- Mira hacia aquella zona del cielo, ya verás…
- ¿Qué quieres que vea? Veo estrellas, como siempre, ¿qué pasa?
- Espera, espera un poco…
- ¡Halaaa! ¿Qué ha sido eso?
Efectivamente, con páginas como Heavens-Above cualquiera podemos consultar cuándo se verá un destello de Iridium por nuestra zona, y en qué parte del cielo, con qué duración y brillo, etcétera. Pues bien, tras la ampliación de la Estación Espacial Internacional con toda su plétora de paneles solares, tenemos ahora un nuevo objeto en el firmamento lanzando reflejos aquí y allá, y con un brillo que al parecer es espectacular (aún no he tenido la suerte de comprobarlo personalmente). Según leo, hasta 25 veces más brillante que Venus, o magnitud -8; una magnitud equivalente a los destellos de Iridium más intensos.
El problema es que por ahora estos destellos de la ISS no son predecibles. Sí lo son los pasos de la estación por nuestra zona, algo que también puede consultarse en la mencionada Heavens-Above, entre otras muchas páginas, pero por ahora no sabemos si en cada pasada tendremos destello o no. Lógicamente, esto depende de la posición de los paneles solares orientables de la estación y la actitud (orientación) de ésta relativa a nosotros y al Sol, y por ahora parece que los distintos parámetros en juego no se han implementado en el software que predice estos eventos. Lo cual en cierto modo hace que observar uno de estos destellos tenga aún más encanto, pues siempre serán una agradable sorpresa para quien consiga “cazarlos”.
En la foto que acompaña esta entrada podemos contemplar la secuencia de uno de estos destellos, capturado por casualidad por un astrónomo aficionado holandés que apuntaba su telescopio hacia la ISS desde el jardín de su casa. Por supuesto, no necesitamos un telescopio para contemplar el destello, que es perfectamente visible a ojo desnudo, aunque desde luego capturarlo desde un telescopio debe ser mucho más espectacular (y literalmente deslumbrante, supongo).
En fin, lo dicho: ahora que ya tenemos aquí el buen tiempo (los que vivimos en el hemisferio norte), podemos empezar a disfrutar de las noches estivales al aire libre con un motivo más para mirar al cielo. Como si hubiera pocos… (Foto: Quintus Oostendorp)