El pasado 17 de agosto, Irán lanzaba su nuevo cohete Safir 1, su primer lanzador de satélites nacional, un derivado más potente del misil Shahab 3. Desde entonces, la información que ha circulado por los diferentes medios no ha dejado de ser contradictoria.
Inicialmente se dijo que el lanzamiento habría puesto en órbita el primer satélite de fabricación nacional, con el nombre de Omid (“Esperanza”). Luego pareció desmentirse, comentándose que únicamente se había tratado de un lanzamiento de pruebas del nuevo vehículo lanzador, el Safir 1 (“Emisario 1”), sin carga útil. Y lo último es que el cohete sí podría haber transportado un satélite “dummy”, una carga simulada, no operativa, que habría sido puesta en órbita.
Es de suponer que las principales agencias de inteligencia sabrán de verdad en qué ha consistido el lanzamiento (un nuevo satélite en órbita no pasa desapercibido, y seguro que el lanzamiento fue seguido con interés por los diferentes satélites espía de las principales potencias espaciales), pero lo cierto es que los ciudadanos de a pie seguimos sin saber si el lanzamiento del Safir ha puesto o no en órbita algún satélite. (ACTUALIZACIÓN: Finalmente, parece que fuentes del gobierno iraní confirman que no se ha puesto ningún satélite en órbita. Por otra parte, fuentes norteamericanas informan de que el lanzamiento habría sido fallido, al haber fallado la segunda etapa del lanzador durante el ascenso.)
Una de las hipótesis que va ganando posibilidades con tanto cambio de declaraciones es que en realidad el lanzamiento podría haber sido un fracaso, y que en realidad el Safir 1 podría haber portado un satélite que no habría llegado a alcanzar la órbita prevista por algún problema con el lanzador, o bien que la hubiera alcanzado pero que fuese el propio satélite el que hubiera sufrido algún fallo que lo hubiera dejado inoperativo. Posteriores declaraciones sobre la inexistencia de un satélite a bordo, o sobre que éste no consistía más que en lastre inerte, podrían ser un modo de camuflar este fracaso. Pero esto no es más que una hipótesis.
En cualquier caso, operativo o no, parece que Irán cuenta ya con su primer lanzador de satélites, fabricado con tecnología nacional. No es una noticia nueva, pues se sabía que los persas perseguían este objetivo hace tiempo, y de hecho ya hubo un lanzamiento previo de este mismo cohete en febrero de este año, aunque parece que terminó en desastre. El desarrollo del cohete se conocía desde mucho más tiempo atrás.
Los temores en occidente son que este lanzador pueda utilizarse también como misil nuclear de largo alcance. Este tipo de declaraciones se han utilizado a menudo con fines más bien sensacionalistas, y a veces carecen de fundamento, pero en este caso la posibilidad es real. En principio, es cierto que cualquier lanzador espacial podría utilizarse como misil balístico, sin más que modificar su guiado, su carga (cambiando el satélite por una cabeza nuclear), y equipando ésta con un cono capaz de soportar la reentrada (sí, al fin y al cabo las cabezas nucleares deben realizar una reentrada en la atmósfera, y deben sobrevivir a esta fase si quieren sembrar la devastación sobre su objetivo, así que hay que protegerlas con un pequeño escudo térmico). Pero esto que a priori es cierto siempre, hay ocasiones en las que no es en absoluto práctico: se trata de los casos en los que los cohetes en cuestión son impulsados por propulsantes de tipo criogénico.
En estos casos, utilizar el cohete como misil bélico no tiene demasiado sentido, pues ya se probó en los años 50 que este tipo de propulsantes, aunque muy efectivos para misiones espaciales, dejan bajo mínimos la operatividad de un misil militar, debido a las muchas horas de preparación necesarias para poner a punto el lanzamiento. ¿Os imagináis que el oficial al mando reciba la orden de disparo y responda “tranquilos, tomadlo con calma e iros a dormir, que en cosa de 8 ó 10 horas esperamos poder dispararlo”? Nadie hoy en día haría un misil tan absurdo. Y más teniendo en cuenta que en la actualidad es más sencillo técnicamente fabricar motores cohete sólidos, o líquidos de propulsante hipergólico, que soslayan este problema de disponibilidad.
Por eso, cuando a veces se ha utilizado el argumento de que el lanzador se puede usar como misil para intentar impedir que países como la India desarrollen nuevos motores criogénicos, lo he criticado duramente como absurdas excusas que en realidad intentaban evitar que apareciese un nuevo competidor en la arena comercial. Sin embargo, estamos ante un caso diferente con el nuevo lanzador de Irán: éste sí es un cohete que puede utilizarse operativamente como misil bélico, al utilizar propulsantes hipergólicos para su funcionamiento.
En realidad, Irán ya posee hace tiempo misiles balísticos que podrían ser equipados con una carga nuclear, si realmente el país llega a desarrollar este tipo de armas. La diferencia es que hasta ahora estos misiles eran de alcance medio, mientras que el nuevo Safir, usado como misil, podría llegar a tener un alcance considerablemente mayor.
¿Significa esto que el lanzador Safir se ha desarrollado con el objetivo de transformarse en un misil bélico? No necesariamente. Que sea posible no significa que sea la única razón para diseñar un lanzador propulsado por combustible hipergólico. Ejemplos tenemos muchos, como pueden ser los lanzadores chinos o varios lanzadores rusos, entre los que está el famoso Proton. En muchos de estos casos, los lanzadores derivaron de misiles militares, y heredaron la tecnología de propulsión; en otros, simplemente se optó por usar unos motores más sencillos que un motor criogénico, aún a costa de su menor eficiencia.
El Safir ha seguido un proceso similar: es heredero de la tecnología de misiles iraní, así que es lógico que sea básicamente un misil sobrepotenciado, como han hecho casi todas las potencias espaciales en sus inicios. Por supuesto, un misil sobrepotenciado puede usarse como misil, eso resulta evidente.
Que Irán alcanzaría la tecnología necesaria para fabricar misiles de largo alcance estaba claro hace tiempo: quien ha hecho un misil medio puede fácilmente hacer uno mayor. Así que realmente esto no ha sido ninguna sorpresa. Por otra parte, siempre es mejor que esa tecnología se presente en su faceta civil, como lanzador espacial, que directamente como misil. ¿Que puede reconvertirse rápidamente? Pues sí, pero también un avión comercial puede utilizarse como arma si se lanza contra un edificio. Al fin y al cabo, el cohete es un vehículo; la bondad o maldad de su uso depende de lo que le pongas dentro. Y se hace difícil moralmente criticar a alguien por construir un vehículo…
En cualquier caso, seguimos sin saber qué llevaba a bordo este Safir. ¿Había o no había satélite? Es una pregunta casi académica: llevase o no, haya sido un lanzamiento orbital fallido o un vuelo de pruebas con éxito, lo que está claro es que el primer satélite iraní será puesto en órbita pronto, eso es prácticamente seguro. Esperemos que el Safir se destine únicamente a eso.
Inicialmente se dijo que el lanzamiento habría puesto en órbita el primer satélite de fabricación nacional, con el nombre de Omid (“Esperanza”). Luego pareció desmentirse, comentándose que únicamente se había tratado de un lanzamiento de pruebas del nuevo vehículo lanzador, el Safir 1 (“Emisario 1”), sin carga útil. Y lo último es que el cohete sí podría haber transportado un satélite “dummy”, una carga simulada, no operativa, que habría sido puesta en órbita.
Es de suponer que las principales agencias de inteligencia sabrán de verdad en qué ha consistido el lanzamiento (un nuevo satélite en órbita no pasa desapercibido, y seguro que el lanzamiento fue seguido con interés por los diferentes satélites espía de las principales potencias espaciales), pero lo cierto es que los ciudadanos de a pie seguimos sin saber si el lanzamiento del Safir ha puesto o no en órbita algún satélite. (ACTUALIZACIÓN: Finalmente, parece que fuentes del gobierno iraní confirman que no se ha puesto ningún satélite en órbita. Por otra parte, fuentes norteamericanas informan de que el lanzamiento habría sido fallido, al haber fallado la segunda etapa del lanzador durante el ascenso.)
Una de las hipótesis que va ganando posibilidades con tanto cambio de declaraciones es que en realidad el lanzamiento podría haber sido un fracaso, y que en realidad el Safir 1 podría haber portado un satélite que no habría llegado a alcanzar la órbita prevista por algún problema con el lanzador, o bien que la hubiera alcanzado pero que fuese el propio satélite el que hubiera sufrido algún fallo que lo hubiera dejado inoperativo. Posteriores declaraciones sobre la inexistencia de un satélite a bordo, o sobre que éste no consistía más que en lastre inerte, podrían ser un modo de camuflar este fracaso. Pero esto no es más que una hipótesis.
En cualquier caso, operativo o no, parece que Irán cuenta ya con su primer lanzador de satélites, fabricado con tecnología nacional. No es una noticia nueva, pues se sabía que los persas perseguían este objetivo hace tiempo, y de hecho ya hubo un lanzamiento previo de este mismo cohete en febrero de este año, aunque parece que terminó en desastre. El desarrollo del cohete se conocía desde mucho más tiempo atrás.
Los temores en occidente son que este lanzador pueda utilizarse también como misil nuclear de largo alcance. Este tipo de declaraciones se han utilizado a menudo con fines más bien sensacionalistas, y a veces carecen de fundamento, pero en este caso la posibilidad es real. En principio, es cierto que cualquier lanzador espacial podría utilizarse como misil balístico, sin más que modificar su guiado, su carga (cambiando el satélite por una cabeza nuclear), y equipando ésta con un cono capaz de soportar la reentrada (sí, al fin y al cabo las cabezas nucleares deben realizar una reentrada en la atmósfera, y deben sobrevivir a esta fase si quieren sembrar la devastación sobre su objetivo, así que hay que protegerlas con un pequeño escudo térmico). Pero esto que a priori es cierto siempre, hay ocasiones en las que no es en absoluto práctico: se trata de los casos en los que los cohetes en cuestión son impulsados por propulsantes de tipo criogénico.
En estos casos, utilizar el cohete como misil bélico no tiene demasiado sentido, pues ya se probó en los años 50 que este tipo de propulsantes, aunque muy efectivos para misiones espaciales, dejan bajo mínimos la operatividad de un misil militar, debido a las muchas horas de preparación necesarias para poner a punto el lanzamiento. ¿Os imagináis que el oficial al mando reciba la orden de disparo y responda “tranquilos, tomadlo con calma e iros a dormir, que en cosa de 8 ó 10 horas esperamos poder dispararlo”? Nadie hoy en día haría un misil tan absurdo. Y más teniendo en cuenta que en la actualidad es más sencillo técnicamente fabricar motores cohete sólidos, o líquidos de propulsante hipergólico, que soslayan este problema de disponibilidad.
Por eso, cuando a veces se ha utilizado el argumento de que el lanzador se puede usar como misil para intentar impedir que países como la India desarrollen nuevos motores criogénicos, lo he criticado duramente como absurdas excusas que en realidad intentaban evitar que apareciese un nuevo competidor en la arena comercial. Sin embargo, estamos ante un caso diferente con el nuevo lanzador de Irán: éste sí es un cohete que puede utilizarse operativamente como misil bélico, al utilizar propulsantes hipergólicos para su funcionamiento.
En realidad, Irán ya posee hace tiempo misiles balísticos que podrían ser equipados con una carga nuclear, si realmente el país llega a desarrollar este tipo de armas. La diferencia es que hasta ahora estos misiles eran de alcance medio, mientras que el nuevo Safir, usado como misil, podría llegar a tener un alcance considerablemente mayor.
¿Significa esto que el lanzador Safir se ha desarrollado con el objetivo de transformarse en un misil bélico? No necesariamente. Que sea posible no significa que sea la única razón para diseñar un lanzador propulsado por combustible hipergólico. Ejemplos tenemos muchos, como pueden ser los lanzadores chinos o varios lanzadores rusos, entre los que está el famoso Proton. En muchos de estos casos, los lanzadores derivaron de misiles militares, y heredaron la tecnología de propulsión; en otros, simplemente se optó por usar unos motores más sencillos que un motor criogénico, aún a costa de su menor eficiencia.
El Safir ha seguido un proceso similar: es heredero de la tecnología de misiles iraní, así que es lógico que sea básicamente un misil sobrepotenciado, como han hecho casi todas las potencias espaciales en sus inicios. Por supuesto, un misil sobrepotenciado puede usarse como misil, eso resulta evidente.
Que Irán alcanzaría la tecnología necesaria para fabricar misiles de largo alcance estaba claro hace tiempo: quien ha hecho un misil medio puede fácilmente hacer uno mayor. Así que realmente esto no ha sido ninguna sorpresa. Por otra parte, siempre es mejor que esa tecnología se presente en su faceta civil, como lanzador espacial, que directamente como misil. ¿Que puede reconvertirse rápidamente? Pues sí, pero también un avión comercial puede utilizarse como arma si se lanza contra un edificio. Al fin y al cabo, el cohete es un vehículo; la bondad o maldad de su uso depende de lo que le pongas dentro. Y se hace difícil moralmente criticar a alguien por construir un vehículo…
En cualquier caso, seguimos sin saber qué llevaba a bordo este Safir. ¿Había o no había satélite? Es una pregunta casi académica: llevase o no, haya sido un lanzamiento orbital fallido o un vuelo de pruebas con éxito, lo que está claro es que el primer satélite iraní será puesto en órbita pronto, eso es prácticamente seguro. Esperemos que el Safir se destine únicamente a eso.
2 comentarios:
todos los paises del mondo tenen derecho a tener energia nuklear no solo los paises potentes como ustados unidos e esrael los dos paises amenasan cada dia a los paises arabes los arabes tenen derecho a tener armas nucleares como iran e siria ejepto pronto estos paises arabes tendran la tecnologia nuclear la misma tecnologa de pakistan e korea del norte esta en iran despues biajara a seria a ejepto a la yuda de rusia los europeos e ustados unidos no pueden aser nada con iran segon algonos fuentes de enformacion la tecnologia yegara algonos paises latinos
En ningún momento he dicho que Irán o cualquier otro país no tenga derecho a tener energía nuclear, o incluso armas nucleares. Personalmente preferiría que ningún país tuviera armas nucleares, pero mientras no haya un tratado a nivel mundial que las prohíba, ningún país con armas nucleares en su arsenal tiene autoridad moral para negarle ese derecho a otro país. Pero ya sabemos que la política internacional pocas veces se realiza en base a criterios morales...
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