. Que si con una mochila autopropulsada, que si con una Soyuz, que si con un extintor… hasta lanzando la cápsula de la Soyuz en plan balístico sin más que apuntar previamente hacia su objetivo. Todo esto parece muy fácil en la película, pero no se cuenta con una cosa: las leyes de la mecánica orbital.
En el espacio, si quieres llegar a un punto situado a pocos metros, no pasa nada, no hay nada que pensar: apuntas hacia allá, te impulsas y listo. Pero si en vez de unos pocos metros hablamos ya de unos cientos, o de algunos kilómetros, la cosa cambia. Y mucho.
No me extenderé sobre ello (los que hayáis leído “Rumbo al Cosmos” habréis visto que le dedico un capítulo/artículo a este tema) simplemente recordar que en el espacio, si aumentas tu velocidad, subes tu órbita, con lo cual reduces tu velocidad de desplazamiento. Y viceversa: si reduces tu velocidad (o te impulsas en dirección contraria a tu desplazamiento en tu órbita), reduces la altura de tu órbita, y empiezas a ir más rápido. Es decir, que cuando en la peli los vemos “apuntando” hacia un objetivo a lo lejos y “acelerando” en esa dirección, en la realidad sólo habrían conseguido alejarse de su objetivo. Para moverse en el espacio hay que dejar la intuición de lado y usar las matemáticas (o un ordenador que nos dé las pautas de navegación, que de las matemáticas ya se encarga él; o sus programadores…).
Junto con “la caída al vacío” de Clooney, la otra licencia “gorda” de la película es la de suponer que en el espacio todo está cerca y a mano. Del Hubble a la ISS, y de ésta a la Tiangong, un paseíto. Vamos, que no sé por qué los chinos no montan una “pijama party” en su estación e invitan a rusos y americanos, para luego devolverles la visita al día siguiente. Total, como ir a por el pan…
La realidad es muy diferente. No es sólo que ambas estaciones estén lejos una de otra y a su vez ambas lejos del Hubble… es que el concepto “lejos” es hasta difícil de aplicar aquí. Casi podría decirse que están en mundos diferentes, para el caso… Porque están en órbitas de diferente altura y diferente inclinación. Con suerte, con mucha suerte, en alguna ocasión se cruzarán a diferentes alturas, y desde una (con suerte y buena vista) podrías ver pasar a la otra por arriba o por abajo en una dirección distinta a la tuya y a gran velocidad, aunque lo normal es que en esos cruces no coincidan en el tiempo. Nada de asomarse a una y ver a la otra inmóvil a lo lejos: para eso deberían describir la misma órbita.
Y, por supuesto, no podríamos ir de una a otra ni con una mochila, ni con una Soyuz. Las necesidades de combustible para realizar el cambio de órbita sospecho que quedarían muy por encima de las posibilidades de la Soyuz. No tengo los datos ni me apetece mirarlo, pero prácticamente seguro. En cualquier caso, aunque fuera posible, no se parecería en nada a la excursioncilla vista en la peli, donde se ve a lo lejos el objetivo, se dice, “ala, vamos p’allá”, se apunta y listos. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
¿Me dejo algo más? Seguramente. Puede que me olvide de algún otro detalle que haya visto, y seguramente hay muchos otros que no vi. Pero vuelvo al principio: ¿y qué? Creo que la película tiene también muchas cosas positivas. Los movimientos en el espacio me han parecido muy logrados. Los detalles visuales de las estaciones y de las naves son una pasada, y, en general, salvo para frikis como nosotros, creo que a casi todo el mundo la película le parecerá muy realista y detallada. Repito que a mí me gustó, y disfruté bastante. En conjunto, valoro más sus aciertos que sus errores. Y creo que al neófito le da una imagen muy veraz de los peligros del espacio, de lo que significa estar allí arriba, de la aventura de la astronáutica. Creo que todo eso vale más que todos los posibles pequeños fallos de realismo que pueda tener la película.
Si no la habéis visto, os la recomiendo.
Por ir al grano, diré que la película me ha gustado. Bastante. Es entretenida, está bien hecha y presta mucha atención a los detalles. Ahora bien, es cine, debemos tener eso claro. Esto es Hollywood, y si queremos disfrutar un poco, deberemos verla con una “mente abierta”. Vamos, que no es que estemos hablando de Star Wars, con sus explosiones sonoras en el vacío y sus rayos láser a los que vemos desplazarse por el espacio, pero tampoco es un documental sobre astronáutica, y se toma sus licencias…
¿Qué licencias son esas? Unas cuantas, y seguro que otras que se me han pasado por alto (tampoco iba a la caza del gazapo, cuando veo una peli por diversión prefiero disfrutar de ella sin más, así que, salvo lo más flagrante, seguro que se me han escapado muchos detalles). Pero la verdad es que no considero que sean errores demasiado importantes, para mí no han afectado al disfrute de la película. Hombre, si acaso, la excursión final de la protagonista desde la Soyuz hasta la estación china Tiangong armada de un extintor la verdad es que sí me pareció excesiva (por decirlo suavemente), pero en fin, lo dejo pasar, supongo que soy muy blando :-)
Bueno, supongo que lo que buscáis es la carnaza, los comentarios de los errores, ¿no? Pues nada, todo sea por la audiencia blogueril. Pero que conste que reitero lo que dije al principio: la peli me ha gustado bastante, y la recomiendo. Si alguien quiere hacer sangre con sus gazapos, es cosa suya…
Si no recuerdo mal, el primero que vi fue en el retorno de Sandra Bullock al interior de la ISS tras su accidentado paseo espacial. Se quita el traje y se queda en camiseta y pantalón corto. Pues bien, esa es la vestimenta habitual dentro de la estación, sí, pero no dentro de un traje espacial en una salida extravehicular de varias horas de duración (de hecho, comentan en algún momento que lleva varias horas fuera, trabajando sobre el Hubble; 4 ó 5, creo recordar. Una duración bastante típica para estas misiones, dato correcto). Al salir del traje, la Bullock debería estar enfundada en el mono interior recubierto de tubitos de refrigeración. Detalle menor, al fin y al cabo, pero bueno, ahí queda para los cazagazapos.
Ah, bueno, antes de eso está uno de los fallos gordos de la peli, que no dudo que fue un gazapo totalmente voluntario y asumido para darle dramatismo al asunto: la pérdida de George Clooney. Por cierto, si alguien no ha visto la peli aún, que conste que a partir de aquí hay bastantes spoilers. Dicho queda.
Me refiero a esa dramática escena en la que la Bullock sujeta por la mano a un Clooney que parece estar cayéndose a un abismo, mientras la propia astronauta está precariamente sujeta a la estación a través de uno de sus pies, enredado en las líneas del paracaídas de la Soyuz (toma ya). Podemos aceptar que los dos hayan llegado a esa situación: movimientos violentos, fuerzas centrífugas, explosiones, etc, los han lanzado alejándolos de la estructura y sólo los cables del paracaídas, enredándose en los pies de la Bullock, consiguen retenerlos. Vale. Pero una vez que ya están así, no pasa nada: ya no actúan fuerzas sobre ellos. Clooney no está tirando de la Bullock, no hay fuerza que tienda a separarlos mientras están sujetos por la mano. Así que da lo mismo que le suelte o no, su vida no depende de eso. Y si le suelta, no tiene por qué alejarse. Igual podría alejarse muy lentamente que acercarse muy lentamente o irse de lado (depende del último leve movimiento que hayan realizado con su brazo antes de soltarse). Los dos podrían haber seguido cogidos y haber vuelto tranquilamente a la estación sin que pasara nada, sin que nadie se sacrificase por el otro. No se estaban cayendo por un abismo y había que aligerar peso: los dos flotaban en el espacio. Pero bueno, ya se sabe: el héroe que dice “suéltame y sálvate tú”, la escena de la separación de las manos y el héroe que “cae” al abismo, etc, etc. Supongo que había que hacerlo... Vale, podrían haber encontrado otra forma más rigurosa de llegar a lo mismo, pero en fin, ya lo dije: esto es Hollywood (y yo, muy blando, también lo dije :-)
Otro detallito de esa escena era algo chocante, aunque no puede decirse que sea un fallo. Me refiero al despliegue del paracaídas de la Soyuz. A priori no parece probable que los impactos de fragmentos de basura espacial puedan provocar el despliegue del paracaídas, aunque no digo que sea imposible. También resulta algo extraño que se produzca “tanto despliegue”; si bien tiene un mecanismo expulsor, durante el descenso a la Tierra es principalmente la atmósfera la que ayuda a desplegar el paracaídas. Inicialmente salta un pequeño paracaídas que actúa como “extractor” del principal. En el espacio exterior, si se acciona accidentalmente el mecanismo, tiendo a pensar que el paracaídas principal no llegaría a salir del receptáculo. Pero bueno, supongo que no es descartable que pudiera llegar a darse un escenario como el presentado, aunque me parece poco probable.
Seguimos. También me parece improbable que Clooney encuentre a Bullock cuando ésta se “pierde” en el espacio. Si ella se aleja tanto que llega a perder de vista la estación, ¿cómo alguien puede encontrarla a ella en la lejanía, sin tener ni siquiera comunicación por radio, ni remota idea de hacia dónde ha salido disparada? Pues anda que no es grande el espacio, y con movimientos “de 6 grados de libertad”… En la parte positiva, todos los movimientos, la representación de las inercias, cuando Clooney la ata a él y empieza a tirar con ayuda de su mochila autopropulsada, me parecieron muy conseguidos.
Las “excursiones” en general: la mitad de la película se la pasan los protagonistas yendo de acá para allá por el espacio. Que si con una mochila autopropulsada, que si con una Soyuz, que si con un extintor… hasta lanzando la cápsula de la Soyuz en plan balístico sin más que apuntar previamente hacia su objetivo. Todo esto parece muy fácil en la película, pero no se cuenta con una cosa: las leyes de la mecánica orbital.
En el espacio, si quieres llegar a un punto situado a pocos metros, no pasa nada, no hay nada que pensar: apuntas hacia allá, te impulsas y listo. Pero si en vez de unos pocos metros hablamos ya de unos cientos, o de algunos kilómetros, la cosa cambia. Y mucho.
No me extenderé sobre ello (los que hayáis leído “Rumbo al Cosmos” habréis visto que le dedico un capítulo/artículo a este tema) simplemente recordar que en el espacio, si aumentas tu velocidad, subes tu órbita, con lo cual reduces tu velocidad de desplazamiento. Y viceversa: si reduces tu velocidad (o te impulsas en dirección contraria a tu desplazamiento en tu órbita), reduces la altura de tu órbita, y empiezas a ir más rápido. Es decir, que cuando en la peli los vemos “apuntando” hacia un objetivo a lo lejos y “acelerando” en esa dirección, en la realidad sólo habrían conseguido alejarse de su objetivo. Para moverse en el espacio hay que dejar la intuición de lado y usar las matemáticas (o un ordenador que nos dé las pautas de navegación, que de las matemáticas ya se encarga él; o sus programadores…).
Junto con “la caída al vacío” de Clooney, la otra licencia “gorda” de la película es la de suponer que en el espacio todo está cerca y a mano. Del Hubble a la ISS, y de ésta a la Tiangong, un paseíto. Vamos, que no sé por qué los chinos no montan una “pijama party” en su estación e invitan a rusos y americanos, para luego devolverles la visita al día siguiente. Total, como ir a por el pan…
La realidad es muy diferente. No es sólo que ambas estaciones estén lejos una de otra y a su vez ambas lejos del Hubble… es que el concepto “lejos” es hasta difícil de aplicar aquí. Casi podría decirse que están en mundos diferentes, para el caso… Porque están en órbitas de diferente altura y diferente inclinación. Con suerte, con mucha suerte, en alguna ocasión se cruzarán a diferentes alturas, y desde una (con suerte y buena vista) podrías ver pasar a la otra por arriba o por abajo en una dirección distinta a la tuya y a gran velocidad, aunque lo normal es que en esos cruces no coincidan en el tiempo. Nada de asomarse a una y ver a la otra inmóvil a lo lejos: para eso deberían describir la misma órbita.
Y, por supuesto, no podríamos ir de una a otra ni con una mochila, ni con una Soyuz. Las necesidades de combustible para realizar el cambio de órbita sospecho que quedarían muy por encima de las posibilidades de la Soyuz. No tengo los datos ni me apetece mirarlo, pero prácticamente seguro. En cualquier caso, aunque fuera posible, no se parecería en nada a la excursioncilla vista en la peli, donde se ve a lo lejos el objetivo, se dice, “ala, vamos p’allá”, se apunta y listos. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
¿Me dejo algo más? Seguramente. Puede que me olvide de algún otro detalle que haya visto, y seguramente hay muchos otros que no vi. Pero vuelvo al principio: ¿y qué? Creo que la película tiene también muchas cosas positivas. Los movimientos en el espacio me han parecido muy logrados. Los detalles visuales de las estaciones y de las naves son una pasada, y, en general, salvo para frikis como nosotros, creo que a casi todo el mundo la película le parecerá muy realista y detallada. Repito que a mí me gustó, y disfruté bastante. En conjunto, valoro más sus aciertos que sus errores. Y creo que al neófito le da una imagen muy veraz de los peligros del espacio, de lo que significa estar allí arriba, de la aventura de la astronáutica. Creo que todo eso vale más que todos los posibles pequeños fallos de realismo que pueda tener la película.
Si no la habéis visto, os la recomiendo.